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Jorge Porcel Jr. reapareció en televisión: ganó 300 mil pesos en Quién quiere ser millonario

El hijo del capocómico contó que bajó 20 kilos y que está trabajando como artista plástico. Al ser consultado si le gustaría dedicarse a la política, respondió: “¿Por qué no?”

Después de un largo tiempo en el que prefirió esquivar la exposición pública, Jorge Porcel Jr. volvió a la televisión. En su paso por ¿Quién quiere ser millonario?, el programa conducido por Santiago del Moro por Telefe, el hijo del recordado capocómico se llevó 300 mil pesos y se refirió a su pedido de trabajo a cambio de “20 lucas”, que lo llevó a la fama en 2012.

Del Moro lo presentó como “un tipo muy culto”, a lo que él indicó: “Creo que lo soy. Hasta mi generación, y un poco más adelante, hubo una educación mejor en la Argentina”. Dijo que estudió Curaduría de Arte en la UNA y que es artista plástico y actor. “Reconozco que trabajé más en cine y en estos últimos 15 años me enamoré de las artes visuales: es mi mundo y mi lugar en el mundo”, confesó.

Según su testimonio, en el último tiempo bajó alrededor de 20 kilos. No lo logró mediante cirugías ni siguiendo dietas “milagrosas”. “Cerré la boca. Solito. No hay mucha alternativa”, aseguró.

En el aspecto laboral, además de trabajar como artista plástico tiene su programa, Museo Porcelanato, por Cemento Radio: “Se puede escuchar en Spotify, están todos los programas grabados. Es un museo radial sobre artes visuales con los mejores artistas. Tuve a Carlos Herrera, Diego Fontanet, Rafael Cippolini… Estoy muy contento porque no bajamos la calidad”.

Uno de los momentos más destacados del programa tuvo lugar cuando el participante jugó por 20 mil pesos, precisamente el salario que reclamaba en 2012, cuando el mínimo vital y móvil en el país no llegaba a los tres mil pesos. “Yo no voy a fregar pisos, quiero un trabajo acorde a mi categoría, yo soy Jorge Porcel Jr.”, contaba por aquellos tiempos en un raid mediático del que todos hablaban, convirtiéndose en ocasiones en el centro de las burlas.

“Yo ahora miro para adelante. Pienso que en la televisión, lo que sufrí en carne propia no quiero que lo sufra nadie más en la Argentina. Lo que tiene que haber es una decisión política y empresarial de hacer un contenido decente para que haya un país más grande también”, aseguró en Quién quiere ser millonario.

Y recordó: “¿Sabés cómo salió la canción de las 20 lucas? Fui al cumpleaños del Mago Raley y se me tiraron todos encima. Dije: ‘¿Qué hago?’ Ahí está el tema del artista: empecé a cantar 20 lucas, se me ocurrió eso y después trascendió. Fue un exitazo. Ese es el tema del arte: tenés que improvisar en una situación de estrés. Se me ocurrió salir por ese lado y al final nos reímos todos y quedó. Lo que pasa es que, a ver, uno tiene derecho a ganar lo que quiere y también tiene la obligación de saber cómo querer esas cosas, de tener una actitud correcta. Uno aprende de todo en la vida. Somos libres pero también somos responsables”.

En ese sentido, indicó: “El dinero es necesario pero lo que te llevás son los afectos de la vida y el arte, en mi caso. Lo que te llevás es el cariño, las cosas que pudiste aportar… Pero la guita, mientras uno vive en el sistema capitalista, es necesaria”. Sobre su situación económica actual aseguró que se encuentra “como todos los argentinos, hay que remarla”.

Al ser consultado si le gustaría meterse en la política o realizar trabajos sociales, respondió: “¿Por qué no? Mientras la propuesta sea decente… Hay que ver qué te proponen. En la vida Dios dispone, pero a veces Dios dispone mediante el otro que pone el cincuenta por ciento, entonces el hombre es voluntad, y no es solo lucha. La voluntad uno no la puede imponer”.

El conductor luego cambió de tema y le preguntó por los recuerdos que tiene de su padre, una de las figuras más emblemáticas del cine, la televisión y el teatro argentinos. “Cuando me dicen algo de él digo que era la televisión de esa época. Hay un contexto. La televisión de alguna manera es una expresión contemporánea artística. Había una televisión valedera, ¿quién se acuerda de Osvaldo Miranda? Terribles actores había en esa época, y en la medida en que la televisión vaya retomando la tradición de promover a los jóvenes… ¡Osvaldo Terranova! ¡Osvaldo Pacheco! Me salen todos los Osvaldos… Actrices como Beatriz Bonnet, como Susú Pecoraro…”, recordó.

“Cuando la televisión apuesta a la ficción para que los actores tengan trabajo y la gente a través de la literatura, el cine o la televisión tenga acceso a otro mundo posible, no al que se vive, es una manera de reinventarse”, explicó. Además, dijo que ve las películas de su padre: “La otra vez estaba viendo Custodio de señoras y en un momento me cagué de la risa. Me sorprende que me sorprenda. Me reía también porque eran cosas muy naif”.

Y sobre su madre, Norma de Mauricio, dijo: “Era una buena mina y una persona que me formó espiritualmente. Cuando pasa la vida dejás de idealizar a la persona que perdiste y también te acordás de las cosas no buenas, y empezás a ponerlas en su lugar. Con mi padre me pasa lo mismo. Paradójicamente ahora me está cayendo más la información de mi padre, tal vez porque ahora soy un hombre en una edad determinada y ahora sí lo entiendo. Con mi madre había mucha más comunicación porque no me abandonó. No voy a juzgar porque ahora puedo tener un pibe y digo… No abandonaría a un hijo porque la culpa me carcomería, hay que ver, pero uno hace lo posible”.

Ante la pregunta “en 1953, en Estados Unidos a qué precio puso en venta la empresa RCA el primer televisor a color NTSC”, el artista se plantó y se llevó 300 mil pesos: la respuesta correcta era la “C", 1175 dólares.

Al despedir a Del Moro, dejó un sentido mensaje de agradecimiento para su programa: “Esta plata serían las 20 lucas, con la devaluación y todos los despelotes que hubo. Estoy contento de estar en la televisión y ser feliz, como en los 90, cuando era actor. Es lindo estar en la televisión y ser respetado, que haya algo divertido. Quiero esto para mí y para toda la gente que mira televisión. Por eso agradezco que haya un canal y una productora que ponen como valor en la televisión argentina la inteligencia, la educación y sobre todo el respeto a la persona que está delante de una cámara, y no de masacrarla. Eso es una decisión empresarial y política, y también económica. Valoro y agradezco esto”.

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