DOLAR
OFICIAL $1425.00
COMPRA
$1475.00
VENTA
BLUE $1465.00
COMPRA
$1485.00
VENTA

Jorge Lanata "Me echaron porque no me pueden controlar"

Lanata regresó a la tevé con mucho humor. Por momentos fue inevitable recordar a Tato Bores, dueño de los domingos políticos nocturnos en la misma pantalla.

Después de nueve años, volvió a la tevé abierta con Periodismo para todos, por El Trece. Fue el domingo 15, con un rating nada despreciable de 16.3 puntos. Si bien todavía no dejó de fumar, ya se puso a dieta y a caminar en la cinta, con lo cual mejoró su salud. Filoso como siempre, Lanata volvió para quedarse.

Quería hacer un programa cómico.

Escribirlo, no actuarlo. Pero finalmente se dio hacer algo más periodístico", relata Jorge Lanata (51) desde El Trece, previo a su debut en periodismo para todos -los domingos a las 23 horas-, donde es un crítico intérprete de la realidad argentina, luego de nueve años de ausencia de los canales de aire.

Igualmente se salió con la suya, aportando un grado de humor. "Así como digo que preguntar es desobedecer y cuestionar, el sentido del humor también es parte de la crítica, a veces más efectivo que la seriedad; y sin duda muchísimo más popular. Yo quiero hacer un programa que puedan ver un sociólogo y un chico que levanta cajones de Coca Cola, que sea lo más popular posible", aclara desde su camarín, donde tiene lo imprescindible: una máquina de café Nespresso y sus dos atados diarios de Benson & Hedges, que se niega a dejar. Las ansias de popularidad fueron alcanzadas. Midió 16.3 puntos de rating, una cifra impresionante para un programa periodístico.

-Estabas tranquilo en cable. ¿Porqué volver al aire?

-En los últimos dos años hice treinta documentales para el canal Infinito, viajé por todo el mundo y estuvo buenísimo. Pero no estaba acá. Me seducía salir en veintipico de países, pero hay un punto en el que me importa un cuerno. Volví a la radio (Mitre, de 13 a 14:30 horas), que era lo más fácil y el programa surgió de casualidad.

-Siempre estuviste en contra de Clarín y ahora formas parte del grupo. ¿Por qué?

-Esa es una preocupación del microclima, no de la gente. En la calle no me preguntaban a qué canal volvía, sino cuándo volvía. Me he puteado y he competido duro con Clarín; he sido víctima de Papel Prensa cuando nos vendían el papel al doble del precio de mercado. Los canales a los que voy a trabajar no son muy distintos. Lo único, no trabajaría para el Estado, porque quiero tener independencia. Pero si te llaman del primer canal del país, ¿vas a decir que no?

-Ya te han sacado del aire, pero reincidís.

-¡Tres veces me echaron de América TV! Es muy loca mi relación con la prensa. Yo no inventé los casilleros que me pidieron que llene, pero los llené: me dijeron que tenía que tener rating, publicidad y prestigio y los tuve... pero me sacaron. Tengo once Martín Fierro, dos Konex, no sé cuántos Clarín... un delirio.

-¿Por qué?

-Sienten una cosa que es cierta. Me echaron tres veces de la tele porque no me pueden controlar.
Nunca me controlaron, y ahora menos. Recibís mucha presión, y más en TV abierta. Pero inventé un antídoto: mi convicción interior de que me podía ir cuando quisiera si me rompían mucho las pelotas. Si me tengo que ir de El Trece, me iré. No necesito esto. Está todo bien y me encanta, pero para hacer lo que hago ya tengo lo que necesito: una computadora. No voy a hacer ni una sola cosa que no tenga ganas.

TODO QUEDA EN FAMILIA

El clan Lanata copa el canal. No sólo están los orgullosos parientes que fueron a ver su debut, entre ellos su esposa Sara Stewart Brown (37, con la que se casó en septiembre, después de quince años en pareja y con la que tuvo a su hija Lola, de ocho años), sino los que trabajan con él: su hija mayor, Bárbara (22), es su vestuarista; y su segunda ex mujer, Andrea Rodríguez (la primera fue Silvina Chediek), está en la producción periodística.

"Soy un hippie. Andrea labura conmigo en radio y tele. Para desagrado de mi hija, que dice que nos hablamos demasiado, más que un matrimonio. Claro, a ella le conviene que no hablemos", aclara mientras prende un pucho.

-Seguís fumando.

-¡Toda esta parte de la nota me hincha las pelotas! Fumo dos atados por día. No voy a dejar. Bien no me hace, lo sé. En algún momento dejaré. Pero la ficha me tiene que bajar a mí. En la calle, tipos fumando me dicen que pare de fumar... Una locura.

-¿Qué te dicen tus hijas y tu mujer? ¿Te retan?

-No tendría nunca una relación con una mujer que me retara porque fumo, ni con una hija. ¡La echaría de mi casa! Trato de no tener relaciones extorsivas: nada de "dale, dejá de fumar porque me querés".

-¿No tenés miedo de que te agarre un patatús?

-Morirme no está en mis planes. No me da miedo. Obviamente preferiría que no, pero no me da miedo.

-¿A qué le tenés miedo?

-A otras cosas: no veo películas de terror, porque después sueño feo. Y me da miedo fracasar, o que no se entienda lo que escribo.

-¿Cómo estás de salud?

-En un stand by con la diálisis, haciéndome exámenes todas las semanas. Como me dan más o menos bien, hace casi dos meses que no me estoy dializando.

-¡Estás haciendo la tarea!

-Ja, ja, ja. Y, sí... hago los deberes. Mientras pueda estirar dializarme lo haré, voy a hacer todo lo posible.
Me puse muy a dieta y bajé bastante de peso.

-¿Hacés actividad física?

-Nunca hice. Tengo una máquina de cinta en casa, y hago tres veces por semana.

-¿Seguís durmiendo con una máscara?

-Sí. Las apneas no son operables.

-Pero Boudou se operó...

-Para mí, le hicieron el verso. El grado de efectividad de la operación es del 30 por ciento. Prefiero no apostar con un porcentaje tan bajo a mi favor. Además, ya me acostumbré a la máscara. Si no la tengo no me puedo dormir. Te tira aire, lo renueva... Está buenísima: ¡la recomiendo!