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Jaime, Schoklender y la corrupción sindical

*Por Rubén Méndez. Casos como el de Ricardo Jaime (ex Secretario de Transporte) o el de Sergio Schoklender (ex Apoderado de las Madres de Plaza de Mayo), se extienden a sindicalistas que dicen proteger a los trabajadores, pero en sus vidas privadas se enriquecen con dinero proveniente del Estado Nacional, sin ningún tipo de cuidado.

La diferencia es que son personajes que se manejan con mayor cuidado para que no salten a la luz los manejos oscuros que hacen con fondos del Estado que perjudican tanto a habitantes de bajos recursos como a empresas nacionales e internacionales que invierten en la Argentina y no pueden llevar adelante sus negocios con tranquilidad.

Uno de ellos, es un sindicalista que se manejó en forma impune hasta que estalló el conflicto petrolero en Santa Cruz. Se trata de Héctor Segovia (ex número uno del Sindicato de Petroleros de la provincia). Al momento del escándalo ocurrido semanas atrás, en el que paralizó la producción petrolera, no tuvo reparos en manejarse con patotas provenientes de barrabravas de un club santacruceño, ni en acuartelarse en el Sindicato con armas de fuego. Y ya destituido, continúa generando escándalos enviando a personas de su entorno para que se produzcan los paros que se vienen llevando a cabo desde hace una semana.

Otro es el caso del titular de SOMU (Sindicato de Obreros Marítimos Unidos), Omar Suárez, que pasó en los últimos ocho años de ser chofer a ocupar su lugar en un breve lapso de tiempo. Preside la Fundación Azul, entidad que adquirió el Buque Manuel Belgrano y presiona a empresas locales e internacionales para que aporten mensualmente dinero para su restauración. Preside la Compañía Naviera Maruba, empresa que tuvo auge varios años atrás pero que en el actualidad cuenta con un pasivo millonario. El objetivo es, a través de Maruba, quedarse con el negocio marítimo de cabotaje, presionando a las empresas para que le den los negocios. Debido a esta metodología, Smit Internacional dejó de operar en el negocio de contenedores en el que había invertido importantes sumas de dinero tanto en tecnología como en contratación de personal. Este proceder le ha traído grandes beneficios para hacer una fortuna personal más que interesante. Pocos años atrás adquirió una estancia de 17.000 hectáreas en Península de Valdez con salida al mar. Figura a nombre del SOMU, pero ningún integrante del Sindicato la utiliza, según el Sindicalista “porque queda muy lejos