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"Intrusos va a tomar otro estilo: ahora nos vamos a reír de la farándula"

* Por Martín Fernández Paz. Su programa insignia cambia de horario, y a partir del lunes 21, irá a las 13 horas. Pero de ningún modo será más de lo mismo: el conductor ya no perdonará a los cuatro de copas, con unos pocos segundos de fama.

También estarán Gran Hermano, y su visión sobre la televisión, y sus peleas mediáticas, y muchas cosas más

Tiene sueño y no lo oculta. Lo curioso es que no pasó una mala noche. Y que recién estamos en mitad de semana: miércoles al mediodía, a minutos de haber terminado Ciudad Goti K. A Jorge Rial (49) le resulta todavía más extraño. El lunes estaba como nuevo, pese a que venía con apenas tres horas de descanso, y una gala de Gran Hermano –cuanto menos– agitada. Existe una explicación. "Esta edición me genera mucha adrenalina", dice. Es momento, entonces, de bajar un cambio. Y tomarse un respiro para hablar de un presente exitoso en la televisión y la radio.

–¿Qué expectativas tenés con el nuevo horario de Intrusos, a las 13.00 horas?
–Intrusos se adapta: arrancamos a esa hora, pasamos por todos los horarios de la tarde, también estuvimosa la noche y la medianoche, yhasta los sábados. Después de onceaños no tenemos que demostrarnada, ni rendir cuentas. El programaya está instalado. Personalmente,me viene bárbaro empezara las 13 porque se me pega a la radio,y al no tener tanto tiempomuerto, recupero un montón dehoras para estar con mi familia.

–Pero, ¿cambiará el estilo?
–Y... en algo, sí. En este año, los canalesvan a tratar de retener a susfiguras importantes, y también a loscuatro de copas. Por ese lado, seráduro. Entonces, decidí dejar de reírmecon la farándula para empezara reírme de ella: seremos un poquitomás irónicos y peleadores. En elverano, aunque la quieran dibujar,al 80 por ciento de las obras les fuemuy mal. Y varios cuatro de copassemurieron de hambre: tuvieron unfracaso rotundo. Y cuando estáncon Tinelli, se piensan que son losreyes del rating. Tengo ganas de divertirmecon ellos. No vamos a estaresperando que vengan o no, porquenos da lo mismo: hace onceaños, cuando arrancó Intrusos,muchosde ellos estaban haciendo castingsábanas.

–¿Mirtha Legrand se enojó por el cambio de horario?
–No tengo idea. Pero no tiene por qué enojarse.

–¿Hablaste con ella?
–No. Yo tengo que hablar con los directivos del canal. Cuando Mirtha empezó a dudar, los directivos me preguntaron si seguía con ganas de cambiarme a las 13, y les dije que sí. El aire es de América, no de Mirtha, ni mío. En esas conversaciones se barajó la posibilidad de no hacer más Intrusos para conducir un envío más político. No sé cuánta cuerda más tengo al frente del programa. Intrusos tiene para mucho tiempo; yo, no sé. Por ahora me divierto. Y mientras eso pase, lo seguiré conduciendo.

–¿Cómo ves a los participantes de esta edición de Gran Hermano?
–Es la generación piquetera, la que se crió en esta sociedad donde, en los últimos años, todos intentamos pasar por sobre la autoridad, cagándonos en las leyes. La gala del domingo la sufrí: no es fácil estar en vivo dos horas contra un grupo de gente que te está cuestionando. Pero también lo disfruté porque, como conductor, fue un desafío enorme. No todos están preparados para un enfrentamiento así. Otros conductores hubieran pedido un corte; yo me la banqué hasta el final.

–El cruce con Emanuel fue bravo.
–Sí, pero está todo bien. Tenía razón en enojarse. No debe pedirme disculpas. Es una calentura, y punto. No me puedo enojar con los chicos.

–¿Tenés un participante preferido, seguís a alguien con atención?
–Soy un cirujano: cada día entro al estudio, abro, opero, coso, y mevoy. No sigo la evolución del pacienteo, en este caso, del participante.Me da lo mismo que ganecualquiera. Trato de no involucrarmeporque, de lo contrario, estaríadándole una ventaja a alguno.

–¿A quién ves con potencial para desarrollar una carrera en el medio?
–No sé... Emiliano, el cordobés, me pareció piola y me divirtió mucho. Cristian U. tiene potencial porque provoca una atracción especial sobre la gente. Rocío ya hizo una tapa en bolas. Y Solange es muy linda chica. Pero habrá que ver, porque en esta televisión hay demasiados mediáticos, y ya no llaman tanto la atención.

–¿Te gusta la televisión de hoy?
–Sí. No soy de los que critican. Si no me gusta algo, uso el control remoto: es mejor que la queja.

–En Twitter, con Pablo Sirvén, empezaron un debate sobre la televisión que terminó en un enfrentamiento personal. ¿Cuesta defender a la tele ante un sector del periodismo?
–Es muy difícil discutir con los periodistas gráficos, que son tipos frustrados, porque les hubiera gusgustadohacer tele. Además, cada vezque los invitan a almorzar, tomar elté o debatir cualquier pavada en televisión,se tiran de cabeza para ponerla jeta un segundo. Yo hice unacrítica profesional sobre una columnasuya, y Sirvén me contestómetiéndose con mi salud. Ahí empezóla escalada, y terminó conaquella pelotudez que dijoMaradona sobre el temade mis hijas.Pero está bien.No espero nadamás de un tipoque labura enun diario golpistacomo LaNación, donde sehicieron los boludosdurante la dictadura ybancaron las torturas. Nuncase puede debatir con Sirvén: caerápido en el insulto. Está todo bien,en mi vida no existe.

–Hablando de televisión, ¿cómo ves a Susana Giménez eneste año?
–Es la diva inalterable, inoxidable, yabsolutamente necesaria en la tele.

–¿Y Marcelo Tinelli?
–Tampoco puede faltar. Va a tener un muy buen año, como siempre, aunque debe procurar que no se les escapen de las manos los despelotes, como la temporada pasada. Estuvo muy al límite. Pero es muy inteligente, y seguramente los va amanejar distinto.

–¿Tuviste un acercamiento con Viviana Canosa?
–Un día encontré un mensaje de texto en el celular: "Hola, soy V. Canosa. Me gustaría hablar con vos", decía. Al otro día, me sonó un llamado desde un teléfono desconocido. Era ella. Me dijo que quería empezar el año de otra manera, que había cambiado su vida y su manera de ver las cosas, que me agradecía todo lo que había hecho por ella, y que no se quería pelear más. "Gracias", "Gracias", "Chau". Cortamos, y nunca más hablamos. Pero cuando volvió a su programa, lo primero que hizo fue tratar de hacerme mierda. Aunque ella quiso, nunca hubo reconciliación. Tampoco estuvo en mis planes hacerlo, y ni siquiera existe esa posibilidad. No con alguien que se metió con mi mujer y con mis hijas, que también se sumó al tema del huevo duro y de todo eso que inventó Maradona, y que cada vez que pudo lastimarme, lo intentó.

–Tu hija mayor tiene 12 años: no falta tanto para que presente un novio en casa. ¿Cómo imaginás esa situación?
–Con la palita al lado, para hacer el pozo a la medida del pibe... (risas). No, lo voy a vivir como algo normal. No soy tan cuida. Peleamos mucho con mi mujer por la felicidad de nuestras hijas. Y no la voy a tirar a la basura. Mientras la quiera y no la lastime, está todo bien.