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Incidentes en Villa Fraga : "Los narcos quieren hacer un negocio inmobiliario con el comedor", dijo vecina

Julia Rosales es la coordinadora del comedor La Esperanza y aclaró lo ocurrido ayer entre vecinos de Villa Fraga, la Policía y narcos.

Ayer por la madrugada un grupo de presuntos narcos tomaron el comedor comunitario La Esperanza, ubicado en Villa Fraga, Playón Urquiza, en el barrio de Chacarita, que le da alimento a 500 chicos de la zona por día.

La coordinadora del comedor, Julia Rosales, fue testigo presencial y aclaró lo ocurrido en el lugar comunitario, que abrió hace 11 años y medio, muy humildemente. "No existían los narcos en ésa época, cocinábamos con un tacho lleno de grasa porque no teníamos ni un horno. Hoy es un barrio que tiene 4 pisos y ya no tiene más lugar, porque la gente no resolvió el problema de vivienda, pero tampoco tienen a dónde ir, y nosotros le damos la comida a chicos que no tienen la posibilidad", explicó sobre su la historia de La Esperanza.

"Ayer un grupo de patoteros se metieron en el comedor, nosotros los conocemos todos, algunos tienen grandes historia porque son transas de droga. Empezaron a meterse en eso por la desesperación que lleva a muchos padres para tener algún laburito, porque les dicen que van a trabajar con ellos un tiempo, pero después consumen y después van en cana porque son desplazados por otros narcos. Copan y entran otros. Y estos tipo que venden están tirados ahí hechos pomada por esa consumición. Vendieron hasta su terrenito para poder consumir", contó.

Julia relató que los narcos entraron a las 3 de la mañana en el comedor. "Se anda diciendo que a nosotros nos mantienen los narcos y eso no es asi", dijo, y aclaró que les "trae la comida todos los días el gobierno de la Ciudad; La Nación nunca nos dio nada".

Pero, ¿por qué tomaron los narcos el comerdor? "Es porque quieren hacer un negocio inmobiliario con el comedor, porque no hay más nada para tomar en el barrio, ya tomaron todos los galpones, los pedazos de tierra de los vecinos y ya no hay más nada. Tampoco hay más lugar para ir mas arriba. El comedor tiene 17 x 47, es grande, tiene casi media cuadra de largo", explicó.

"Hasta las 6 de la mañana les estuvimos pidiendo a los policías que vengan a desalojar, y ellos nos decían que no podían hacer nada porque era un problema entre vecinos. Tuvimos que juntar a más gente del barrio para defender nuestro comedor y encima nos tiraron gases y reprimieron a nosotros", dijo.

Y agregó: "A partir de esa lucha y repercusión pública recuperamos el comedor para poderle dar de comer a los chicos hoy. Los policías nos decían que no podían hacer nada, que nosotros nos peleábamos con pobre gente, cuando teníamos 6 heridos en el hospital y cuando ésa pobre gente en realidad son narcos que conocemos todos".

"Todos en el barrio sabemos quiénes son, los tenemos identificados a los que están arruinando todo acá. Ellos tienen causas hace mucho y a niguno meten preso. También se sabe dónde y cómo venden la droga, pero los únicos que no lo ven es la Policía. Nunca nos metimos con ellos porque pensamos que éramos boleta, pero ahora ellos se metieron con nosotros y eso es intolerable, encima sobre un comedor al que le damos de comer a 500 pibes, entre ellos a sus propios hijos", finalizó Julia.