Habló el dueño del laboratorio del fentanilo que habría causado al menos 76 muertes: “Si hay contaminación, alguien la puso”
Ariel García Furfaro, propietario de HLB Pharma, se defendió de las graves acusaciones.
El escándalo por el fentanilo contaminado, que causó al menos 76 muertes en todo el país, continúa escalando y se teme que pueda haber más víctimas fatales. En este contexto, Ariel García Furfaro, dueño del laboratorio HLB Pharma, que está siendo investigado en el caso, se defendió de las acusaciones.
“Primero quiero que la gente sepa que el fentanilo no tiene nada que ver con las muertes. Si realmente las ampollas tienen esa contaminación, alguien la puso”, dijo en diálogo con el diario La Nación.
El empresario negó que las muertes puedan atribuirse directamente a su producto, señaló presuntas irregularidades en la investigación y planteó que pudo haber una maniobra intencional para perjudicar a su empresa.
Además, rechazó las sospechas de narcotráfico sobre su persona: los antecedentes comerciales y las relaciones políticas de los hermanos García Furfaro son investigados en otros expedientes judiciales. “Se dijeron tantas barbaridades, como que yo era narcotraficante o que estaba involucrado en otras cosas, y nada de eso está comprobado“, se defendió.
El caso comenzó a investigarse cuando médicos del Hospital Italiano de La Plata detectaron varios cuadros de neumonía grave con evolución rápida en pacientes internados. En todos ellos se investiga la posible relación con la administración de fentanilo proveniente de un mismo lote: el N° 31.202, elaborado en diciembre de 2024 en la planta de Laboratorios Ramallo para HLB Pharma. Ese lote está bajo investigación judicial y sanitaria por una presunta contaminación con bacterias.
Según el expediente, parte de esas ampollas empezaron a utilizarse el 7 de abril en ese sanatorio, aunque no está confirmado que todos los pacientes afectados las hayan recibido. García Furfaro aportó su propia reconstrucción: “Nosotros le vendemos a una droguería, que es la que distribuye, y esa droguería le entrega la mercadería el 1° de abril al Italiano. Y el Italiano, según la declaración de la jefa de farmacia, la empezó a usar el 7 de abril. Recibió 10.000 ampollas y usó 1700”.
A partir de la denuncia que el hospital habría elevado, el 13 de mayo la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) emitió una alerta nacional en la que informó la posible detección de bacterias en el producto. El Ministerio de Salud de la Nación señaló que se habrían identificado más de 540.000 ampollas de fentanilo de HLB Pharma distribuidas en 16 provincias, incluyendo tanto las partidas en las que se habría hallado la contaminación como otras en revisión. Las provincias con mayor adquisición, se dijo, habían sido Santa Fe (302.000 unidades), Córdoba (251.000) y Buenos Aires (126.000). El juez Kreplak sostuvo este domingo que ascendió a 76 el número de muertes en investigación en todo el país presuntamente asociadas con la administración de ese fármaco, si bien el último Boletín Epidemiológico Nacional menciona 48 casos.
García Furfaro subrayó que, aunque públicamente se habló de tres lotes, toda la atención se concentró en uno solo: “El único lote que está con este problema es el 31.202. Se hicieron cinco lotes seguidos, casi un millón de ampollas –o 900.000–, cinco o seis lotes en total. El único lote que tiene este problema es el 31.202, que dicen que algunas ampollas están contaminadas y otras no. Es rarísimo, porque hicieron todos los lotes juntos”, afirmó.
Luego, fijó su cronología de los hechos: “El día 8 de mayo, cuando nosotros hacemos el recall, hablamos con el que compró a la droguería, me acerco a La Plata y hacemos el autorecall nosotros a las 15; después lo publica la Anmat a las 20.30”. El recall es el retiro preventivo de un producto del mercado para evitar que siga utilizándose mientras se investigan posibles fallas o contaminaciones.
García Furfaro dijo que se adelantaron a la autoridad sanitaria: “Nosotros lo sacamos del mercado. No lo sacó la Anmat, lo sacamos nosotros; están los mails mandados que lo demuestran. Y no solo eso: al otro día que sacamos el lote empezó a circular en los diarios ‘muerte, muerte, muerte’. No había ningún estudio, no había nada. El día 8 no había muerte, no había nada”.
En paralelo, la Anmat informó que el lote estaba en investigación porque habría contenido Klebsiella pneumoniae (MBL) y Ralstonia pickettii, detectadas también en muestras de pacientes. Sobre ese punto, García Furfaro contrapuso sus propios ensayos internos: “A la Anmat le dio klebsiella, al Malbrán le da klebsiella y ralstonia, y a nosotros no nos dio nada. Hay más bichos, en las historias clínicas, que no figuran en los resultados del Malbrán, raro. Son muchas las cosas que te generan dudas y queremos que esto se aclare y se resuelva de una vez por todas”.
En una revisión de historias clínicas, García Furfaro citó varios casos que se hicieron públicos, aunque reconoció que uno en particular lo impactó más: el de Renato Nicolini, un joven de 18 años que murió días después de un accidente en moto. “Tengo un hijo de esa edad, por eso me impactó tanto. Cuando leés la historia clínica y el golpe que tuvo, los daños, no la podés leer. Dicen que le agarró la bacteria esta, pero también tenía cinco o seis bacterias más, y los médicos señalan que el cuadro era todavía más complicado. Entró con pronóstico de muerte cerebral. Tenía la cabeza destrozada”, relató.
Renato vivía en Chascomús y trabajaba en un negocio familiar. El 25 de abril tuvo un accidente que le provocó un traumatismo craneal grave. Fue trasladado desde el hospital municipal al Hospital Italiano de La Plata, donde ingresó directamente a terapia intensiva, intubado y bajo sedación con fentanilo. Según contó su madre, Sol Francese, en una entrevista con La Nación, al cabo de unos días empezó a mostrar signos de mejoría, pero desarrolló fiebre persistente y una neumonía intrahospitalaria. El cuadro se agravó y, tras una cirugía de urgencia, fue diagnosticado con muerte cerebral el 5 de mayo. “Pasaron una medicación alterada, infectaron a mi hijo y eso lo mató”, dijo Francese en aquella ocasión.
Al referirse a este caso, García Furfaro sostuvo que forma parte de la investigación que busca determinar si el fentanilo del lote 31.202 estaba o no contaminado y si tuvo relación con los cuadros detectados. “Nosotros queremos saber qué pasó, porque si hubo contaminación hay que demostrarlo y si no la hubo, también. Es un caso muy fuerte”, expresó.
Sobre Leonel Ayala, un profesor de música de 32 años también incluido en la investigación, el dueño de HLB dijo que “tenía klebsiella desde marzo, y las ampollas del lote cuestionado se empiezan a usar el 7 de abril”. Explicó que el fentanilo se administra a pacientes en estado crítico y que, durante la internación en una UTI, los riesgos de adquirir bacterias resistentes son altos. “El fentanilo se lo dan a la gente que está muy mal, que sabés que se mueren. Mucha gente, creo que el 65% de la gente que va a terapia entra en la UTI y se muere. Eso lo aprendí ahora”, afirmó.
El hermano de Leonel, Alejandro Ayala, había contado que Leonel no tenía enfermedades previas y llevaba una vida activa. Relató que ingresó el 5 de marzo a la clínica Ranelagh por una pancreatitis, que estaba estable y con alta programada hasta que una colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE) le provocó una complicación grave. Fue derivado al Hospital Italiano de La Plata, donde su estado se agravó rápidamente y falleció el 7 de abril. “No nos van a devolver a Leonel, pero vamos a hacer fuerza para que se sepa la verdad y haya justicia”, había afirmado.
De Daniel Oviedo, un hombre de 44 años que estaba en diálisis desde hacía más de 16 años, García Furfaro indicó: “En su historia clínica figuran muchas otras bacterias”. En cuanto a Santiago Castillo, visitador médico de 46 años, remarcó la rapidez de su desenlace: “Estaba internado un mes y pico, y se murió a la hora y media. Es imposible, según me dicen los médicos. Si una persona recibe klebsiella, el efecto puede aparecer a los cuatro o cinco días; este paciente falleció a la hora y media”. En una nota previa de La Nación, la familia de Oviedo también había señalado que todo fue muy rápido y que, según les informaron, en la guardia del Hospital Italiano le aplicaron una única dosis de fentanilo del lote investigado.
Tras repasar estos casos, García Furfaro apuntó: “Hay que averiguar lo del fentanilo; no debería estar contaminado. La pregunta es si está contaminado o no”. Incluso planteó un posible origen interno para la crisis: “A los cinco o seis días, planteé la teoría de que una persona que trabajaba con nosotros –y que ya no forma parte de la empresa– expuso esto con la intención de perjudicarnos. No pensó que la situación iba a escalar a este nivel, poniendo en riesgo la salud pública del país. Se suspendieron operaciones, el daño colateral fue muy grande y hoy la gente no quiere usar fentanilo”, afirmó.
En su reconstrucción, García Furfaro remarcó las fechas: “El Italiano le avisó el día 2 de mayo a la Anmat. Después le volvió a avisar el 5 de mayo. Nosotros lo sacamos el 8 de mayo y la Anmat el 12 de mayo nos denuncia. Del 2 al 12 no cambió nada. Es algo súper raro. El 9 de mayo, cuando empezaron a hablar de muerte, nosotros nos autoinhibimos y nos dicen ‘No, están inhibidos por la Anmat’. No: nosotros nos autoinhibimos”.
Respecto de las observaciones previas que la Anmat había efectuado sobre HLB Pharma, respondió: “Sí, yo esas las puedo explicar una por una. Son por papeles. Nunca casos similares a esto”.
Sobre la fabricación del fentanilo, describió un proceso sin contacto humano: “Se hacen los reactores y después se lavan las ampollas en una lavadora automática que no tiene contacto con la gente. Pasan por un horno que llega hasta los 400 grados, esteriliza, y después la máquina las llena. Todo eso sin contacto de la gente. En el medio, las mangueras tienen tres filtros de 0,2 micrones; la norma exige dos y nosotros usamos tres por seguridad. No pasan microorganismos. Por eso somos los primeros en querer saber qué pasó: si fue una negligencia, si fue algo a propósito o si es todo un tema mediático y no hay nada”.
También alude a casos puntuales que trascendieron en la investigación. “La persona del Sanatorio Dupuytren no le dieron fentanilo, le dieron remifentanilo”, sostuvo. Y sobre el caso del bebé de Córdoba mencionado públicamente, que sobrevivió pero quedó con secuelas permanentes, dijo: “De ese bebé no sabemos nada. Lo que sabemos es que ya salió de peligro, estuvo internado hace cinco meses. Darle fentanilo a un bebé no es aconsejable. No sabemos si tuvo la bacteria o no, hasta que no veamos la historia clínica”.
Según García Furfaro, los estudios todavía no están concluidos. “Supuestamente está contaminado, pero los estudios no están terminados. Además, la gente estaba toda con cosas muy graves: EPOC, comorbilidades, cáncer, infecciones, problemas de riñones. No soy médico, pero cuando las leés, hasta en algunas lagrimeás”, detalló. Luego, volvió sobre el posible origen de los gérmenes: “Es un bicho multirresistente y eso tarda meses en formarse. Está en las terapias intensivas”.
En cuanto a la logística y el recupero de los productos, explicó: “Nosotros el 8 de mayo retiramos 60.000 ampollas. Si la Anmat quiere, mañana ya se recupera todo; en dos días se recupera todo. Es hablar con tres droguerías, 40 establecimientos. Treinta ampollas de este lote siguen en la calle; es como tener un arma suelta. Si nos dejaran, en dos días está resuelto esta parte, pero no nos dejan”.
Por último, se refirió también a las familias de las víctimas. “Me pongo en su lugar y entiendo que tengan esta visión de ponerme a mí como el malo. Lo que les digo es que estoy a disposición, tanto yo como la empresa, y que no solo acompañamos en el sentimiento, sino que queremos que se sepa la verdad. Si realmente las ampollas tienen esa contaminación, alguien la puso; no puede generarse en un laboratorio. Primero quiero que la gente sepa la verdad. Hoy nos toca estar en el lugar del señalado, pero vamos a estar hasta que se aclare todo y siempre poniéndonos en el lugar de quienes perdieron a un ser querido”, cerró García Furfaro.
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