Florencia de la V: vamos de paseo...
*Por Hugo Martin. Florencia de la V es la gran diva de las sierras. Va primera en recaudaciones con ¡Qué gáuchita mi mucama!, en el teatro que ella misma construyó.
Vive en un country y allí pasó las Fiestas en familia con los hijos de su marido, Pablo Goycochea. El miércoles llevó a dar una vuelta por el centro de la Villa a sus mellizos, Isabella y Paul Alexander. ¡Qué revuelo!
Pocas cosas demuestran tanto orgullo y felicidad como una madre que sale a pasear a sus hijos en cochecito.
El miércoles, en el centro de Villa Carlos Paz, Florencia de la V encarnó esas sensaciones en estado puro. A la tardecita, cuando aflojó el sol, arrancó para el centro con Isabella y Paul Alexander, sus mellizos. Salió desde el teatro Melos, donde picó en punta en la taquilla serrana con su obra ¡Qué gauchita mi mucama! (convocaron un 30 por ciento más de espectadores que el año pasado a esta altura), y los llevó hasta la avenida General Paz, donde se concentran los turistas. Por supuesto, generó revuelo.
Como Flor dijo vía twitter, "estoy como quiero".
Y su cara no lo desmiente.
Para resumir las frases -y los flashes- que a cada paso recibieron ella y los chicos, se podría usar una sola palabra: amor ("los nenes son divinos" se llevó el primer premio). Fuera del teatro su vida es hogareña.
Está parando en las afueras de la ciudad de Córdoba, en el country Ternas de la Carolina, a 20 minutos de Carlos Paz. Su rutina es desayuno, pileta con los mellizos, almuerzo, una pequeña siesta, y al teatro. Junto a su marido, Pablo Goycochea, se acompañan -cuando los bebés duermen- con música de Los Cafres, y su dieta incluye desde sushi a milanesas con puré, como almorzaron el mismo miércoles del paseo. Por las noches, antes de actuar, su cabala es tomar un café en Havanna junto a su amiga Gladys Florimonte, y al terminar la función va con el elenco a cenar a Pueblo Mío, Pizza Ranch o Lo de Elbio.
En Navidad, en cambio, se refugió en su casa. Hubo mucho glamour. Candelabros plateados, pequeños arbolitos al tono y unos simpáticos pajaritos a modo de servilletero fueron su toque personal para la mesa de Nochebuena. Allí celebraron los cuatro más los hijos de Pablo -Pía, Martina y Gonzalo-, su amiga Florimonte, Santiago Almeyda (ambos parte del elenco de la obra), las niñeras de los mellizos, Alicia y Paula, su productora, Georgina, y su publicista, Alberto Funes.
Después hubo karaoke, y a las cuatro de la mañana partieron hacia Zebra, en Carlos Paz.
Para la villa serrana Flor es un emblema, por haber apostado a construir un teatro, el Melos, que ya planea abrir durante todo el año. Y ella le da a la ciudad lo mejor de sí. Por ejemplo, a la apertura de la temporada fue con un vestido de Oscar de la Renta, que compró en los Estados Unidos para la ocasión.
Está feliz. Flor cerró, sin dudas, un año inolvidable.