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Extracción "milagrosa" de una rata del estómago de una persona

Un pastor le saca por el ombligo un roedor muerto a uno de sus fieles con el fin de terminar con un "trabajo de magia negra". ¿Milagro o fraude religioso

Un video, subido recientemente y que viene circulando por las redes sociales, ha generado gran debate en cuanto a su veracidad y ha reflotado un viejo tema. Se trata de imágenes en las que se ven las manos de un presunto pastor evangélico hurgando en la zona abdominal de una persona y extrayéndole por el ombligo una rata muerta.

Durante el breve proceso de "extracción", se escucha una voz femenina orando en idioma portugués y exaltando el nombre de Jesús. Una tercera persona asiste al pastor, volcando a su pedido un líquido en el hoyuelo formado por la presión de sus dedos. Segundos después comienza a asomar la cola de la rata que lentamente es extraída y su cadáver es desmembrado sobre el abdomen del creyente generando el júbilo de los asistentes. Aplausos y ¡aleluya!


Es lamentable que estas prácticas engañosas se extiendan y continúen impunes amparadas en la libertad de cultos. Si bien en el video no se ve la cara del pastor y tampoco figuran la fecha y lugar donde fue perpetrado el fraude, me animo a decir que esto proviene de Brasil y el protagonista forma parte de una nueva y gran camada de pastores cristianos (Makiã Santos, Amilton de Cristo, Isac Theodoro, Milton Cardoso, João do Recife, José Fernandes, Charles Santos, etc.) que simulan la extracción de diferentes objetos y/o animales del cuerpo de sus fieles con fines curativos y promoción de todo tipo de "milagros" en nombre del Señor.

En una amplia y detallada nota anterior, he denunciado a estos farsantes y he alertado sobre su llegada a Argentina [ver: "Las 'cirugías milagrosas' de los pastores evangélicos"]. Del mismo modo, ya hemos visto en "El templo del horror" cómo se monta un gran circo religioso a expensas del maltrato animal y humillación humana.

Así como la credulidad no tiene límites, los aprovechadores de ésta tampoco. Por lo tanto: ¡ojo al piojo!, y a la rata.