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Exclusivo DiarioVeloz - El crimen de Ángeles Rawson: ¿quién es el primo Cecilio?

En DiarioVeloz fuimos los primeros en anticiparte que el juez Javier Ríos iba por la trama de encubrimiento, y apuntaba sus sospechas al familiar del portero.

Por Jorge D. Boimvaser

@boimvaser

info@boimvaser.com.ar

 

El anhelo de todos es el mismo: que el crimen de Ángeles Rawson se resuelva en 24 horas y que en 48 horas los asesinos, sus cómplices y encubridores sean condenados.

Pero una cosa son nuestros deseos, y otra diferente la realidad de cómo trabaja la justicia para evitar la condena de inocentes y tener pruebas sólidas para imputar en la causa.

Así como en el crimen de Candela Sol Rodríguez relatamos desde este mismo espacio la trama de encubrimiento narco policial judicial a los verdaderos asesinos (hoy la realidad no dio la razón, no quedan detenidos y la causa está casi eternamente perdida), en el caso de Ángeles Rawson debemos decir lo contrario. La justicia y los investigadores están trabajando con profesionalismo, y avanza a pasos firmes en la resolución del horrendo homicidio. Pero hay circunstancias que llevan su tiempo. Por caso, pedir informes a las telefónicas para ubicar en tiempo y espacio dónde estaba cada uno de los personajes investigados la fatídica mañana que mataron a la piba, es una tarea que lleva tiempo. Las respuestas que pide la justicia no llegan de un día para otro, hay mucha burocracia en el medio (lo mismo que pedirle a la Secretaría de Transporte que verifique la ubicación de un portador de la tarjeta SUBE) y sólo cuando el juzgado y la fiscalía tienen todas las respuestas sobre la mesa pueden armar un croquis de la investigación y reconstruir quién miente y quién no en esta tenebrosa historia.

Para llamar a declaración a Sergio Opatowski –por caso-, se siguen una serie de procedimientos informativos a efectos de que cuando se siente a responder preguntas, ya la justicia sepa en base a los informes que le brindan los investigadores todos sus movimientos. De esa forma, si el padrastro "pisa el palito" en una respuesta clave (decir que estuvo en un lugar y en verdad no fuera así), el hombre ya estaría en condición de ser imputado en alguna fase de la causa.

Pero en este interín, el juzgado les pide a los investigadores policiales que le brinden toda la información disponible sobre los personajes a los que la justicia les echa el ojo. Esa data que recibe el juzgado no figura en el cuerpo principal del expediente sino en anexos que no pueden ser consultados por los abogados para evitar que embarren la cancha.

Todo sirve para reconstruir un perfil de personalidad. Es mentira que conductas indecorosas o ilícitas que no hagan al asesinato de Ángeles son inútiles. No es lo mismo para un juez saber que está frente a un testigo que puede ser en su vida diaria un Robin Hood o un Satanás. Toda información sirve a la hora de un interrogatorio. Después tiene que haber evidencias incriminatorias para una imputación, pero esas se buscan mediante informaciones contradictorias y los interrogatorios judiciales saben por dónde ir en cada caso.

El juez Javier Ríos tiene un informe sobre el primo de Mangeri, el policía Cecilio Saettone, que entre algunos datos le apunta relación poco claras con personajes del hampa en la zona de Pacheco y Tigre.

Concretamente, que Cecilio sería "mulo" o "culata" (guardaespaldas, en la jerga más entendible), de un supuesto empresario que en realidad estaría vinculado al narcotráfico en la zona norte del Gran Buenos Aires.

La vez que el primo de Mangeri enfrentó al periodismo que lo fue a ver a su casa donde estuvo el portero después del crimen de la escolar, casi se le salta la cadena mal frente a la pregunta de un cronista. El juzgado tiene esa escena porque muestra el perfil de un hombre agresivo, que se ofuscó rápidamente y de no haber estado frente a las cámaras quizás su violencia hubiera sido mayor a la verbal.

Y la declaración testimonial del policía habría dejado en el juzgado puntos oscuros que serán develados la próxima vez que sea citado, según dicen en los pasillos de Tribunales, ya con otros elementos de prueba.

Al juez no le hace demasiada gracia el vínculo con ese "empresario" devenido en narco a quien Cecilio S. le ofrecería sus servicios de seguridad. ¿Desconoce acaso el primo de Mangeri a qué se dedica su contratante?

Aparecieron en la historia algunas otras camionetas de alta gama que no pertenecen a la fábrica Ford, como una Toyota H., que suele conducir otro familiar del policía en esas misiones sospechosas en la temible zona del hampa bonaerense.

Hasta aquí lo que se puede relatar periodísticamente. Otros datos pueden complicar la investigación y los dejaremos para cuando sea el momento justo.

¿Es mucho? ¿Es poco? ¿Sirve a los fines de esclarecer la trama del caso Ángeles Rawson?

Eso lo determina la justicia. Nosotros sólo contamos lo que se sabe y se puede relatar.