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Excesos de la protesta social

Los piqueteros que cortan rutas y calles violan los derechos constitucionales que garantizan el libre tránsito.

Los cortes de tránsito son expresiones de la protesta social y de una tradición democrática débil que autoriza a conculcar el derecho ajeno a transitar para privilegiar el propio pretender acceder a lo que se le haya negado.

La sociedad argentina asimiló los piquetes hacia finales de los "90, cuando las localidades de Cultral-Co, en Neuquén y General Mosconi, en Salta, se convirtieron en sinónimo de desempleo. Sin embargo, estas acciones de protesta recién se extendieron en torno al estallido socioeconómico y político de diciembre de 2001, pero sobre todo en 2002, cuando se hicieron sentir las consecuencias de la debacle financiera.

Los cortes crecen cuando aumenta el malestar social. La estadística que desde 1997 lleva el Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría lo confirma. En 2001, se contabilizaron en todo el país unos 1.383 cortes de rutas y vías públicas; en 2002, ese número trepó a 2.336, y en los años posteriores tendió a reducirse al compás de la mejora de la economía en general, y del nivel de empleo, en particular. En ese período un solo año rompió la regla: 2008, cuando el conflicto agropecuario causó 5.608 cortes de rutas. Tras un 2010 tranquilo, con sólo 754 interrupciones al tránsito, en 2011 las cifra de piquetes empezaron nuevamente a crecer, llegó a los 1.354 cortes registrados y se ubicó en los mismos niveles de una década atrás.

Sólo un tercio de todos esos bloqueos tuvieron lugar en el área metropolitana. Otro tercio se acumuló en una sola provincia: Santa Cruz, y el resto se distribuyó en el resto del país. En el primer trimestre de 2012, Nueva Mayoría contó 175 cortes, y se empieza a percibir cierta aceleración. A estas alturas, las calles tienen múltiples y sucesivos dueños: vecinos, ambientalistas, camioneros, petroleros, "manteros'' y docentes, entre muchos otros.

A estas referencias, hay que sumar los cortes de rutas y calles en diferentes localidades del interior, que suman 241 interrupciones de tránsito en los últimos 19 meses, según la información reunida por la entidad civil. Esta información no expresa otros aspectos de esta forma de comportamiento de protesta, como la declinación del respeto por los derechos del prójimo. La repetición de esas conductas, que lesionan los derechos vigentes de acuerdo con las normas constitucionales que garantizan el libre tránsito, ha ido llevando a la confusión de muchos, que consideran como un mérito ese incumplimiento.

La manera de restituir la justicia y la equidad es la ley, no la demagogia o el clientelismo.