“Esto es entre El Capitán y ustedes”: el chat que compromete a Marcelo Porcel en la causa por presunto abuso
El empresario de 51 años está imputado por presuntos abusos contra alumnos del colegio Palermo Chico. La investigación, iniciada hace un año y medio, avanza bajo secreto de sumario y revela un presunto patrón de captación, premios y pedidos de silencio.
La investigación judicial por presuntos abusos contra alumnos del colegio Palermo Chico volvió a quedar en el centro de la escena tras la difusión de nuevos elementos del expediente que tiene como imputado al empresario Marcelo Porcel. La causa se inició a mediados de 2024, pero se mediatizó esta semana al conocerse detalles de los intercambios que el acusado mantenía con adolescentes, amigos de sus hijos.
Según consta en la denuncia, Porcel organizaba encuentros durante los fines de semana con estudiantes de los cursos a los que asistían sus dos hijos mayores. Las reuniones se realizaban en distintos domicilios: su vivienda en Palermo, un departamento vacío de su madre en la Torre Le Parc de Puerto Madero y oficinas de su propiedad.
Los encuentros se coordinaban a través de un grupo de WhatsApp en el que el empresario utilizaba el apodo “El Capitán”. De acuerdo con el expediente, ofrecía dinero, transferencias a billeteras virtuales y premios —como figuritas del Mundial Qatar 2022— a cambio de que los chicos aceptaran desafíos o permanecieran en las reuniones. También se habría ofrecido a pagar traslados mediante aplicaciones de viajes.
Fuentes judiciales indicaron que los intercambios incluían propuestas para consumir alcohol y realizar apuestas deportivas online. Entre los hechos denunciados figuran masajes en las piernas tras partidos de fútbol, un video de adolescentes corriendo en ropa interior en su despacho y una presunta imagen de un menor duchándose.
Los padres sostienen que el acusado buscaba generar un vínculo de confianza y silencio mediante incentivos económicos. “A ellos les decía frases como ‘esto no se lo cuenten a nadie, esto es entre El Capitán y ustedes’”, relataron familiares de los alumnos.
La causa tramita bajo secreto de sumario en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°50, a cargo de Carlos Manuel Bruniard, con intervención de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°1, cuyo titular es Pablo Turano.
Hasta el momento, nueve familias se presentaron como denunciantes. Algunas víctimas ya declararon en Cámara Gesell, mientras que otras aún deben hacerlo. Tras las denuncias, la Justicia dictó una orden de restricción que impide a Porcel acercarse a menos de 300 metros de las presuntas víctimas, del colegio y del club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (GEBA).
Además, se realizaron allanamientos en domicilios y oficinas del imputado, donde se secuestraron teléfonos celulares y computadoras que actualmente están siendo peritadas.
Porcel se encuentra imputado, pero todavía no fue llamado a indagatoria. El fiscal solicitó su citación, aunque la incorporación de un nuevo denunciante obligó a retrotraer el expediente para cumplir con el procedimiento formal antes de avanzar.
Tras la difusión pública del caso, el colegio Palermo Chico informó mediante un comunicado que la familia del acusado ya no forma parte de la institución y aclaró que los hechos investigados no ocurrieron dentro del establecimiento. También señalaron que se activaron los protocolos correspondientes y se dio intervención a los organismos de protección de derechos de niños y adolescentes.
Mientras tanto, las familias advierten sobre el impacto emocional en los estudiantes involucrados. Según relataron, varios chicos presentaron retraimiento, tics nerviosos y conductas de aislamiento, y requirieron acompañamiento psicológico. No descartan que se sumen nuevas denuncias en las próximas semanas.
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