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"Estamos juntos por necesidad, y en la tele de hoy falta humor"

Juan Acosta y Atilio Veronelli volvieron a la calle Corrientes para hacer lo suyo. De la supervivencia a las dudas sobre la gracia de los mediáticos.

Hace un año Juan Acosta y Atillo Veronelli decidieron casarse artísticamente, y fruto de esa relación nació "Acosta de Veronelli", la obra que a partir del viernes 3 se puede ver en el teatro "El farabute" de avenida Corrientes al 5000 de Capital Federal. "Nos juntamos por necesidad, creo que los artistas hacen cosas para poder satisfacer necesidades básicas, de lo contrario nos pasaríamos tirados en la cama rascándonos", explica Atilio antes de empezar a consumir un inmenso café batido con crema y chocolate.

Mientras tanto Juan Acosta, con un cortado convencional, espera que termine su compañero y da su propia versión.

"También creo que nos juntamos por necesidad, pero por la necesidad que tienen dos artistas como nosotros de hacer reír a la gente", sostiene.

Ambos coinciden en que la carrera artística está poblada de altibajos, que inciden directamente en la economía personal y si bien ellos cuentan con un reconocimiento profesional que les facilita las cosas, aseguran que están lejos de sentirse "salvados" económicamente. "Desde que empecé a trabajar en el ‘88 vengo invicto y siempre pude vivir del arte. Tuve momentos tremendamente millonarios como en los que invitaba a cenar Marcelo Tinelli y Adrián Suar y pagaba yo, pero también pasé por momentos en los que pasaba la gorra porque no tenía para pagar las expensas", cuenta Acosta y como si se tratara de un sketch de la obra Atilio arranca con su anécdota.

"En un momento de mi vida decidí hacer terapia y mis viejos me dijeron que ellos no pagaban boludeces, entonces me puse a trabajar en el CEMIC acomodando fichas de pacientes para pagarme las sesiones", recuerda e inmediatamente agrega: "Otra cosa que tuve que hacer por necesidad es ponerme a trabajar de escritor, cuando le agarré la mano me quedé en mi casa; llegué a pesar 125 kilos y me dejé la barba larguísima. Escribí 5 años para Antonio Gasalla, sketches para Susana Giménez, de todo".

Cuando llega el momento de opinar de los programas humorísticos que hay en la televisión, muestran una visión crítica, pero desde puntos de vistas distintos.

"Creo que los diez años de menemismo calaron muy hondo en la sociedad argentina y el humor no se salvó; así se simplificó y quedaron atrás, por ejemplo, el grupo de los uruguayos (Hiperhumor)", dice Atilio, quien ni bien termina, mira a Juan que empieza su respuesta con un contrapunto picante.

"Para mí es todo lo contrario, el problema es que hay gente que no es graciosa e intenta hacer reír, mientras que los graciosos no estamos en pantalla", concluye. No hay nada que hacer, están casados (artísticamente) y así lo demuestran...