Emmanuel Horvilleur, un padre todo terreno y de vacaciones
En sus vacaciones esteñas, el músico pasa mucho tiempo con su gran debilidad, André, el hijo de 8 años que tuvo con Celeste Cid. Paleta, fútbol y chapuzones en el mar, un combo ideal para disfrutar de cada tarde en José Ignacio.
Nota extraída de la revista Gente.
Desde muy chico, cuando apenas tenía meses de vida, André (8) supo de los aires estivales uruguayos.
Y, no cabe duda, los guardó en su corazón. Papá Emmanuel (38), en ese tiempo codo a codo con mamá Celeste Cid, le regaló sus primeras vacaciones en 1.a Pedrera.
Han pasado los años y aquel bebé es hoy un simpático muchachito amante del rock de Rolling Stone, que sigue disfrutando estar con sus padres.
En enero ya había estado en Mar del Plata con Celeste. Ahora llegó el turno de papá Emma.
Compinches y felices se los pudo ver en José Ignacio, más precisamente en la bajada de La Huella: juegos bajo el sol, simulacros de peleas de catch, paleta a fondo -como manda la tradición playera- y divertidos partiditos de fútbol (Emma, fanático de Vélez, la pisaba como si fuera el mismísimo Fernando Gago). "Un hijo es una persona que te lleva a otro mundo", supo definir alguna vez el profundo sentimiento que a Emma le provoca André. De hecho, siempre confesó que su momento más feliz es cuando comparte aventuras con el niño y se retrotrae a su propia infancia. De vacaciones tras un año intenso, el talentoso compañero de Dante Spinetta en Illya Kuryaki eligió pasarla con amigos -está parando con ellos en la zona de las chacras- y de su pequeña debilidad. Viaje de hombres, como quien diría.
Cada tanto, echa mano a la viola, para susurrar una vieja canción. Y nada puede ser mejor para él.