"Él tiene un don especial de Dios"
En diálogo con "Chiche" Gelblung, Luis Giorlano, el periodista deportivo y seguidor del milagroso sacerdote, el Padre Ignacio, habló del más prestigioso de los curas sanadores.
El Padre Ignacio nació en Sri Lanka y arribó a la ciudad de Rosario hace más de 20 años. Allí se convirtió en un fenómeno sin parangón por protagonizar un sin número de de milagros inexplicables, que semana a semana, presencian miles de personas.
El martes pasado, por primera vez, el padre atendió fuera de la ciudad rosarina, y por un amigo que lo conoció al momento de su llegada al país, fue convencido para visitar el partido de San Miguel.
"Los primeros que hablábamos del padre Mario, cuando aun vivía, ya hablábamos del padre Ignacio", recordó el periodista deportivo y seguidor del Padre Ignacio, Luis Giorlano, en diálogo con "Chiche" Gelblung por Radio Mitre.
El autodenominado "amigo" y "deboto" del Padre contó una anécdota particular sobre cómo llego al país: "Él había buscado una salida espiritual en la India, no la encontró y se fue a Inglaterra pero perdió el avión. El Padre cuenta que se enojó con Dios porque tenía que viajar si o si. Finalmente ese avión se cayó".
Si hay algo que lo diferencia de otras personalidades que saltaron a la fama por sus milagros logrados o aparentes, es que el Padre Ignacio es el medio para logarlos y no el que los produce.
"Él tiene un don especial de Dios que no sabe explicarlo, él no cura sino que es el vinculo que te lleva al milagro", explicó Giorlano.
Pero más allá de ser el "medio", el Padre, sin dudas, tiene un "poder" especial: "Lo que él si percibe de la gente es si el problema es físico o espiritual. Él no quiere que le digas nada, él sólo percibe las cosas y reza por los que tienen que ser operados, o están con tratamientos de quimioterapia u otros. Él reza por vos, no te dice `dejá y confíe en mí´".
Y añadió: "Lo que te da el Padre Ignacio es tarea para que a través de la oración, te metas la idea de que querés curarte, querés estar mejor, no como aquellos carismáticos que te decían que tenían el poder".
"Él no se va de la iglesia hasta que atiende a la ultima persona, es un amor", concluyó.
El Padre Ignacio brindará una misa "abierta a todos" el próximo martes 24, en la Catedral de Paraná a partir de las 16.
El martes pasado, por primera vez, el padre atendió fuera de la ciudad rosarina, y por un amigo que lo conoció al momento de su llegada al país, fue convencido para visitar el partido de San Miguel.
"Los primeros que hablábamos del padre Mario, cuando aun vivía, ya hablábamos del padre Ignacio", recordó el periodista deportivo y seguidor del Padre Ignacio, Luis Giorlano, en diálogo con "Chiche" Gelblung por Radio Mitre.
El autodenominado "amigo" y "deboto" del Padre contó una anécdota particular sobre cómo llego al país: "Él había buscado una salida espiritual en la India, no la encontró y se fue a Inglaterra pero perdió el avión. El Padre cuenta que se enojó con Dios porque tenía que viajar si o si. Finalmente ese avión se cayó".
Si hay algo que lo diferencia de otras personalidades que saltaron a la fama por sus milagros logrados o aparentes, es que el Padre Ignacio es el medio para logarlos y no el que los produce.
"Él tiene un don especial de Dios que no sabe explicarlo, él no cura sino que es el vinculo que te lleva al milagro", explicó Giorlano.
Pero más allá de ser el "medio", el Padre, sin dudas, tiene un "poder" especial: "Lo que él si percibe de la gente es si el problema es físico o espiritual. Él no quiere que le digas nada, él sólo percibe las cosas y reza por los que tienen que ser operados, o están con tratamientos de quimioterapia u otros. Él reza por vos, no te dice `dejá y confíe en mí´".
Y añadió: "Lo que te da el Padre Ignacio es tarea para que a través de la oración, te metas la idea de que querés curarte, querés estar mejor, no como aquellos carismáticos que te decían que tenían el poder".
"Él no se va de la iglesia hasta que atiende a la ultima persona, es un amor", concluyó.
El Padre Ignacio brindará una misa "abierta a todos" el próximo martes 24, en la Catedral de Paraná a partir de las 16.