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El taxi boy que mató con un bate y una mancuerna y cayó por un preservativo usado

Le dicen "Mike" y está condenado por dos crímenes: en 2002 asesinó con un bate a un odontólogo en La Matanza, y en 2003 mató a una gerenta de marketing en Palermo.

Miguel Angel Gómez (34) es el único taxi boy que está condenado por dos crímenes, el de un hombre y una mujer. A ambos los mató de la misma manera: les destrozó la cabeza. Y para ello, usó elementos bastantes particulares, ya que en un caso mató con un bate y en el otro, con una mancuerna.

Su primera víctima fue el odontólogo Carlos Miguel Aisen, de 41 años. La madrugada del 6 de diciembre de 2002, el dentista apareció asesinado flotando en la pileta de su casa de Colón 451, de Ramos Mejía. Tenía los calzoncillos bajos y la cabeza molida a golpes.

Pero fue a partir de la investigación del crimen de su segunda víctima, la gerenta de marketing Verónica Tomini, que terminó preso y relacionado al primer caso.

Tomini fue hallada asesinada en su departamento del tercer piso "A" de Gorriti 3515, el 20 de agosto de 2003. La encontró su propia madre. Tenía el cráneo y la mandíbula destrozados a golpes. Todos sus dientes se encontraron desparramados por el piso.

El arma homicida fue hallada junto al cadáver. Era una mancuerna, una pesa de hierro para hacer gimnasia de dos kilos. 

La autopsia determinó que primero le fracturó la muñeca cuando la chica intentó cubrise y defenderse, y después la mató de 18 letales mancuernazos en el rostro y el cráneo. 

La casa estaba revuelta por la lucha pero además siempre se sospechó que el asesino se robó unos 10.000 pesos que la víctima tenía ahorrados para irse de viaje a Barcelona, aunque este robo finalmente no pudo ser probado.

La joven tenía 25 años y era gerenta de una empresa de marketing. Los investigadores supieron desde el primer momento que el asesino era un conocido. Había evidencias de que víctima y victimario habían pasado juntos la noche del 19 y la madrugada del 20 de agosto de aquel año.

Cenaron y bebieron dos cervezas. También encontraron drogas: pastillas y marihuana. 

Pero la clave del caso fue el hallazgo de un preservativo usado y anudado, con semen en su interior, que probaba que habían mantenido relaciones sexuales.

En ese profiláctico estaba el ADN del asesino. Y los análisis genéticos después determinaron que ese perfil genético coincidía con el del taxi boy.

Algunos testigos del entorno de Tomini le hablaron a la policía de un tal "Mike", un joven con el que la gerenta había entablado una relación informal que pasaba por la noche, los boliches, el sexo y las drogas.

El análisis de la computadora de Tomini fue la llave que destrabó la investigación. Los detectives de la División Homicidios y el fiscal de instrucción Martín López Perrando confirmaron con los chats y los mails de esa PC que la noche del crimen Tomini había invitado a su departamento a "Mike", y descubrieron su identidad completa: Miguel Ángel Gómez.

El sospechoso, en aquel momento de 24 años, era taxi boy, pero Tomini no era su clienta. Su clientela eran los gays.

Gómez desapareció pero fue detenido de una manera muy curiosa. Lo atraparon el 15 de septiembre de 2003, cuando fue a votar en una escuela de Palermo en el ballotage entre Aníbal Ibarra y Mauricio Macri por la jefatura de gobierno porteña.

En un allanamiento realizado dos días más tarde en la casa de su madre, en Floresta, la Policía Federal encontró un bate de béisbol que fue el pilar para relacionar a "Mike" Gómez con el crimen del odontólogo Aisen de Ramos Mejía.

En la casa de ese odontólogo se habían robado un bate similar al secuestrado.

El fiscal de La Matanza Claudio Polero acreditó que Gómez solía frecuentar y "hacerle el novio" al odontólogo y con esos elementos lo procesó y mandó a juicio por este crimen.

En los juicios orales, la suerte del taxi boy tuvo idas y vueltas. El 9 de diciembre 2004 el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 6 de la Capital Federal lo condenó a prisión perpetua por el caso Tomini, al considerarlo autor de un "homicidio criminis causa en concurso ideal con robo agravado con arma impropia".

El 28 de mayo de 2007 terminó el juicio por el crimen del odontólogo Aisen y esta vez el fallo le fue favorable. El Tribunal Oral 4 de La Matanza consideró que la prueba no era suficiente y lo absolvió.

El 11 de mayo de 2010, la Cámara de Casación Penal porteña anuló la condena a perpetua de Gómez por el crimen Tomini por una cuestión técnico procesal. Los jueces explicaron que el taxi boy había llegado a juicio por homicidio agravado por ensañamiento y fue condenado en el debate por otra carátula -"críminis causae"-, por la que no había sido indagado.

Por ese motivo, se ordenó hacer un nuevo juicio oral con nuevos integrantes del TOC 6. Fue en febrero de 2011 y Gómez volvió a ser condenado pero a una pena y por un delito más leve: 20 años de prisión por homicidio simple. No hubo perpetua porque no se pudo probar ni el ensañamiento ni que el homicidio hubiese sido consumado para lograr la impunidad de un robo que tampoco se probó.

Lo que no se sabía es que en el caso del odontólogo Aisen, donde en 2007 había sido absuelto, Gómez sufrió un revés judicial. La Cámara de Casación bonaerense lo condenó directamente a perpetua sin nuevo juicio oral. Ahora, esta condena fue apelada por la defensa y está siendo estudiada por la Suprema Corte bonaerense.