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El relato en primera persona del calvario de una víctima de Gustavo Rivas: "Nos arruinó la vida para siempre"

Martín Daneri contó que Rivas invitaba a su casa a los adolescentes, que tomaban todo como una travesura.

Pasaron 40 años, pero Martín Daneri (55) no se olvida lo que pasó cuando era un chico y Gustavo Rivas se le cruzó en su vida y la de sus amigos. Reconocido jugador de ajedrez, campeón entrerriano en varias ocasiones y competidor de prestigiosos torneos internacionales, relató, por primera vez, los abusos que vivió junto a sus compañeros del club de parte del abogado, historiador y ex candidato a gobernador de Entre Ríos.

"El modus operandi era siempre el mismo. Gustavo nos invitaba a su casa, nos pasaba películas pornográficas y nos hacía masturbar a todos mientras él se desnudaba y nos filmaba la cara y el pene. Teníamos 15 años y ninguno de mis amigos había tenido relaciones sexuales, ver esos videos porno para nosotros era una novedad, con eso nos convencía", relató Daneri.

"En ese momento decíamos que era una joda, que era una travesura. Lo que yo me di cuenta años después es que a muchos, Gustavo Rivas les arruinó la vida para siempre", agregó.

Daneri fue una de las tres personas que ya declaró en contra de Rivas y ahora por primera vez habló frente a las cámaras. Lo hizo en el programa televisivo del periodista Daniel Enz, quien durante un año y medio realizó la investigación en la que acusa al "ciudadano ilustre" de haber corrompido a más de 2 mil menores entre 1970 y 2010.


"Nunca lo hablé con mi padre, nunca se lo conté. Era chico y pensaba que era normal o lo tomaba como una aventura. De grande me di cuenta que lo que Gustavo hacía con nosotros es de una perversidad enorme, muy grave", relató.

"En esa época hacía actividades en el Club Neptunia y Rivas era uno de los dirigentes. Por eso siempre estaba rodeado de chicos y sé que la gran mayoría de esos chicos iba a su casa. A todos nos incentivaba a ver películas porno, algo que ninguno de nosotros teníamos posibilidad de ver, y esa era la carnada para atraernos. El problema es que después se desnudaba y nos filmaba mientras nos masturbábamos", recreó Martín.

El hombre cuenta que sólo fue dos veces a la casa del historiador y candidato a gobernador en 1987, pero que sabe que muchos chicos compañeros de ese club fueron en varias oportunidades más: "Todos los chicos del club fueron a su casa, todos lo sabían. No puedo calcular exactamente cuántos, pero puedo afirmar que son miles, es algo de dimensiones impresionantes. Gustavo le arruinó la vida a mucha gente, amigos que nunca más pudieron armar una familia o tener una relación estable, otros que tuvieron que irse de Gualeguaychú y nunca más volvieron".

Desde que la investigación publicada en la revista Análisis salió a la luz, Gualeguaychú entró en estado de shock. Los vecinos comenzaron a justificar los hechos, la mayoría con el argumento de que Rivas no obligaba a los chicos a ir a su casa.

Lo cierto es que toda la ciudad sabía lo que pasaba puertas adentro de la casa ubicada en Mitre 7, a pasos de la Jefatura Policial y de los Tribunales, desde donde ahora aseguraron a Clarín que la imputación y la citación a indagatoria está cada vez más cerca. Y que todo se encamina a un juicio oral.

"A Rivas lo crucé muchísimas veces durante estos 40 años. Le di la mano y hasta hablábamos, no me salía decirle todo lo que tenía guardado en mi interior. No podía expresarlo,me lo guardaba. Ahora siento que me saqué una mochila muy pesada que tenía sobre mis hombros. Ahora puedo caminar relajado", le detalló a Clarín.

Ya comenzaron a peritar los más de 100 videos DVDs, VHS y las fotos que fueron allanadas de la casa de Gustavo Rivas. Según contaron fuentes de la investigación, muchos relacionados a la pornografía y algunos en las que habría menores involucrados, que ahora intentarán reconocer para poder ubicarlos y así citarlos al juzgado.

Mientras tanto, Rivas no sale de su casa. De ser el hombre respetado, que contaba con todos los honores para ser homenajeado con el nombre de una calle o un monumento en la plaza central, ahora prefiere el resguardo. Ya no saca a su perrita a pasear por las mañanas y tampoco se asoma al balcón para hablar con los vecinos.

"Me robaron la inocencia porque a los 15 años vos te dejas llevar. Yo no sabía lo que hacía y esta persona se aprovechaba de eso. Es un tipo perverso que jugaba con nosotros y que a muchos los perjudicó para toda la vida", cierra Daneri.