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El presidente de Siria advirtió: "Una intervención traerá caos y extremismo"

Bashar Al Assad negó nuevamente haber usado armas químicas y desafió a los presidentes de Estados Unidos y Francia a que muestren "una sola prueba".

El presidente sirio, Bashar Al Assad, negó nuevamente hoy haber usado armas químicas contra rebeldes o civiles, como lo acusan varias potencias mundiales y advirtió que si su país es víctima de una intervención militar el "caos y el extremismo" se apoderarían de Medio Oriente.

Medio Oriente es "un barril de pólvora" y "el fuego se aproxima",  subrayó el mandatario sirio, que insistió en la existencia de "un riesgo de guerra regional", durante una entrevista que adelanta la página web del diario francés "Le Figaro", reproducido parcialmente por la agencia de noticias EFE.

"No hay que hablar solo de la respuesta siria, también de lo que podría producirse tras el primer ataque. Nadie puede saber que pasaría. Todo el mundo perderá el control de la situación cuando el barril de pólvora explote", indicó el presidente al enviado especial del diario en Damasco.

En la entrevista, Al Assad desafió nuevamente a los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Francia, François Hollande, a que muestren "una sola prueba" del ataque de su ejército con armas químicas.

Washington asegura tener pruebas "claras y contundentes" de que el ataque químico fue perpetrado por el Ejército, pese a que aún no existe un pronunciamiento definitivo de la ONU y que la organización Médicos sin Fronteras (MSF) acreditó el ataque pero no así su autoría.

"No estoy diciendo que el ejército sirio posea o no esas armas. Supongamos que el ejército sirio quisiera utilizar armas de destrucción masiva, ¿lo podría hacer en una zona en la que él mismo se encuentra, donde soldados fueron heridos por esas armas, como constataron los inspectores de la ONU al visitarlos en los hospitales donde estaban siendo tratados?", se preguntó el líder sirio durante la entrevista.

Sobre Francia, cuyo gobierno es uno de los más proactivos en relación a la eventual intervención militar en el país árabe, el sirio aseguró que el pueblo galo "no es enemigo de Siria", pero sí  "la política de su Estado, que es hostil al pueblo sirio".

También advirtió sobre "repercusiones negativas" sobre los "intereses franceses" en caso de ataque.

Al tiempo, el presidente sirio aseguró que "cualquiera que contribuya al refuerzo financiero y militar de los terroristas es el enemigo del pueblo sirio".