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El mundo tiene un nuevo país: Sudán del Sur

El mundo tiene un nuevo país: Sudán del Sur se escindió ayer oficialmente del Norte y proclamó su propia república cuando el presidente del Parlamento, James Wani Igga, leyó la declaración de independencia en un acto festivo en la capital, Juba.

Miles de personas acudieron a la ceremonia, en la que se arrió la bandera de Sudán y se izó la bandera de Sudán del Sur. Después, el nuevo presidente, Salva Kiir, firmó la Constitución de transición y juró el cargo.

En el acto estuvieron presentes jefes de Estado y dignatarios de todo el mundo, incluido el presidente de Sudán, Omar al Bashir, sobre el que pesa la orden de detención dictada desde la Corte Penal Internacional por los crímenes de guerra cometidos en lo que hoy es Sudán del Sur. Sudán no reconoció la independencia del sur oficialmente hasta el viernes, en el último momento.

Entre tanto, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, manifestó el apoyo de la comunidad internacional a la nueva república. "Esta independencia supone un nuevo comienzo para Sudán del Sur. La comunidad internacional tiene una responsabilidad de cara al nuevo país", dijo Ban a dpa en Juba.

Pero también el gobierno del sur deberá asumir sus responsabilidades, añadió el surcoreano. En el nuevo país no sólo es necesario emprender mejoras en la infraestructura y la economía, sino también garantizar el cumplimiento de la ley y los derechos humanos.

En Sudán del Sur hoy reina un ambiente de fiesta. Ya en torno a la medianoche del viernes, los campanarios de las iglesias anunciaron el histórico día y ritmos de tambores celebraron el nacimiento del Estado número 54 de África.

Desde primeras horas de la mañana, miles de personas inundaron las calles de Juba, cantando y ondeando su colorida bandera. En todas partes se pronunciaron oraciones cristianas y musulmanas y, cuando se izó la bandera de Sudán del Sur, muchos lloraron de alegría.

"El día de hoy recuerda que tras la oscuridad de la guerra es posible la luz de una nueva mañana", afirmó por su parte el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tras reconocer formalmente el nuevo país. También el presidente permanente de la Unión Europea, Herman Van Rompuy, felicitó a través de su Twitter al nuevo país y deseó a los sudaneses del sur "un exitoso y pacífico futuro".

Tras una larga guerra civil que se prolongó durante décadas, el pasado mes de enero casi el 99 por ciento de los sudaneses del sur -mayoritariamente cristianos- se pronunciaron a favor de la independencia del norte -de mayoría musulmana-.

La guerra civil, que finalizó en 2005, había afectado especialmente al sur. Aproximadamente dos millones de personas perdieron la vida, mientras que otros cuatro millones se vieron obligados a huir. De momento, continúa sin aclararse la polémica entre las fronteras exactas y el reparto de los rendimientos petroleros.

En este sentido, el secretario general de la ONU se mostró preocupado por las crecientes tensiones y conflictos, sobre todo a lo largo de la nueva frontera con el norte.

Escenario

La calle, a puro festejo

Juba (dpa) >"Ahí baja..." La voz de Mary Matuts apenas se escucha entre el júbilo de los miles de sudaneses del sur que llevan seis años esperando este momento. Omar al Bashir arría la bandera de Sudán. Y por cada palmo que ésta desciende en un mástil, sube en otro un poco más la bandera de Sudán del Sur, hasta que entre la alegría desbordante de la multitud ondea bien arriba, símbolo del país más joven del mundo.

"Sudán del Sur, Sudán del Sur", gritan una y otra vez los miles de ciudadanos congregados en la plaza, ante el monumento al combatiente por la libertad John Garang. Mary Matut se estira para ver mejor desde su silla de plástico, retira el sudor y las lágrimas de su rostro y exclama: "¡Hoy es nuestro día!" "¡Por fin somos libres!"
 
Algarabía

Mathilde Pasquale agarra fuerte del brazo a su hija pequeña de 12 años, que mira un poco aturdida mientras a su alrededor todos gritan y ondean las coloridas banderas del país. Apenas se escuchan la declaración de independencia y la jura del cargo del presidente, Salva Kir. Pasquele ha vestido a su hija de domingo.

"Después, podrá decir que estuvo aquí cuando nació nuestro país", explica. "Hoy es un día de fiesta para todos en Sudán del Sur".

La alegría que inunda Juba, la capital más joven del mundo, parece no tener límites. Desde primera hora de la mañana, masas de personas se congregaban en la plaza bajo un sol de justicia, sin que apenas les importara que la ceremonia oficial de independencia comenzara con más de hora y media de retraso.

"Eso es justamente el horario africano", opinaba lacónico un joven que, como muchos de los ciudadanos, llevaba una bandera de su nuevo país.

"Hoy somos testigos de la Historia", dijo entre tanto el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, que felicitó al nuevo país de la comunidad internacional. Tras una larga lucha se abre ahora un nuevo capítulo: "Las gentes de Sudán del Sur han logrado la libertad y la dignidad que les pertenece".

Charles Alfred Willia ha venido a la celebración con la Biblia en mano. "Este es un día de alegría", dice el sacerdorte. "Pero también contiene tristeza. Duele, que muchos de los que lucharon por nuestra libertad no puedan vivirlo".

Un veterano con la pierna amputada, que se ha vuelto a enfundar el viejo uniforme de los tiempos de la guerra civil, asiente, serio. Y es que en torno a dos millones de personas perdieron la vida durante la guerra civil entre el norte y el sur, que culminó en 2005. En Sudán del Sur viven unos ocho millones de personas.