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El jugador más conflictivo del fútbol argentino, volvió a hacer de las suyas

Por Ezequiel Zabalza. El arquero de Boca Unidos, Gastón Sessa, tuvo un duelo particular con los hinchas de Gimnasia en el Bosque, quienes silbaron al “Gato” porque éste hizo fuertes declaraciones contra su exclub.

Por Ezequiel Zabalza
@Capichorra
ezabalza@diarioveloz.com

El arquero de Boca Unidos, Gastón Sessa, sumó a su "curriculum" de actos condenables unos gestos en contra de los dirigentes de Gimnasia, que según el uno, le adeudan dinero tras su paso por el club en la última etapa que el "Lobo" jugó en Primera A.

En el encuentro en que su equipo cayó por 2 a 0 frente a Gimnasia, en La Plata, Sessa, que fue abucheado por la parcialidad tripera, se dirigió hacia la tribuna local y le hizo gesto con las manos, dando a entender que le pagaran lo que deben. Esta acción la volvió hacer al finalizar el encuentro y la realizó cuando se dirigía al vestuario.

El "Gato", que se ganó la fama de ser un tipo calentón, tuvo un tiempo sin protagonizar hechos vergonzosos. Pero hoy no pudo contralar su calentura y se desquitó con los hinchas y los dirigentes de Gimnasia.

Los antecedentes violentos de Sessa se remontan a aquella oportunidad en la que fue sancionado con diez fechas por haber agarrado del cuello al árbitro Sergio Pezzotta, durante el torneo Clausura 2002, en un partido con San Lorenzo.

En el 2006, por la primera fase de la Copa Sudamericana, en un encuentro disputado en la cancha de Lanús, el "Gato" tuvo un ataque de nervios: corrió hasta el vestuario para pegarle a Lucas Castromán (se fue expulsado tontamente), algo que no pudo concretar porque sus compañeros lo frenaron en el camino.

Al año siguiente, Sessa exhibió varios momentos de descontrol. Su primer hecho fue contra un compañero, Mauricio Pellegrino, con quien tuvo un duro cruce durante el primer tiempo del partido frente a Internacional de Brasil por la Copa Libertadores.

Esa noche, Sessa le reprochó en duros términos al defensor su presunta responsabilidad en una jugada de ataque del conjunto brasileño y le dio un par de manotazos, que impactaron en el rostro del zaguero.

Afortunadamente para Vélez, el árbitro de ese encuentro no observó la agresión del uno sino hubiera sido expulsado de inmediato y tal como lo establece el reglamento, marcaría penal.

Poco tiempo después de este incidente, el "Gato" volvió a mostrar síntomas de descontrol al pegarle un pelotazo en la cara a un chico que se demoró en devolverle el balón que había salido del campo de juego durante el encuentro entre Vélez y Belgrano, encuentro que se jugó en Córdoba. Al finalizar ese partido, el "uno" fue asediado por los periodistas y fotógrafos a quienes les respondió agarrándose de sus testículos.

Y en mayo, el experimentado arquero le clavó uno de los tapones de su botín en el rostro del delantero de Boca, Rodrigo Palacio, durante un partido de Copa Libertadores.

La agresión de Sessa le provocó a Palacio una pequeña herida en la frente, que fue controlada enseguida y el atacante pudo continuar el encuentro.

A raíz de la innecesaria e infantil acción, el árbitro Héctor Baldassi lo expulsó a los 25 minutos del primer tiempo y sancionó penal para el local, que posteriormente Martín Palermo tiró desviado.

Por este tipo de actitudes, Sessa no pudo cumplir el sueño de integrar el plantel de la Selección Nacional. Tenía nivel y hasta estaba en los planes de Alfio Basile, cuando este era el entrenador del seleccionado, sin embargo sus enojos hicieron que esa chance desapareciera.

Sessa además, afronta una situación poco envidiable en La Plata, ya que jugó para Estudiantes pero tiempo después se confesó fanático de Gimnasia, lo que le deparó el odio de la parcialidad "pincharrata", que le reprocha ingratitud con el club que le dio la oportunidad de saltar al fútbol grande.

Con el tiempo, el "Gato" cumplió su sueño y vistió la camiseta de su amado club. Pero su paso por el elenco tripero no fue grato y se fue por la puerta de atrás.

Tras su salida, Sessa criticó a los dirigentes triperos e hizo fuertes declaraciones contra Héctor Delmar, quien era en ese momento el presiente del club.

El "uno" volvió a pisar el césped de la cancha del "Lobo", donde fue hostigado por la hinchada local. Y fue allí, que el "Gato" cayó en la trampa y no pudo calmar sus nervios. Otra más que se agrega en su largo historial de enojos.