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El gran momento de Obama

*Por Gustavo Sierra. El mito duró mucho tiempo. Para un hombre como Osama bin Laden, tener una sobrevida de diez años después de ordenar los atentados que hicieron poner de rodillas a Estados Unidos, de ser el principal objetivo para lanzar dos guerras en Irak y Afganistán, otra global contra el terrorismo y cientos de miles de muertes, es un tiempo muy largo.

Ayer el mito finalmente cayó muerto. La pregunta que rodea desde anoche todos los centros de inteligencia del mundo es por qué cayó ahora y no antes . Podría haber sido detectado cuando los comandos británicos lo tenían rodeado en las montañas de Tora Bora en diciembre del 2001, cuando le interceptaron algunos de sus comunicados, cuando cayeron sus lugartenientes, cuando arrestaron al cerebro del 11/S, Sheik Mohhammed, en Rawalpindi, o cuando los aviones no tripulados rastreaban cada palmo de la cordillera. Tal vez, la respuesta es porque ya había pasado demasiado tiempo. Y hasta el hombre más disciplinado, ascético y estoico como dicen que era Bin Laden puede relajarse.

Diez años de escapes exitosos podrían haber hecho confiar a cualquiera. Hasta, incluso, abandonar su refugio más seguro de las cuevas en la alta montaña y acercarse a la "civilización", como lo era esta casa de Abbottabad, la "ciudad de las escuelas", en un valle donde sus seguidores habían sido derrotados por el ejército paquistaní hace ya casi dos años. Obama dijo anoche que había tenido la primera señal de que se estaba muy cerca de Bin Laden en agosto pasado.

Y que hace una semana le informaron que lo tenían rodeado. Evidentemente, esta vez, los comandos de las fuerzas especiales no querían cometer el mismo error que ya habían cometido otras veces. Se tomaron un largo tiempo hasta estar muy seguros de que no se les iba a escapar. Era muy difícil que a Bin Laden lo pudieran capturar vivo. No se desprendía jamás de su Kalashnikov, su pistola y hasta una ametralladora corta tipo Uzi. Seguramente estaba rodeado de un grupo de sus mejores hombres, no muchos, pero tan bien o mejor entrenados que cualquier comando occidental. Este es un enorme triunfo para el presidente Barack Obama. Hizo el anuncio con una seguridad y un porte de ganador.

Fue el momento que siempre quiso tener George W. Bush y que nunca pudo conseguir . Anoche lo tuvo que ver por TV en su casa de Texas. Obama tiene un as para presentar en la campaña de reelección después de que no pudo cumplir con su promesa de cerrar Guantánamo y las guerras de Afganistán e Irak lo acompañarán aún por mucho tiempo. Claro que si bien Bin Laden ya pasó a la historia negra del terrorismo, su organización, Al Qaeda, permanecerá por mucho tiempo. Hay todavía hombres radicalizados dispuestos a inmolarse. Y

 ya hay un nombre que podría aparecer como el sucesor real de Bin Laden. Es el libio Abu Yahya al-Libi, uno de sus lugartenientes y el último jefe de operaciones. No podría extrañarle a nadie que Al Qaeda o sus grupos afiliados intente realizar ahora algún atentado para vengar la muerte del hombre que los condujo por casi dos décadas.