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El dolor de Demichelis

Todo el dolor del mundo, el desconsuelo y la impotencia están pintados en ese abrazo que Martín Demichelis se da con su hermana mayor, Fabiana, sobre el féretro con los restos de su padre, Juan Carlos, en el cementerio.

Nota extraída de la revista Gente.

La tragedia golpeó en forma de accidente, de muerte inesperada. El destino, implacable, no sabe de momentos para actuar.

En octubre, Juan Carlos Demichelis (58) y su pareja, Mirilla Beatriz 'lavella (57), habían visitado a Martín en Málaga, mientras Evangelina Anderson (29) hacía sus últimas apariciones en la Pelu junto a Flor de la V Además, el nacimiento de la segunda hija de Eva y Martín, Lola -el viernes 18 de enero- había cubierto con un manto de felicidad a los Demichelis, y todo era alegría entre ellos.

La madrugada del jueves 31 de enero, el "Gordo" Juan Carlos partió de Posse cuando el sol aún no había salido. Lo acompañaba su pareja, Mirilla Beatriz 'lavella (57). El plan •era ir a Ezeiza a buscar a su hija Georgina (22), que llegaría esa mañana desde España, adonde había viajado el 13 de enero para aguardar el nacimiento de la hermanita de Bastían.

Eligió ir con el Peugeot 207 de Georgi, como le dicen todos por aquí. Y así partió con Mirtha. Llovía cuando tomó la autopista Córdoba-Rosario a la altura de Bell Ville, la ciudad más importante de la zona, a 30 kilómetros del punto de partida.

Entre el kilómetro 364 y 363, poco antes de la salida hacia Cañada de Gómez, Juan Carlos perdió el control del auto, que impactó de frente contra la punta del guardrail, dio dos tumbos y cayó incendiado a unos quince metros del asfalto. A las 5.20, el Comando Radioeléctrico recibió el alerta. Cuando llegaron los bomberos y la policía local, el automóvil aún ardía.

Adentro estaban los cuerpos calcinados de ambos ocupantes. Dicen que el choque fue tan brutal que murieron por los golpes previos al fuego. Alrededor del lugar sólo quedaron la cartera de la mujer, que salió del auto durante el vuelco, y papeles y planos de la carrera de Arquitectura, que Georgina estudia en la Universidad Católica de Córdoba. Todos en esa localidad santafesina dicen que el tipo de asfalto en ese tramo (unos veinte kilómetros) se convierte en una suerte de azulejo cuando caen algunas gotas. Y es una trampa mortal.

La vida de Juan Carlos en su pueblo era sencilla. Hincha de Boca -como todos los Demichelis, excepto Martín, que es de River-, se ocupaba cada día, junto con Mirtha, de atender la forrajearía Triky, donde vendían mascotas y alimento balanceado. Y también de llevar adelante su hobby, la crianza de canarios roller -tenía unos quinientos-, con los que llegó a viajar a Rosario y La Plata para competir y exhibirlos.

Con su primera esposa, Ilda, tuvo a Fabiana, Martín y Georgina. La mujer murió, víctima de un cáncer, cuando el futbolista tenía apenas quince. Hace unos siete años conoció a Mirtha.

Comenzaron a salir, y luego se distanciaron durante un año. Pero desde el 2010 Juan Carlos re hizo su vida junto a Mirtha (que también tenía tres hijos -Jorgelina, Fernando y Marina- de un primer matrimonio), y eran felices. En el caso de la familia de la mujer, esa misma madrugada, alrededor de las cuatro y media, el destino asestó otro mandoble: un incendio arrasó con el negocio de artículos de cotillón y fiestas de su hija menor y su ex marido en la localidad de Isla Verde. Con el doble dolor consumado, la FM Sudeste del pueblo organizó una rápida colecta para ayudarla a atravesar el terrible momento. Tampoco fue la primera vez que una tragedia así golpea a los Demichelis. Su abuelo Delmo, que era camionero y representante de la firma de gaseosas Pritty, había muerto aplastado al soltarse un acoplado.

Martín llegó a Ezeiza el viernes a las 9.15 de la mañana.

Desde allí, por la misma autopista donde perdió la vida su padre, arribó a Justiniano Posse junto a su hermana Georgina, que ese día twitteó: "Otra vez la vida me lleva dos ángeles". Por su parte, el futbolista agradeció por el mismo medio a River Píate ("gracias por manifestar su luto en este momento de mi vida") y al Málaga, su actual club ("gracias por el emocionante minuto de silencio"). El domingo, Martín iba a regresar a España. Pero la visita de un ex técnico de su primer club, Renato Cesarini, lo hizo quedarse un día más, y el lunes aprovechó para concluir algunos trámites en una escribanía, donde les hizo un poder a sus hermanas para que resolvieran qué hacer con los bienes de Juan Carlos. A la distancia, Evangelina Anderson (que no viajó por recomendación médica -Lola tiene apenas dos semanas de vida-) lo acompañó: "Ojalá pudiera calmar un poco tu dolor... Acá te esperan nuestras dos razones importantes para seguir adelante". La vida, aunque a veces pegue y duela, continúa.