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El dólar ya es una preocupación excluyente

*Por Raúl Vives. La política y la economía siguen en suspenso, a la espera de alguna señal de la presidenta Cristina Kirchner. Por debajo, pujas y reproches en las distintas tribus K, pero casi ninguna certeza.

¿Habrá un plan económico? ¿Boudou, Del Pont, Echegaray o Moreno o un tapado? ¿Quién ejercerá la conducción de la política monetaria y fiscal? El poder de los millones de votos que reeligieron a Cristina son un disuasivo suficiente, pero la vida económica sigue su curso.

La fuga de divisas, lejos de frenarse, se ha incentivado en las últimas semanas. Y las expectativas sobre el dólar se han acrecentado. El "corralito" cambiario ya no solo drena dólares billetes, ahora también los depósitos bancarios en dólares. El mercado negro toma relevancia con una cotización que supera 20% el oficial. Y la tasa de interés vuela ahora a unos 20 puntos anuales. ¿Dónde termina todo esto?

Sorprende la impericia oficial y la ausencia de señales claras. Ignorando las expectativas y los temores que se han generado abajo, en millones de pequeños ahorristas, o de trabajadores comunes, no se revierte la salida de fondos y la desconfianza.

La Afip debería ocuparse de que los ciudadanos y las empresas paguen los impuestos que corresponden, no si pueden o no comprar una determinada cantidad de dólares.

SOFOCON

Y el Banco Central, ocuparse en una política monetaria que aporte certeza y confianza al sistema. El cuadro de situación no es dramático; quizás bastarán unas pocas medidas de contención y claridad sobre el rumbo de la política económica para superar el sofocón cambiario.

Es decir, la crisis puede terminar apenas el gobierno de Cristina Kirchner avance con decisiones de mercado y de política económica, monetaria y fiscal. Mientras la respuesta sea más controles y trabas, la desconfianza seguirá en alza. La mecánica de controles adoptada es además incoherente.

Las restricciones implementadas por la Afip alcanzan solo a las personas físicas, no a las empresas. Pero resulta que son las empresas las demandantes más significativas del mercado. ¿Por qué desatar una caza sobre las compras de minoristas, por sumas irrisorias para el volumen financiero total?

¿Y el turismo y el negocio inmobiliario? ¿Es posible que una decisión administrativa cambie usos y costumbres? La incertidumbre sobre el futuro también tiene que ver con versiones muy fuertes, en la cumbre de los negocios y de la política, sobre peleas entre funcionarios del área económica del Gobierno y la supuesta afirmación del ministro Boudou, que no apoyaba las medidas de control cambiario.

Incluso circula otra información en el mundillo K que sostiene la conveniencia de que el vicepresidente electo se tome licencia, no asuma el 10 de diciembre, y se quede por un tiempo como ministro de Economía.

Quizás algunas versiones sean ciertas y otras falsas. El problema es que el Gobierno deja correr todo tipo de especulaciones, no se sabe quién controla y gestiona las medidas monetarias y cambiarias, y se esfuerza en minimizar las dificultades o echar culpas sobre terceras partes.

Ahora se prometen ingresos millonarios de divisas por parte de los exportadores de granos, mineras y petroleras. Puede que ocurran, pero esto no garantiza la continuidad de la perdida de divisas. Este año hubo ingresos récords, y pese a esto las reservas siguieron a la baja.

MENOR DEMANDA

Otro tema es qué pasa con el nivel de actividad económica. Los primeros datos disponibles indican que se desacelera la demanda y los niveles de producción. La recaudación del IVA en términos reales en esta parte del año está por debajo del tercer trimestre de este año y tanto las ventas de cemento como patentamientos de autos se han desacelerado. La persistente fuga de dólares y la más reciente suba de tasas empiezan a notarse sobre el nivel de demanda, así como los rebotes de la crisis internacional.

Es también un resultado que se esperaba, pero que quizás ahora vaya más rápido por las medidas de control cambiario.

La agenda excluyente es el dólar. No hay otro tema más importante. Y si bien los especialistas apuntan a la inflación como causa de las dificultades, la atención está ubicada allí, en parte porque el Gobierno también decidió plantear la batalla en ese terreno. Puede que las prioridades cambien con las decisiones que prepara la presidenta Cristina Kirchner. Es todo cuestión de tiempo. En los próximos 30 días puede que comiencen a aparecer las certezas.