DOLAR
OFICIAL $816.08
COMPRA
$875.65
VENTA
BLUE $1.18
COMPRA
$1.20
VENTA

El antes y después de las más lindas

Muchas de nuestras celebridades fueron agraciadas por el don de la belleza (innata) otras, en cambio, ante la ambición de acceder al mercado que sólo “debe” ofrecer bellezas (o rarezas, en su defecto) se sometieron a múltiples cambios, en algunos casos, rotundos y grotescos. Miralo en DIARIOVELOZ.COM

Cuando se trata de banalidad, los medios de comunicación están siempre a la órden del día. Lejos de comunicar, en estos se manifiesta por sobre todo la urgencia por la imagen y la preponderancia de la misma por encima de todo.

Es por esto, que la mayoría de las mujeres que sueña con ocupar un lugar en estos y ser reconocida por el público, se somete a dietas estrictas; operaciones y tratamientos estéticos varios y menjunjes diarios de productos para el mejoramiento de la imagen, sean o no bellas por naturaleza.

Muchas de estas mujeres culminan con una lindura que jamás les fue propia y consiguen verse mucho mejor que en aquel “antes” de la fama. Otras, sin embargo, obtuvieron un resultado burdo, vulgar, exagerado y chocante opacando sus atributos naturales.

Los cambios más notables son los casos de Luciana Salazar que pasó de tener una imagen entremezclada con la sugerencia y la dulzura aniñada a verse provocadora, con curvas exageradamente falsas e, incluso, con facciones que nunca le pertenecieron casi transformandola en alguien diferente; lo mismo sucede con Graciela Alfano, quién después de colocarse botox en abundancia mutó de ser una hermosa y natural mujer a tener similitud con un muñeco plástico.

Victoria Vanucci, por su parte, consiguió mejorar notablemente su aspecto gracias a estilistas de prestigio, asesores de imagen, tratamientos de belleza y demas menesteres y aunque no recurrió a cirugías estéticas pudo (por suerte) verse mucho mejor de lo que la poca gracia divina le otorgó al nacer.

Adriana Aguirre y Silvia Süller son también casos emblemáticos de cambios notables, sin embargo de más están las aclaraciones ya que, poco les importaron siempre el qué dirán, el “cambié mucho”, del mismo modo que la mediaticidad y el propio “qué estoy diciendo”.