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El año en que terminó una era

Por Federico Kotlar* Djokovic cerrará 2011 como número uno. Será la primera vez desde 2003 que alguien rompe la hegemonía de Federer y Rafa. Los momentos especiales del año mágico de Nole.

Era difícil, para el mundo del tenis, pensar a comienzos de 2011 en algo distinto que en la continuidad del dominio de Rafael Nadal y Roger Federer. El español venía de conseguir el año pasado tres Grand Slams, y el suizo, que se había llevado Australia en 2010, acababa de ganar el Masters de Londres. Parecía que ellos dos volverían a repartirse todo. Pero Novak Djokovic, el mismo que hasta este año era mirado de reojo por su imposibilidad de meter una cuña entre los dos grandes, pateó el tablero y arrasó con todo. Tanto que ahora existe el temor de que su hegemonía sea tan perfecta que no tenga rivales para pelearle el trono.

La caída de Nadal en octavos de final en Shanghai terminó de confirmar que el serbio cerrará 2011 como número 1 del mundo. Desde 2003, cuando fue el turno del estadounidense Andy Roddick, Roger y Rafa se habían alternado en la cima al final del año. Pero esa era terminó.

El gran 2011 de Djokovic en realidad comenzó a gestarse en diciembre de 2010, cuando ganó con Serbia la primera Copa Davis de su historia. El empuje anímico de ese gran logro, obtenido ante su gente en Belgrado, le dio el impulso necesario para comenzar con todo un 2011 que terminaría siendo soñado. Y estos fueron los principales hitos de la temporada.

Abierto de Australia (17 al 30 de enero)

Novak Djokovic volvió en este torneo a conseguir un título de Grand Slam luego de tres años: su única conquista había sido también en Melbourne. Esta vez arrasó a todos sus rivales, incluidos Federer en la semifinal y el escocés Andy Murray en el encuentro decisivo. Solamente resignó un set ante el croata Dodig. Federer dio la primera muestra de preocupación cuando, luego de la caída clara ante Nole, un periodista le preguntó si había terminado la era de dominio de él y Nadal. Respondió con un enojo inhabitual para sus modales de caballero: "Sí, hablemos en julio, eh". Pero en julio iba a tener más motivos para la bronca.

Masters 1000 de Indian Wells (5 al 13 de marzo)

Se enfrentó por primera vez en el año con Nadal, entonces número 1. Fue por la final de un torneo importante y Djokovic superó un comienzo complicado para imponerse por 4-6, 6-3 y 6-2. Luego repetiría el logro en Miami y empezaría a mostrar que en canchas rápidas iba a ser casi imposible ganarle.

Masters 1000 de Montecarlo (10 al 17 de abril)

Cuando empezaba a sentir el cansancio por la seguidilla de partidos -entre Indian Wells y Miami jugó 14 en menos de un mes- Djokovic frenó la máquina y se bajó del Masters 1000, pese a que estaba en plena pelea por el número 1. Nadal, en cambio, siguió con su actividad y ganó el torneo. Pero pronto se demostraría que parar iba a dar sus frutos.

Masters 1000 de Madrid (1º al 8 de mayo)

Djokovic dio uno de los martillazos más grandes del año: le ganó otra vez a Nadal, su único contendiente serio por el número 1, pero esta vez en polvo de ladrillo, superficie sobre la cual Rafa es casi invencible. Lo venció además como visitante, en la capital española, y sin dejar dudas de su superioridad. Y después volvió a ganarle en cancha lenta, en el Masters 1000 de Roma.

Roland Garros (22 de mayo al 5 de junio)

Djokovic sufrió en la semi la primera caída del año. Fue ante Federer, quien después perdería la final ante Nadal. El suizo se impuso por 7-6 (7-5), 6-3, 3-6 y 7-6 (7-5) y se concretó así el que terminaría siendo el único traspié de Nole en un Grand Slam en el año.

Wimbledon (20 de junio al 3 de julio)

Se consagró oficialmente como número 1, más allá de que su nivel desde comienzos de año lo mostraba claramente por encima de Rafael Nadal, a quien venció en la final por 6-4, 6-1, 1-6 y 6-3 y desplazó del tope del ranking. Fue el tercer título de Grand Slam de su carrera y el primero obtenido fuera de Australia.

Abierto de EE.UU. (29 de agosto al 12 de setiembre)

Ya consolidado como número 1, Djokovic superó el bajón del tercer set en la final y se impuso a Nadal por 6-2, 6-4, 6-7 (3-7) y 6-1 para llevarse su tercer Grand Slam en el año. Fue su sexta victoria en seis partidos en 2011 ante el español, que hasta esta temporada lo vencía en el historial de enfrentamientos por 16 a 7.

Más allá de que todavía tiene historia por escribir este año y hasta podría en Londres quedarse por segunda vez con el Masters -la primera fue en Shanghai en 2008-, ya quedó muy claro que Djokovic hizo méritos suficientes para estar bien por encima del resto. Su mayor decepción fue seguramente la caída como local en la Copa Davis, cuando perdió por 7-6 (7-5), 3-0 y abandono ante Juan Martín Del Potro. Al cabo, ese festejo de los argentinos en el Belgrado Arena en medio de sus gestos de dolor resultó casi su única mancha en un año prácticamente perfecto.