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Duras gestiones en Buenos Aires

* Por Luis A. Fermosel. Frente al malestar que generaron las medidas que afectan a las exportaciones, Mendoza y San Juan decidieron actuar.

El enojo fue demasiado grande y las autoridades provinciales -de Mendoza y de San Juan- tomaron nota. Intentaron calmar las aguas y se comprometieron a gestionar ante sus pares nacionales para que suavicen las medidas que afectan seriamente a la economía regional, especialmente la vitivinícola.

"Hemos tenido buena recepción de parte de las autoridades", se limitó a señalar un dirigente del sector, quien expresó entonces su esperanza de que, ante el pedido formulado por las provincias, la situación se modifique.

Tal como lo señalamos en nuestra nota anterior, son numerosas las decisiones que surgen desde el Ministerio deEconomía de la Nación, desde el Banco Central o desde la AFIP que están afectando a las exportaciones de vinos.

Pero, sin dudas, la gota que colmó el vaso fue la decisión de Economía de exigir que las empresas debían ingresar los dólares a los 90 días de la venta, siendo que en la gran mayoría de los casos en el comercio internacional, esas ventas se realizan a 120 ó 180 días.

Y a pesar de que desde las entidades prefirieron bajar los decibeles de la crítica, se supo que han sido numerosas las bodegas que decidieron suspender los despachos en contenedores. Un problema que afecta esencialmente a las bodegas chicas y medianas de vinos de alta gama, que no cuentan con espalda financiera para abonar los dólares antes de cobrar la venta realizada.

Con un agravante: esos vinos, al no poder ser exportados, se vuelcan al mercado interno, debiendo competir en el difícil mercado de los vinos de mayor precio.

De continuar la situación tal cual está ahora, la situación es más que preocupante. Porque el elemento dinamizante del sector de varietales es la exportación, en razón de que fija la competencia por las uvas, aunque después esos vinos también vayan al mercado interno.

Si los vinos de media y alta gama sufren problemas, la cadena baja de inmediato y se produce la pérdida de valor de los varietales y paralelamente una sobresaturación, en el mercado interno, en determinados niveles de precios como consecuencia de la sobre oferta de los productos.

Al decir de algunos observadores, esos signos ya comenzaron a aparecer en los mercados y se ha producido un achatamiento en la pirámide de consumo: ha subido la base y no tanto los sectores medios y la cúspide. Así entonces, la mayoría de los productores de varietales han vendido a los mismos precios que el año pasado.

Y si bien esos valores venían atrasados, no es el mismo caso del mosto y de los blancos escurridos. "Estamos preocupados porque el modelo se está reconfigurando y se vuelca hacia sacar volúmenes de vinos más básicos y de uvas más rústicas. El negocio cuadra para los vinos a granel y el mosto, con lo que todo lo que avanzamos ahora se está perdiendo. Es una señal compleja y preocupante", dijo la fuente consultada.

En ese mismo marco, destacó que si bien tanto la exportación de mosto como de blancos escurridos sirven para"sacar" volúmenes, no son generadores de mercados estables, como sí lo son los embotellados.

Otros destacan que, de continuar el problema, se estaría chocando con lo que establecía el Plan Estratégico 2020 (PEVI), que tenía como objetivo llegar al 10 por ciento del mercado mundial, pero en vinos fraccionados. De lo contrario, la Argentina puede caer en lo que le sucedió a Australia, que también tenía un plan estratégico interesante, pero que después cayó en la priorización de las exportaciones de vinos a granel.

En ese esquema, uno de quienes trabajó en el PEVI recordó que cuando se redactó el plan se estableció que los vinos a granel no pagaban la contribución a la Coviar, porque el objetivo era ganar mercados permanentes. No se trata entonces de desechar la exportación a granel, porque es interesante el incremento en las salidas de blancos escurridos y de mosto, pero lo importante pasa por no perder los objetivos.

Otro de los aspectos que se discutió durante la semana es lo que puede llegar a ocurrir con esos blancos hacia fin de año. "Van a llegar bastante escasos, pero con un achatamiento del esquema de varietales", dijo un dirigente, quien agregó que es necesario que las autoridades nacionales tomen conciencia de lo que está sucediendo, modificando algunas decisiones que permitan mejorar las posibilidades de exportación de los vinos embotellados.

Si bien en números globales, como consecuencia de la caída de la producción, la vitivinicultura va a tener uno o dos años equilibrados y sin peligros de crisis de precios o de excedentes, es necesario cuidar los objetivos.

Más aún cuando los vinos embotellados son los que generan valor agregado y porque el esquema en que se movió la vitivinicultura en los últimos años fue el que envió señales hacia los productores en la necesidad de la reconversión de viñedos hacia variedades nobles.

Sin dejar de lado entonces la importancia de la exportación de los vinos a granel y la salida interesante de mosto, también hay que tener presente que se trata de commodities que tienen altos y bajos tanto en precios como en salidas al exterior.