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Doman y Evelyn: dos truchos

Se instala como verdad en el medio que todo está arreglado en torno de este divorcio que empieza a rozar lo patético. La (ex) pareja resume el tópico de papel picado de la fama moderna.

Por Rodrigo Lussich
@rodrigolussich

Por Adrián Pallares
@adrianpalla

Fabián Doman
entró al local de ropa de Jorge Rial anoche -adonde estaba invitado- y las mujeres presentes allí aullaron como leonas en celo. ¿Era una broma? Suponemos que sí, pero la verdad que ni como chiste se entendía. El bullicio ardió y fue el invitado de la noche, opacando a Cirio e Insaurralde, que tuvieron la oportunidad de tener su foto juntos, pero la evitaron otra vez.

No son pocas las voces que dicen que lo de Doman es todo trucho; desde el armado de la nota de Caras hasta la novia que tiene. Ya es conocida la versión de una vedette que dice que le ofrecieron plata por ser su "novia" y posar para la tapa de esa revista. La etiqueta en la suela de la sandalia de la nueva chica Doman dio muestras del mega canje de la producción fotográfica.

Doman insiste en que no pactó esa tapa y que fue casual. Se jacta de ser el "nuevo Matías Alé" y se alegra de marcar el camino a periodistas que quieran separarse. La tele lo toma para la joda. Bendita lo pasa en un video montaje como si cantara en una ducha en sunga; Duro de domar anoche se hizo un festín gastándolo: "¿Qué clase de conflicto narcista tiene este hombre como para creerse un sex symbol?", disparó Julia Mengolini. Ya por la mañana Verónica Lozano lo había destruido en AM; y antes -el domingo- Mirtha Legrand lo atendió todo el almuerzo, acusándolo de estar pasándola bomba y ser el culpable de todos los males de Evelyn.

Lo cierto es que tanto él como su ex están fascinados con la repercusión mediática de su divorcio, ser nota de revistas, hacer producciones de fotos e ir a todos los programas. Ella estaba casi despedida de Bendita y volvió una noche para adueñarse del ciclo. Sus compañeras de panel, chochas.

A la larga y más allá de los detalles, todo suena a trucho. Ni Doman es un galán; ni las chicas aúllan en serio; el barco no es de él; la ropa de Caras tampoco; la novia parece que sí, pero... 

Es que Doman y Evelyn resumen el paradigma de lo trucho de la fama, o lo que hoy por hoy se considera "fama": esos veinte minutos con la luz apuntándote de frente, encandilándote hasta dejarte ciego, sordo y sin filtro; perdido en ser cholulo de vos mismo; comiéndote el personaje que el propio medio te otorga y te fagocita, para después arrojarte sin más a la basura del archivo mediático, apenas midas medio punto menos.

Eso que antes te regalaba -o mejor dicho, te prestaba- Tinelli y que este año había quedado vacante hasta que un día, en medio del desierto de la nada televisiva, aparecieron ellos, desesperados por el mismo pan de hoy que mañana será una hambruna descomunal.