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Diálogo positivo

El encuentro entre José Manuel de la Sota y Ramón Mestre es una señal democrática y debe apuntar a una más eficaz gestión pública, que repercuta en una mejoría de los servicios esenciales.

Que el gobernador electo, José Manuel de la Sota, y el futuro intendente de la ciudad de Córdoba, Ramón Mestre, se hayan sentado a dialogar y fijar principios de acuerdo, resulta positivo para Córdoba, tanto para la Provincia como para la Capital. Y que en el cónclave haya participado inicialmente el gobernador Juan Schiaretti, también lo es.

Que los protagonistas del encuentro hayan sido dos políticos, uno justicialista y el otro radical, es decir provenientes de las dos grandes fuerzas políticas cordobesas desde hace más de medio siglo, revela un clima de consenso saludable después de estos últimos años de confrontación permanente. Esto es bueno para la democracia y para crear nuevas condiciones para una mejor gestión pública, siempre necesaria, pero más que todo en épocas de crisis como la actual.

Quizá sea ésta la oportunidad para recordar que la ciudad de Córdoba tiene casi la mitad de los tres millones habitantes de la Provincia, en una suerte de "ciudad-Estado". También hay que tener en cuenta que existe un área metropolitana que excede los límites de la Capital, con poblaciones densamente pobladas y que tienen las mismas exigencias en materia de prestación de servicios esenciales, como la provisión de agua potable, la recolección de basura, el alumbrado público, el tendido de redes cloacales, el ordenamiento del tránsito, la vigilancia y la seguridad y un transporte público eficaz y accesible. Y dada la magnitud de estos problemas, se borran o se desdibujan las diferencias limítrofes y jurisdiccionales, ya que para su solución se requiere de la acción mancomunada de todos los estamentos estatales, sean provinciales o municipales.

De todas estas cosas hablaron De la Sota y Mestre en el encuentro, en el que éste pidió a aquél que hubiera un trato igualitario para todos los intendentes del interior provincial, punto en el cual también hubo un acuerdo total.

El gobernador electo se comprometió además a refinanciar en términos razonables la deuda que el municipio capitalino tiene con la Provincia. Pero se habló también de otra deuda, más importante aún: la que la Nación tiene con la provincia de Córdoba. Y sobre este tema, el gobernador y el intendente electos también coincidieron, en el sentido de que se agotarán las instancias de negociación y diálogo con el Gobierno nacional, pero sin descartar la vía de un recurso ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Resulta, pues, positivo el encuentro, sobre todo tras muchos años de una pésima gestión municipal, que ha dejado a la ciudad en una virtual situación de acefalía gubernamental. Finalmente, hay que ser claros en una cosa: el acuerdo no se puede reducir a garantizar el pago de sueldos y aguinaldos a los empleados públicos provinciales y municipales sino que debe apuntar a mejorar en forma sustancial los servicios esenciales que se prestan a todos los cordobeses.