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De muerto a sospechoso

Un cuerpo calcinado apareció en el río Tartagal, en la provincia de Salta, y fue identificado por una familia, pero a minutos de comenzar el velatorio el supuesto muerto entró al lugar para desligarse de la muerte de la persona que estaba en el cajón. Ahora es el principal sospechoso del crimen.

El cuerpo calcinado de un joven que apareció cerca del Río Targatal fue identificado por una familia. Le habían hecho la partida de defunción pero cuando estaban a punto velarlo el joven apareció caminando.

Lo primero que dijo fue que "no" tenía nada que ver con el cuerpo quemado. Y automáticamente pasó a convertirse en el sospechoso número uno. Ahora, el supuesto muerto es el principal acusado por el crimen. Y está detenido.

Leonardo Oscar Ortega fue declarado muerto el lunes pasado a las 4 de la tarde. Según el acta de defunción, falleció a los 18 años producto de un paro cardiorespiratorio traumático. Su cuerpo había aparecido calcinado a orillas del Río Tartagal, en la provincia de Salta.

Ese mismo lunes, Rosa Castillo, su mamá, se presentó en la Unidad Regional 4 de la Ciudad para denunciar la desaparición de su hijo. Hacía tres días que no tenía datos de él y estaba sumamente preocupada. Los policías que la atendieron estaban al tanto de la aparición de un cuerpo y automáticamente le informaron el cuadro de situación.

Rosa no se animó a reconocer el cuerpo. Fue su otro hijo el que juntó fuerzas para entrar a la morgue judicial y enfrentarse a un cuerpo totalmente calcinado. Los policías le mostraron algunas prendas de vestir y la respuesta del joven fue contundente: "Es él", anunció antes de quebrarse.

Leonardo Oscar Ortega había sido declarado oficialmente muerto. La autopsia reveló que presentaba una herida punzocortante en la garganta y que estaba vivo cuando fue prendido fuego. A las pocas horas, las autoridades iniciaron los trámites para entregarle el cuerpo a sus familiares.

A partir de la identicación, la Justicia inició una causa judicial caratulada como "homicidio" y comenzó a recabar datos sobre el perfil de la víctima para determinar en qué circunstancias había sido asesinado.

Sin embargo, el joven que había reconocido el cuerpo le transmitió una duda a uno de los investigadores: "Lo único que no me cierra es que mi hermano nunca usaba cinto".

Un grupo de policías de la Unidad Regional 4 de Tartagal, que estaba abocado a la investigación, descubrió al supuesto "muerto" caminando por la Costanera Sur de la Ciudad.

"Soy yo", dijo cuando le preguntaron si se trataba de Leonardo Ortega, a quien los efectivos conocían porque tenía antecedentes. Y sin que lo consultaran lanzó una frase que terminó convirtiéndolo en el principal sospechoso del crimen: "Yo no maté al chango quemado", aclaró sin que se lo preguntaran.

Lo insólito es que como todavía no había sido modificada el acta de defunción Ortega fue demorado por su propio crimen. Poco después, y a partir del inesperado cambio, fueron atrapados otros siete sospechosos. Lo que todavía no se pudo determinar es la identidad de la víctima.