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¿Damián Stefanini está oculto en Brasil? La hoja de ruta del empresario

Todo hizo indicar que al financista lo habrían asesinado y ocultado el cadáver, pero una casualidad que el destino puso en nuestros pasos dio una vuelta de tuerca a la historia.

La conductora Paula Trapani mostró una foto de Damián Stefanini sosteniendo en brazos a su pequeño hijo, y me salió decir: "Un tipo con ese nivel de ternura no puede ser que se aleje de la criatura así nomás". El abogado José Luis Ferrari, sentado a mi lado, sonrió medio diabólicamente y expresando un texto que canta el Indio Solari en el tema "Veneno paciente" contestó: "¿Desde cuándo sos tan sensible vos?"

Nunca antepongo sensaciones personales para ver ciertos casos misteriosos, pero realmente Ferrari tuvo razón. Me puse sensible y analicé lo que igual me pareció lógico. Creí lo habían asesinado, pero al parecer la buena noticia es que no fue así, nadie lo secuestró. Pero si lo que nos cuentan es cierto, estaríamos sí frente a un psicópata todo terreno.

La trama es así.  Un sacerdote vinculado la fundación DACSSI  que preside el ex juez Luis Yrimia (el mismo señalado por Nisman, no creo en lo que se dice del ex magistrado, es amigo personal y yo no me junto con personas que puedan encubrir a terroristas ni a genocidas), nos contó que estando en Paraguay leyó diarios atrasados de la Argentina, y creyó reconocer en la foto publicada de Damián Stefanini al  pasajero que viajó en el mismo micro en la fecha que se produjo la denuncia de su desaparición.

Fue hallar la punta de la madeja. Nos dijimos: si esto es cierto, quiere decir que Stefanini nunca estuvo en San Fernando el día que denunciaron su desaparición. En física cuántica (ese misterio que estudia lo que ocurre en el Universo de moléculas, partículas y sub átomos)  un cuerpo puede estar en dos lugares a la vez, pero en el mundo donde vivimos eso es imposible.

Pero esa visión del sacerdote nos llevó hasta Brasil.  En un sitio llamado Torre Molinas,  estaba alojado con el nombre de Luis Gómez Barrios, pasaporte trucho paraguayo.

Hacer guardia ahí para reconocerlo cuando salga es un trabajo aburrido y casi infructuoso. El supuesto Stefanini con identidad cambiada nunca sale a la calle, apenas lo hizo una vez y quien dice haberlo visto nos cuenta que está calvo, con barba tupido y adelgazó cerca de 10 kilos respecto a la última imagen que se tiene de él.

Su hoja de ruta fue estar en Resistencia (Chaco), donde mal vendió un auto para sacárselo de encima, no porque necesitara el dinero además que lo hizo en un local que vende autos robados, esa gente que nunca hace denuncias ni aunque se le aparezca Hitler vendiendo un tanque alemán. La versión es lógica, entregas un auto sin papeles para que no se verifique que el vendedor se llama Damián Stefanini.

De allí cruzó al Paraguay, donde sus contactos correntinos (el gobernador Colombi sabe eso, aunque Nito Artaza se enoje cuando decimos que los primos Colombi aunque sean radicales no son carmelitas descalzas) le hicieron conseguir un pasaporte trucho con su nuevo nombre,  Luis Gómez Barrios. Tenía la plata fresca del auto vendido en Resistencia, porque comprar una falsa identidad no es barato.

Siguió viaje hacia Brasil y allí descansa en Torre Molinas ¿hasta cuándo? No lo sabemos, pero si se echó a rodar la versión que Stefanini estaba secuestrado, el hombre hoy parecería haber estado viviendo en condiciones infrahumanas, como si realmente lo hubieran tenido casi a pan y agua. Delgado, barbudo... ¿No te produce pena?

Durante un buen tiempo Stefanini se dedicó a comprar cheques del viajero, 20 mil dólares por semana. La empresa que los vende debe tener esa información. Pero en la Argentina dejó depositado "un canuto" de casi cinco millones gringos que deberá venir a rescatarlos. ¿Producto de estafas? Y, por algo se fue de los lugares que solía frecuentar.

El tema es que la justicia lo investiga por busca de paradero, no está prófugo por haber cometido algún delito. Pero buscan a Stefanini, no a Luis Gómez Barrios.

El problema si la información brindada por el sacerdote a la FUNDACIÓN DACSSI es certera en todo, es que si Stefanini nunca estuvo en San Fernando cuando su mujer denunció su desaparición, la cónyuge estaría cometiendo una falsa denuncia. Y eso sí constituye delito. La historia comienza a cerrar si pronto lo viéramos aparecer en estado famélico diciendo que se libró de sus secuestradores y el bla bla de estos casos.

Ya sería una farsa no creíble para las víctimas de sus negocios sucios, al menos desde que esta nota ya circula por las redes y está en la Fiscalía 2 de San Isidro.

Game Over, Mr. Stefanini o señor  Luis Gómez  Barrios. Seguiré su consejo, doctor Ferrari. No volveré a ser tan sensible.