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Consecuencias de la imprevisión

La falta de energía, combustibles y billetes son caras de diferente nivel de gravedad de una característica que atraviesa a la política económica, a saber, el cortoplacismo y la imprevisión.

Desde hace años la oferta de energía está al borde de la demanda y, si bien no ha producido hasta el momento ningún colapso importante en la materia, hay, en forma casi permanente, escasez de provisión en diferentes puntos de la demanda, sea en el consumo domiciliario o empresario, y en casi todo el país. Por otra parte, las reservas de petróleo y gas han experimentado una sostenida reducción, que, en el segundo caso, podría revertirse pero sólo si se confirma la viabilidad de una reserva recientemente dada a conocer.

Esto no se produce a raíz de un sorpresivo aumento en el consumo, sino luego de años de crecimiento de la demanda y la razón básica es que la política de retraso tarifario y la persistencia de incertidumbre institucional no han estimulado el nivel de inversiones necesarias para incrementar la oferta. Y, si el sector privado no invirtió lo necesario, tampoco lo hizo el Estado, a pesar de contar con superávit fiscal.

En el caso, de menor envergadura, de la escasez de billetes, ni el Banco Central ni el Gobierno tomaron nota del previsible aumento de la demanda estacional.

Todo esto ha causado y está causando en la actualidad, enormes molestias y costos para los ciudadanos y para las empresas, que sufren aumentos de costos y pérdidas de oportunidades de trabajo.

El Gobierno asume, en esta circunstancia, una postura contradictoria. Por una parte niega la existencia de déficit de energía y, al mismo, tiempo lo atribuye a un aumento del consumo que demostraría virtudes de su gestión económica. Sin embargo, la escasez de energía y combustibles refleja la falta de una política de inversiones orientada al largo plazo, destinada a ampliar los horizones de la oferta y a eliminar los costos económicos y sociales que la misma provoca.
La escasez de energía, combustibles y billetes es consecuencia de una política cortoplacista y de falta de previsión. Es necesario invertir para ampliar la oferta.