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Charlas de Quincho

Al sur y al frío (más precisamente a Bariloche) llevaron la Presidente y un gobernador la disputa que desde algunos círculos quieren endilgarse.

Mi relación con Cristina es perfecta, dijo el mandatario ya de vuelta en sus pagos. Después de las Fiestas Mayas, la mandataria se retiró a su provincia a preparar los argumentos que llevará a sus próximos viajes al exterior. Hubo también tenidas gastronómicas justicialistas para instruir a la tropa antes de una votación parlamentaria, y para jurar lealtad a la Presidente. Esta monocromía política fue quebrada por un opositor que aspira al regreso, tras haber anunciado su retiro. Lo hará con un libro y una campaña que -promete- no abrevará de medios antagónicos al Gobierno. Veamos.

1- Fútbol en el conurbano, uno más real que otro. Daniel Scioli intentó vencer al arquero del seleccionado de Arsenal, al que enfrentó en su residencia de La Ñata. Gabriel Mariotto se conformó con el metegol en Lanús con el intendente Darío Díaz Pérez. 2- El embajador en EE.UU. Jorge Argüello llevó como invitado a la recepción del 25 de Mayo al biógrafo de Perón, Joseph Page, quien contó que está escribiendo sobre el 17 de Octubre para desmentir la versión de la ópera «Evita».

El escenario imponente del Nahuel Huapi concentró la atención de todos el viernes por el encuentro entre Cristina de Kirchner con Daniel Scioli, cuyas relaciones cifran hoy la principal pugna en la política, por encima de las que hay entre el oficialismo y la oposición. La suspensión del viaje hacia Bariloche el jueves a la noche, por el temor a una recaída de la gripe presidencial, privó a los curiosos que se habían agolpado en las afueras Del hotel Alma del Lago, de 5 estrellas sobre la avenida Bustillo con vistas al lago, en donde se alojó el gobernador y en el que transcurrieron esa noche reuniones de contrafrente entre Scioli y otros adelantados al acto del día siguiente por el 25 de Mayo, como el local senador Miguel Pichetto, llave del Senado para el kirchnerismo, el director del Banco Provincia y expresidente de la Cámara de Diputados Eduardo Camaño -no se separa de su jefe ni a sol ni sombra y lo acompaña en todos los viajes-, y el gobernador Alberto Weretilneck, hombre que hace un curso acelerado de kirchnerismo, fuerza por la que llegó al cargo junto al malogrado Carlos Soria después ir a elecciones, dos años antes, colgado de las listas radicales.

En esos conciliábulos del jueves a la noche, el gobernador insistió en un argumento que pocos escuchan pero que tiene una eficiencia que vence al tiempo: Mi relación con la Presidente está intacta, siempre excelente. Con eso intenta apartar el follaje que surge de otras inquinas como las que logró vencer al Senado provincial cuando consiguió el apoyo de sus contradictores del mariottismo que impuso la sanción de la reforma fiscal con revalúo, o las que ahora enfrenta en Diputados, adonde le faltan dos votos para lograr la sanción final. En esa movida el gobernador saca chapa de progresista porque insiste en que el revalúo de las propiedades inmobiliarias no se hace en la provincia desde 1955 y que es un proyecto de avanzada en el que fracasaron todos los gobernadores peronistas desde 1983. ¿Decreto? Cree que es débil sacar el revalúo por esa vía porque sucumbirá bajo los amparos que presentarán los ruralistas.

Distribuye para convencer a quien quiera recibirla una minuta de tres páginas en donde describe cómo el impuesto rural fue importante entre 1955 y 1976, perdió su progresividad entre 1976 y 1992, perdió importancia entre 1992 y 2001 cuando pasó a representar del 15% al 5% del total de lo recaudado. Desde 2002 a 2011, concluye ese análisis, el tributo perdió peso, progresividad y acentuó las inequidades, porque aporta el 2% de la torta. ¿Qué camporista o neocamporista podría rechazar ese proyecto? dice el argumento oficial para aplacar las fantasías de disidencias con ese sector que ha callado después de que Scioli admitiese su proyecto presidencial?

El día siguiente, en el acto, tampoco hubo diálogos privados entre la Presidente y el gobernador, cuyos entornistas festejaron la pulla de Cristina sobre las ilusiones de quienes se sienten eternos en política. Que recen un rosario por las noches» ironizó la Presidente al hablar de «pasar la posta. ¿Renuncia al proyecto de un nuevo mandato? Las metáforas desde el escenario tienen siempre más de una interpretación, pero pareció decir eso, siendo ella irreelegible y varios de los presentes, como Scioli o Amado Boudou, elegibles para el cargo que tiene ella hoy.

En el regreso a La Ñata hubo más fútbol -los problemas del sciolismo se arreglan con más sciolismo, dice la regla de oro de este sector del oficialismo-; fotos el sábado con el «Kun» Agüero, que eligió la residencia del gobernador para festejar en el país el campeonato inglés que logró en el Manchester City, y ayer un partido con un combinado de fútbol 5 de Arsenal de Sarandí, la tierra de los Grondona pero también del senador Cacho Álvarez, armador de varios grupos sciolistas. El resto fueron interminable reuniones con funcionarios y asesores, del gabinete y algunos del Banco Provincia, como el exministro de Economía Carlos Fernández, con quienes armó el frente argumental que desplegará el gobernador esta semana para tratar de lograr por ley la nueva revaluación y el aumento de los impuestos. Dirá ese frente que desde que asumió Scioli la provincia aumentó los recursos propios de un 46% a un 60%, mientras que el distrito perdió un 3% de la coparticipación desde que el llamado Fondo del Conurbano -condición que le puso Eduardo Duhalde a Carlos Menem para ser gobernador en 1991- se licuó en el Impuesto a las Ganancias.

De aquellos polvos estos lodos, porque ahora hay emergencias para pagar salarios y aguinaldos cuya solución ha delegado el gobernador en su ministra Silvina Batakis -de estirpe helena, maneja la economía provincial- y su par nacional Hernán Lorenzino. Saben de un lado y del otro que la crisis de la provincia de Buenos Aires es la crisis de la Argentina y que nadie puede creer que la desventura de uno no arrastrará al otro; como todo en política, la necesidad es un 90% y la voluntad un 10%.

Disipados los grupos que asistieron al acto del viernes, la Presidente partió rumbo a Santa Cruz a reponerse de su gripe, pero de nuevo con carpetas recargadas, porque en pocos días más emprende una serie de viajes que la tendrán buena parte del mes de junio en reuniones internacionales, entre la sesión del Comité de Descolonización en la ONU, la cumbre del G-20 en México, la de Calentamiento Global en Río y la de presidentes del Mercosur en Mendoza. Para la primera de esas actividades debe resolver con urgencia si se hace una reunión de los llamados Grupos de Amigos de Malvinas que se han formado en varios países y que juntan intelectuales, políticos y celebridades que apoyan el reclamo criollo de soberanía en las islas.
La idea es que ese congreso de amigos se haga en Santiago de Chile, y para eso estuvieron en Buenos Aires en la semana anterior, el trío de amigos que integran el excanciller Juan Gabriel Valdez, el exembajador Eduardo Rodríguez Guarachi -dos democristianos- y el senador Jaime Gazmuri, un socialista que vivió en la Argentina en los años 80 protegido del Gobierno alfonsinista para hacer campañas en su país contra el régimen de Augusto Pinochet. En su paseo por Buenos Aires, de la mano del embajador Ginés González García -estrella esta semana de la fiesta del 25 en su residencia de Santiago al bailar unos tangos con destreza de profesional- este Gazmuri recordó aquellos días y se le ocurrió preguntar qué era del INDEC. ¿INDEC? le preguntaron sus anfitriones en una cena en el restorán Marcello de Puerto Madero. ¿Qué pasa con el INDEC? Es que cuando vivía aquí me dieron un puesto en el INDEC y trabajé allí un buen tiempo. Cambiaron todos de tema.

En los cartapacios que le llenaron sus funcionarios a Cristina para preparar esos viajes, hay otros temas más ardidos que Malvinas -algo que nadie cree se desanudará en el corto plazo- como los argumentos que usarán si en algunas de esas cumbres le reclaman por los frenos a las importaciones. Los alimentan informes que acercó Héctor Timerman sobre su viaje de la semana pasada a París para participar de reuniones de la Organización Mundial de Comercio y de la OCDE, club que reúne a los países desarrollados y del cual es observador la Argentina. De los diálogos del canciller con Pascal Lamy, director de la OMC, surgieron flancos débiles de los contradictores del país, que han pedido que se le abra un panel a la Argentina por las declaraciones juradas obligatorias que se les piden a los importadores. Por ejemplo, que en el ranking de los miembros del G-20 la Argentina es el segundo país después de Alemania que más protege las inversiones extranjeras. Según la OCDE, además, la Argentina ocupa el noveno en más facilidades por los acuerdos firmados con otros países para proteger inversiones. ¿Por qué nos abren ese panel? pregunta-ría Timerman, Porque en la OMC las leyes vigentes -como esos acuerdos- tienen el mismo nivel que las medidas que toman los países. A la Argentina le abrieron en la era Kirchner tres paneles, uno lo ganó y en los otros dos arregló.

En esa organización, se quejó Timerman, Estados Unidos tiene 114 paneles abiertos. Pero es distinto, dijo, el gesto de respuesta. Por ejemplo, Estados Unidos tiene un conflicto por el uso de la marca de ron Havanna Club, que La Habana administra como propia pero Washington dice que la compró para su producción en Puerto Rico. Estados Unidos perdió, pero no cumple porque el Congreso no lo admite. ¿Quiere algo peor?, le dijeron al canciller. En 2005 se votó en la OMC una directiva que ordenaba que en 2013, el año que viene, los países miembro debían abolir la protección a la agricultura. ¿Cree usted que Estados Unidos y Europa lo van a hacer? Silencio, y un consuelo pírrico: mientras la soja esté a u$s 500 la tonelada, olvídense de pedir que se bajen las barreras arancelarias; con ese precio ustedes igual ganan mucho. ¿Y cuándo los precios bajen? Ahh, no sé. Estos relatos que llegan a la cúpula, entre divertidos y desalentadores, alimentarán la argumentación ante quienes le presenten quejas a la Presidente en la cumbre.

Son análisis viejos en el nacionalismo que se quejaba del deterioro de los términos del intercambio que el Gobierno aprende a las apuradas. Otro consuelo venido de París, desarrollado ahora por el embajador Aldo Ferrer, que se ha vuelto a instalar en el cargo después de un tiempo en que se dudaba si seguiría, servirá para alguna respuesta presidencial al rey Juan Carlos, con quien Cristina se verá en la cumbre ambiental de Río en junio: la actitud del Gobierno español por la expropiación de acciones de Repsol se ha moderado porque se han dado cuenta de que es contraproducente para los intereses de ese país. Embanderarse un Gobierno por el destino de una empresa -diría Ferrer en reuniones parisinas de la semana que pasó- despertará recelos en otros países que se pondrán más cautelosos al hacer negocios con los españoles por temor a tener problemas país-país.

El peronismo ha retomado su mejor tradición, aquella que definió a ese partido como una especialidad de la gastronomía. El sector dominante del kirchnerismo sufre de la misma abstinencia de actividad partidaria y busca en bares y restoranes aferrar a los propios para que no busquen consuelo en otras querencias. Los diputados nacionales bonaerenses irrumpieron con ese propósito el lunes en el salón del Centro Umbro de la avenida Mitre de Avellaneda, encabezados por Carlos Kunkel y Julián Domínguez. acompañados por José María Díaz Bancalari, Graciela Giannettasio, Gloria Bidegain, Jorge Landau, Eric Calcagno, Teresa García, Mario Oporto, Luis Cigogna, Diana Conti, Héctor Recalde, Wado de Pedro, Carlos Gdamsky, Andrea García y Gastón Harispe, el intendente Jorge Ferraresi y miembros de su gabinete y concejales que le responden al alcalde y ya no al otro hombre fuerte del distrito, el hoy senador Cacho Álvarez.

Fue para comerse una parrillada y recitar todos discursos de adhesión cristinista, pocas horas antes de la reunión del consejo Nacional al intendente. Discursos de alineamiento junto a Cristina. La comilona se hizo la noche anterior de la reunión del Consejo Nacional del PJ en la calle Matheu, adonde se prorrogó el mando de Scioli en ese partido hasta marzo próximo. Esta actividad suple directamente a las sesiones del Consejo Provincial, dividido hoy entre kirchneristas y sciolistas y, por esa razón, inhabilitado a reunirse sin que estalle un escándalo. Habrá que esperar a que se apacigüen esas relaciones para votar la aceptación de la renuncia a la presidencia de Hugo Moyano y ungir a su reemplazante, la ministra Cristina Álvarez Rodríguez. Ella tiene hoy la firma, que está limitada al pago de los salarios de los empleados del partido.

La necesidad de tener a la tropa bien embretada motivó otra cena, al día siguiente, apenas terminó la reunión del PJ en la sede de la calle Matheu, que también promovió Julián Domínguez, presidente de la Cámara de Diputados nacional, junto al jefe de bloque Agustín Rossi. Llevó a más de un centenar de diputados de todos los distritos a cenar a la tanguería que fue de Edmundo Rivero, El Viejo Almacén, en el corazón de San Telmo. Esperaban todos, además de la cena, un show de tangos, pero se lo cambiaron por un recitado de instrucciones para la sesión del día siguiente, en donde se debían ratificar los decretos de intervención de YPF, que serviría para una catarsis de los radicales contra esa norma, pese a que habían votado a favor de la expropiación. Por eso el justificativo de esa cita fue brindar por la estatización de la petrolera.

Después de esas directivas para que nadie se apartara del libreto oficial y se tentase para hablar de más sobre un tema ya cerrado, y a falta de tangos, los diputados se entregaron al intercambio de información sobre sus distritos. Como en el bloque FpV nacional no hay sciolistas explícitos, el tema de Buenos Aires casi no se charló. Más interesante fue lo que se contó sobre Santa Fe, provincia que el peronismo quiere recuperar después de dos gobernaciones socialistas. Destacaron algunos el accionar de Jorge Obeid como buceador para encontrar, junto al grupo que integra el presidente del bloque provincial, Luis Rubeo, la unidad de esa formación con vistas a las elecciones de 2013 y 2015. Rossi tiene pretensiones (debe renovar la banca el año que viene), pero el envión que le ha dado Obeid (quien quiere una banca) a la unidad arrastra a muchos peronistas, como ocurrió este fin de semana en el plenario del PJ provincial.

Supimos también que algunos movimientos hay en el reutemismo, después de que se admitiese que hombres de Carlos Reutemann como Daniel Germano y Carlos Carranza están ya demasiado cerca del PRO del Midachi Miguel Del Sel como para participar de la movida kirchnerista. No es el caso del Lole, a quien perciben orejeando el mazo con la mirada puesta en 2015, cuando debe renovar su banca de senador.

Si de retornos se habla, los quinchos registraron un sobrevuelo por Buenos Aires del peregrino Julio Cobos, a quien le armaron un desayuno en un departamento de Palermo algunos fieles que le quedaron. Viajó a la Capital para trámites de su profesión de ingeniero -es calculista de hormigón, especialidad que ha inspirado su carrera política- y también para cerrar el contrato para un libro que reúne sus discursos -incluye el famoso justificativo del voto no positivo de la Resolución 125-. Ya ha decidido el título, Otra mirada, que expresa, dijo, su intención de contar otra versión de los años de su vicepresidencia. El libro, que estará en la calle en 20 días, incluye un escrito que presentó cuando tenía la ilusión de ser candidato presidencial cuando las encuestas lo mostraban por encima de todos los demás postulantes, algo que alguna vez alguien deberá explicar, porque al final resultó todo humo. O se equivocaron los expertos o cambió el electorado en sólo seis meses. Se titula La Argentina que queremos y es una especie de programa que reflotará si sus seguidores de Mendoza le prueban que es posible ser candidato el año que viene a diputado nacional.

El encuentro -con un despliegue muy frugal característico de Cobos: café, gaseosas, sándwiches de miga y facturas-transcurrió en el departamento de su exdirector de Secretaría Privada Juan Montilla, en la calle Cabello, a metros del Jardín Zoológico, y participaron el dueño de casa y los coeditores: el presidente del Instituto Moisés Lebensohn y líder del grupo interno radical La Cantera Hernán Rossi; Diego Barovero y Fernando Blanco por el Instituto Yrigoyeneano. También fueron de la partida excolaboradores cercanos durante su mandato de vice: Fernando Roca, Omar Avendaño y Raúl Ferrer.

En el fragor de la charla, donde algunos querían convencerlo de hacer una presentación estilo Bill Clinton en campaña y él seguía insistiendo en un encuentro mendocino con trescientos pibes (porque lo invitaron a un encuentro local de JR de la región este de la provincia), se produjo un cruce sobre la necesidad periodística de que haya un candidato en condiciones de contender con Cristina y que de aquí a 2015 falta tanto que les sobra tiempo para matarlo. Alguien le dijo: No caigas en la tentación de ser el candidato de Clarín y La Nación porque sabés cuál es el final del cuento. Es preferible que si terminás siendo candidato, te tengan que apoyar porque no hay otro.

Fue una semana de cumpleaños, no sólo de la patria, que festejó el embajador Jorge Argüello en la sede de Washington, Estados Unidos, con un discurso ante 400 invitados entre quienes estaban diplomáticos latinoamericanos, funcionarios del Departamento de Estado y notables de la colonia argentina de esa ciudad, muchos empleados en el Banco Mundial, el FMI, el BID y la OEA. Argüello emocionó con un discurso con su hija en brazos en donde apeló a la definición de que la patria es donde uno vivió en la infancia. Lagrimearon algunos; otros, más adustos, esperaban algo más político, que explique qué pasa hoy en la Argentina. Eran algunos de los lobbistas de temas argentinos que buscan pitanza en la capital de los EE.UU. y que necesitan algo de letra para sus negocios.

Hubo empanadas, bocaditos de chorizo, vino y una muy elogiada y enorme torta que representaba la bandera nacional, donada por el argentino residente en Wa-shington Carlos Dilaudo, dueño de dos restoranes: Chimichurri y Divino Lounge (se ganó nuevos clientes, ya que los embajadores Felipe Bulnes, de Chile, y Harold Forsyth, del Perú, pidieron sus datos para encargar tortas con las banderas de sus países para sus días nacionales). La estrella era el historiador Joseph Page, el norteamericano biógrafo de Juan Perón, quien contó que está trabajando sobre el 17 de octubre ya que, dijo, lo único que conocen los americanos sobre ese evento fundacional del peronismo es la versión distorsionada de la ópera Evita. Para algunos, esa versión es ajustada a la realidad, pero forma parte de los eternos debates inconclusos de la Argentina. Para albergar a los invitados Argüello abrió todos los salones del edificio de Dupont Circle, ese día cercado por multitud de veteranos de guerra de Vietnam, Irak y Afganistán que se preparaban para la parade de hoy por el Memorial Day, que homenajea a los muertos por la patria en el feriado más importante del año después de Thanksgiving.

De los cumpleaños locales elegidos el más rumboso fue el de los 43 años del ministro macrista Esteban Bullrich, celebrado en la noche del sábado en un chalé de Del Viso, en la zona norte de Buenos Aires, con abundancia de asado y otras delicias. Mucha familia y seleccionados de la política, como Mauricio Macri, Juliana Awada, el presidente del PRO nacional Humberto Schiavoni, el asesor sin cargo Nicolás Caputo -a quien saludaban por ser el empresario de La Usina, centro cultural inaugurado en la semana pero que data, aclaró, de un contrato de la gestión de Aníbal Ibarra-, Guillermo Dietrich, otro asesor, Andy Freire, la diputada Paula Bertol, el legislador Rogelio Frigerio (n), el subsecretario Alvaro González y Nicolás Ducoté, entre otros. Le cantaron los hijos, y antes de que todos se entregaran a la danza, Macri y señora los primeros, hundieron la cara del ministro en la inmensa torta, costumbre bárbara aunque simpática.

Entre los regalos, muchos accesorios para el «bicing» y prendas para correr maratón, ambos hobbies que tiene el ministro de Educación, quien se entrena una hora todos los días. Tema ineludible de conversación fue el presente de River, que horas antes había empatado en Rosario dejando escapar la posibilidad de subirse a la punta del Nacional B. Un grupo de hinchas riverplatenses -entre los que figura Bullrich- viene trabajando para una renovación dirigencial del club millonario con miras a las elecciones de 2013. Son la agrupación Soy de River, en donde están empresarios como Jorge Brito (h), Horacio Caffaro, Facundo Frávega y figuras como Mariano Zabaleta y Magui Aicega. Todos ellos participan de actividades solidarias en la previa a los partidos que River juega en el interior, pero no le cuentan nada de eso a Macri.

Vamos a terminar con un chiste aeronáutico. Una rubia modelo va a una escuela de pilotaje de helicópteros y se inscribe en el curso de principiantes. El instructor la saca a dar una vuelta con una de las máquinas, le permite tomar los comandos y volar un rato a baja altura. La clase se repite tres veces, y a la cuarta el instructor le dice a la rubia que va a guiarla por radio, porque ese día la deja volar sola. La chica no cabe en sí de la alegría, se pone los auriculares y parte en su vuelo de bautismo. Cuando llega a 1.000 pies de altura se comunica con el instructor y grita en el micrófono:

-¡Esto es maravilloso! ¡La vista es divina! ¡Y volar este aparato es más fácil de lo que pensaba!
Al llegar a los 2.000 pies, se repite el entusiasmo:

-¡Me está yendo espectacular! ¡El helicóptero ya no tiene secretos para mí!
Sin embargo, al llegar a los 3.000 pies el instructor ve con horror que la máquina pierde sustentación y se desploma a tierra. Espantado, sale corriendo al lugar del accidente y logra arrancar a la modelo, milagrosamente indemne, de entre los restos del aparato. Y pregunta:

-¿Qué te pasó, rubia? ¡Venías bárbaro! ¿Falló algo?
Y la chica responde:
-¡No sé, no sé! Iba todo excelente, pero a medida que subía me dio frío, y apagué el ventilador de techo...