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“Chancalay, parece ser el de Racing”: la insólita confusión de Cristina Kirchner en su descargo

La vicepresidenta mencionó el apellido de un actual jugador de Racing y desató un revuelo en las redes sociales. Minutos después de la finalización de su discurso, aclaró en su cuenta de Twitter que se había equivocado de persona: estaba hablando de otro Chancalay.

Lo hizo casi en la mitad de su discurso, que se extendió durante una hora y media. Al minuto 47, segundo 25 ya llevaba trece divulgando conversaciones y mensajes entre el ex funcionario José López, el empresario de la construcción Nicolás Caputo, amigo íntimo del ex presidente Mauricio Macri, y Eduardo Gutiérrez, empresario del grupo Farallón. Pero ahí, en ese momento de su alegato público al pedido de condena realizado por los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola en el caso que investiga presuntas irregularidades en la concesión de obra pública a Lázaro Báez en la provincia de Santa Cruz, se mezcló.

Lo leyó, pero le restó trascendencia: la definió como una frase incomprensible. Interpretó un mensaje que López le había enviado a José Luis Bezi, otro funcionario, la mañana del 27 de febrero de 2014. Textual: “Hay otro mensaje inentendible que debe tener que ver con el fútbol porque hablan de un tal Chancalay, que estuve averiguando y parece ser un jugador de Racing. ‘Es un tal Gustavo Mola de Angelici. Todo es para que Caputo y otra empresa construyan’, dicen. ‘El volumen parece demasiado grande para el tipo de la 15′, no entiendo de qué se trata demasiado ese… Bueno, sigamos”.

Rápidamente, las redes sociales que siguieron expectantes el discurso de la vicepresidenta hicieron lo que mejor saben hacer: chistes y memes sobre el singular crossover que unió al apellido de un futbolista argentino con un alegato que altera la coyuntura política. En Twitter quedó evidenciada la intromisión de Chancalay entre las tendencias argentinas: apareció en la sexta ubicación, después de los hashtags Cristina, Desesperada, CFK2023, Senado y Todos con Ella.

Y su popularidad no obedecía, justamente, al rendimiento que el delantero surgido en las inferiores de Colón tuvo en el partido del lunes a la noche entre Racing y San Lorenzo en el Cilindro de Avellaneda. Tomás Alejandro Chancalay fue suplente, ingresó en el entretiempo por Matías Rojas y jugó solo doce minutos en la derrota 2 a 1 del equipo local luego de ser expulsado tras una infantil y temeraria infracción contra Agustín Giay, incluso cuando el rival ya estaba por delante en el marcador.

Pero en la sospecha de Cristina Kirchner había un error temporal. El mensaje decía: “El que banca a Chancalay es un tal Gustavo Mola, de Angelici”. La asociación rápida podía vincular el apellido del jugador de fútbol con el del ex presidente de Boca Juniors. Pero la conversación se había concretado en 2014, cuando Angelici cumplía su tercer año como la máxima autoridad del club xeneize y Chancalay, apenas un proyecto de futbolista de quince años que jugaba en las inferiores de Colón de Santa Fe y que debutaría en Primera División tres años después.

La curiosidad que envolvió la simple mención de ese apellido generó tanto revuelo que inspiró la rápida aclaración de la vicepresidenta, minutos después de haber culminado su discurso. Lo hizo también por Twitter: “Durante mi intervención identifiqué erróneamente al Chancalay que figuraba en los mensajes del teléfono de José López con un jugador de Racing. No… El Chancalay del teléfono de López es un puntero histórico del macrismo de CABA”.

Su nombre es Marcelo Chancalay, ex presidente de la comisión vecinal de la Villa 20 durante 16 años y que el 25 de febrero de 2014 -dos días antes de la fecha del mensaje- fue capturado por la Policía Federal tras permanecer prófugo de la Justicia en la causa por la toma de tierras en Villa Lugano. Según informó Télam por aquel entonces, había tenido un contrato laboral con el Gobierno de la Ciudad en la cartera de Desarrollo Social, hasta que fue dejado cesante por “abandono del cargo”. Tenía, a su vez, estrecho vínculo con empresas dedicadas a la construcción de obra pública: la causa por la que la actual vicepresidenta fue acusada de ser jefa de una asociación ilícita y de administración fraudulenta por el fiscal federal Diego Luciani.

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