Capacitación e IA: Aprender a la velocidad de una tecnología que no frena.
En un escenario donde la inteligencia artificial se vuelve protagonista de la transformación de empresas, instituciones educativas y organismos públicos, las propuesta de capacitación emergen como una experiencia diseñada para acelerar la adopción responsable y estratégica de estas tecnologías.
Conversamos con Martín Merlini director de Stannum, especializado en IA en The George Washintong University y referente del equipo que impulsa esta iniciativa. Según él, la clave del formato está en la intensidad, el descubrimiento y la movilización cognitiva que produce en quienes participan. Merlini lo describe sin rodeos: “Este tipo de eventos son entrenamientos intensivos, de mucho descubrimiento y de mucho procesamiento de información por parte de quien participa; les genera por un lado una sensación como que les vuela la cabeza lo que ven… También sienten la sensación de que se abruman, que es mucha información para procesar.” Y agrega: “El entrenamiento intensivo tiene como una movilización muy fuerte para cambiar la mentalidad… es entender que hay que ir a un nuevo paradigma, a una nueva forma de trabajo.”

La propuesta no es fija ni estándar: se adapta minuciosamente a cada grupo. Merlini lo explica así: “Nosotros tendemos a hacer test de dominio de inteligencia artificial… sabemos muy bien, en profundidad, el nivel de conocimiento que tiene cada persona, en qué rubro se desempeñan, qué proyectos tienen. Ellos tienen que venir preparados ya, por lo tanto, lo adaptamos, lo personalizamos.” Es un formato que ya llevaron a tres provincias y que el año que viene, en marzo, tienen previsto llevarlo a a otros países de América Latina
En relación con su alcance, Merlini es categórico: “Pueden aplicarse en todos los ámbitos de la vida: en educación, en salud, en la justicia…”. Su equipo trabaja con docentes, directivos, niños y adolescentes, pero también con organismos judiciales y municipales. Y aborda uno de los mayores temores del público: el reemplazo laboral. Según él, “está demostrado que no es así… la IA va a reemplazar los procesos repetitivos, aburridos y burocráticos.” Al contrario, aclara, “tenemos la oportunidad de que el trabajo que tenían que hacer esas personas lo haga una automatización… y esa persona también tenga que resignificar su trabajo en algo más valioso.”
Sin embargo, advierte que la adopción plena no será inmediata: “Tres, cinco años creo yo que es el período que va a llevar que la IA comience a ser plenamente aceptada… Muchas tienen miedo, incertidumbre y la rechazan porque no tienen ni idea qué es.” Para él, el conocimiento es el antídoto: “Si vos sabés muy bien qué poder tiene… ¿por qué no la abrazás?”
Sobre la educación es especialmente plantea. “Un niño o un adolescente que no tiene buenos tutores… si no están presentes guiando, van a adoptar la IA sin criterio y se van a empezar a saltear procesos de razonamiento.” Aunque reconoce que la tecnología puede generar “pereza cognitiva”, también sostiene que “va a generar un desarrollo cognitivo distinto.” Para evitar riesgos, insiste en la importancia de formar criterio y pensamiento crítico: “Los chicos necesitan guías para que se promueva el criterio, el juicio crítico, el razonamiento, la toma de decisión.”

A futuro, visualiza un escenario disruptivo: “No tiene techo, en absoluto. Entramos en los próximos 3, 5 años revolucionarios.” Según él, la IA penetrará cada vez más en instituciones y modelos de negocio, transformando sistemas de relación y comunicación. Incluso ya existen casos concretos: “En el municipio de Zárate, por ejemplo, hay un funcionario no humano.”
Cuando se refiere a la Argentina, la lectura es optimista: “Sí, totalmente. Lo que falta es el aprendizaje de cómo hacerlo paso a paso… se están dando cuenta de que es muy humano, muy natural, muy lógico.” Pero también advierte sobre la necesidad de foco: “La inteligencia artificial nos puede hacer perder por miles de ramas innecesarias… Es necesario tratar de condicionarla para que ayude a conseguir resultados.”
Al volver a Stannum, Merlini sintetiza el espíritu del entrenamiento: “Buscamos una movilización profunda, una activación… que salgan con una mirada nueva, con el descubrimiento de un poder nuevo.” Y concluye con una visión inspiradora del potencial transformador: “De eso se trata la IA, de un nuevo poder, lleno de ideas, de sueños factibles de tangibilizar.”
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