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Cambiaron cuatro hospitales por un Centro Cívico

* Medardo Ávila Vázquez. Así como los hospitales fueron un cuento para responder a una emergencia sanitaria, tampoco se cumplieron los planes de reconstrucción de las escuelas.

El año 2007 fue muy complicado desde el punto de vista sanitario. La mortalidad infantil, que venía descendiendo sostenidamente en los últimos 30 años, aumentó en casi todo el país, pero sobre todo en los distritos más pobres. En Córdoba ese repunte fue muy significativo. En vez de fortificar la política de atención primaria de salud, el Gobierno provincial anunció que apostaba por la atención de la enfermedad y prometió la construcción de cuatro hospitales en la ciudad de Córdoba. Un anuncio sorpresivo y audaz, pero que apuntaba a cubrir un gran déficit de camas y servicios curativos escasamente disponibles para el 45 por ciento de los cordobeses que tienen que recurrir a la salud pública.

Pasaron más de dos años, el déficit de camas se mantiene; de hecho, en estas primeras semanas de 2011, los servicios de neonatología públicos están desbordados y deambulan las ambulancias con bebés gravísimos en busca de algún lugar para internarlos.

La estructura de atención primaria desarrollada por la gestión de Roberto Chuit fue destruida por el actual ministro y totalmente precarizado el vínculo con los equipos de salud del interior provincial. Paralelamente, las obras de los hospitales anunciados fueron fantasmas inexistentes, mentirosos anuncios de propaganda. Así fue como nos quedamos sin política provincial de atención primaria de la salud y sin la renovación de la estructura hospitalaria demolida por el gobierno de Mestre en la década de 1990.

Ahora el gobierno de Schiaretti, con los mismos ministros de José Manuel de la Sota, está embarcado en la construcción de un fastuoso Centro Cívico, en mudanzas injustificadas y en la construcción de un parque en donde se encontraba un histórico edificio, reflejo de políticas sociales para la tercera edad, que el conservador gobierno de Schiaretti demuele sin misericordia.

Claramente, la opción por los negocios constructivos de la facción justicialista que gobierna la Provincia está muy alejada de las necesidades reales del pueblo cordobés más desposeído.

Así como los hospitales fueron un cuento para responder a una emergencia sanitaria, tampoco se cumplieron los planes de reconstrucción de las escuelas que el renacido movimiento estudiantil conquistó con sus luchas en los últimos meses del año 2010.

Increíblemente, las burlas a los cordobeses se reiteran en forma cotidiana.

Los estudiantes además de reprimidos son estafados en los acuerdos de reconstrucciones de escuelas; los enfermos siguen buscando hospitales sólo existentes en la propaganda oficial y nuestra memoria histórica es burlada cuando vergonzosamente se niega la figura de Agustín Tosco al quitarle su nombre a la avenida Circunvalación.