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¡Bienvenido, invierno! ¡Bienvenida, sopa!

Llega el invierno y con él, la sopa, el plato ideal para estos días de frío. Hoy en DiarioVeloz te contamos la historia de esta riquísima comida, víctima de muy mala prensa.

Por Nieves Otero

notero@diarioveloz.com

@nieves_otero

Muchas veces odiada, la sopa es un alimento milenario, que pasa de generación en generación y que en vano, muchas veces tiene mala prensa. Sin embargo, en el invierno no hay nada mejor que una rica sopa.

De fideos, arroz o verdura, crema o caldo, con queso rallado por encima, hay una variedad para cada gusto. Hoy en DiarioVeloz le damos la bienvenida al invierno contándote la historia de la sopa.

El origen de la sopa se remonta al Paleolítico, cuando los hombres pusieron carne y vegetales a calentar en agua para cocinarlos y se dieron cuenta que el líquido adquiría el sabor de los ingredientes en él echados. El resultado: algo muy parecido a lo que hoy conocemos como sopa.

Se presume que primero se inventaron los caldos y luego las sopas. Más adelante, con sus variantes, todas las civilizaciones fueron inculcando el plato en sus comidas diarias.

Los griegos, elaboraban una sopa llamada "caldo negro", que consistía en mezclar la sangre de animales con vinagre, sal y hierbas aromáticas. Los romanos consumían la "sopa de farro", que tenía cebada, garbanzos, verdura, legumbres, frutas y queso.

Años más tarde, también en Roma, la sopa se convirtió en un alimento de lujo: "Después de haber machacado bien unas rosas, de las más perfumadas, en un mortero he añadido numerosos sesos de pájaros y de cerdos bien hervidos, tras haber eliminado de ellas hasta el más pequeño trozo de tejido fibroso. He añadido yemas de huevo, y luego, aceite, garum, pimienta en polvo y vino. He picado mucho estos ingredientes y los he mezcla bien. Luego he pasado todo este conjunto a una marmita la cual he sometido breves instantes a la acción de un fuego fuerte", relató Ateneo en "El banquete de los Sofistas".

En épocas donde había hambre, la sopa salvó a muchas personas de morir  ya que bastaba sólo agua, pan y algún condimento para poder hacerla. Durante la Edad Media, la sopa fue ganando su merecidísimo lugar, se las realizaba habas, huevos, guisantes, calabaza, hinojos y arroz, y canela, jengibre, azafrán o ajos para sazonar.

Durante el siglo XVI la sopa tuvo un lugar de privilegio en las mesas francesas y de a poco se fue haciendo popular en toda Europa, inclusive era un plato muy consumido por la realeza. Se dice que María Antonieta era fanática de la sopa de col.

Luego, cada lugar le fue realizando modificaciones al plato, según las estaciones del año, los ingredientes disponibles en cada región y los gustos locales.

Hoy por hoy existen muchas variedades de sopa. Una de mis preferidas es la de caldo de verduras con cabellos de ángel y mucho queso parmesano rallado. Contanos ¿Cómo es tu sopa favorita?