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Basquetbolista y contracara de Ginóbili: historia oculta del "Loco" Montenegro

Podría haber sido el mejor jugador, incluso más que Ginóbili, pero sus decisiones de vida lo llevaron por otros caminos.

Si uno piensa en Hernán Montenegro, su apodo no sólo lo remite rápidamente, sino que cualquiera piensa literalmente que es un "loco". Un hombre que se dedicó al básquetbol, aunque siempre dijo que "no lo llenaba", y que tenía mucha pericia para ese deporte, pero sus elecciones complicaron la posibilidad que fuera el mejor de la historia.

En una extensa entrevista en "Chiche en Vivo", Montenegro repasó su historia: "Entre las formas de vida y los que buscamos es que somos muy diferentes con Ginóbili. Yo me fui muy joven de la Argentina a Europa. Al ser muy ávido, es muy difícil que te guste una cosa sola, porque para mí el deporte era un ingreso, una posibilidad de viajar y de aprender. Ginóbili nació jugador de básquetbol, y yo llevaba una vida más de rockero que de deportista, y me gustaba mucho vivir. No me gustaba mucho jugar pero era mi ingreso".

"Firmé mi primer contrato a los 14 años, y me manejaba yo la guita. Mi papá no se metía mucho. En los finales de los 70 y principios de los 80 te tocaba un díscolo como yo, que jugaba al básquet, que no era un deporte muy común, y a los 15 años te venía a buscar un equipo de Europa, que tampoco era algo usual. Lo cierto es que el básquetbol era un deporte en blanco y negro y yo le puse color ", explicó el "Loco".

A su vez, el ex jugador habló de sus problemas: "En el año 93 estuve muy comprometido con las drogas, estuve muy mal. Tenía una vida muy acelerada y había vacíos por cubrir. Era más lo que se hablaba y lo que se pensaba de mi vida de lo que realmente pasaba. Los vacíos nacen cuando vos no hacés lo que te gusta. Hay gente que no se da cuenta, porque su vida siempre fue un vacío. Tuve épocas muy difíciles, de mucha depresión, por sobre todo cuando no podés llenar tus vacíos".

"A mí me gusta la música, me gastaba la plata en un disco, o ir a ver un recital de rock, y mi gran pasión es viajar, conozco 72 países y viví en 17. Como para una mina es un shopping, para mí es un aeropuerto, y no tuve problemas en viajar con mi ex mujer y con mis hijos, porque yo también quería que mamaran eso. También me gustó enseñarles a estar de los dos lados del mostrador, que eso que estuvo en un momento, mañana no iba a estar, pero que había que seguir intentando", contó Montenegro.

Además, el "Loco" habló de sus últimos años y su necesidad de reinventarse: "Hice muy malas inversiones, por ejemplo hace 6 años en un banco austríaco que entró en bancarrota, y ahí comencé un calvario importante, porque estaba muy tranquilo y ese dinero me lo comieron. En un punto tuve que volver a jugar, me puse a cocinar, tuve una fonda que luego se convirtió en un restaurant. Hacía comidas al disco".

Por último, Montenengro explicó cuál es la realidad del básquet más importante del mundo: "La NBA te permite todo, pero la simpleza es esto: la NBA es como Hollywood, entonces si querés ganar 20 millones tenés que actuar bien, y en el básquet tenés que jugar bien. Ellos no te controlan, porque tienen en claro que si no sos vos, hay otro".

"En el deporte profesional norteamericano hay mucho desmadre, porque hay mucho dinero. LeBron James, antes de jugar un minuto profesional, ya era millonario. Es maravilloso que esté vivo, que esté lúcido y que quiera seguir jugando, porque fue millonario a los 18 años. En ese sentido, Manu tiene una capacidad intelectual, es un tipo brillante, pero es valorable como se gestiona. Él tiene su séquito de personas pero está en todos los detalles", comentó.