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Barras de Quilmes asociados con el asesinato del profesor de kung-fu

Se trata de delincuentes que robaron un Bora en Rafael Calzada y siguieron delinquiendo por Wilde, Florencio Varela y Berazategui. Están vinculados barrabravas de Quilmes con los asesinatos de un profesor y un policía.

Hace 16 años un grupo de delincuentes juveniles encabezado por uno de los asesinos seriales más crueles de la historia policial argentina, Guillermo Antonio Álvarez, apodado "el Concheto", robó un auto en Boulogne. Después, los mismos sospechosos asesinaron al empresario Bernardo Loiteguí delante de su hija, cuando querían entrar en la casa de su padre en Martínez.

Luego pasaron a Capital Federal e irrumpieron en un pub, de Migueletes y Avenida del Libertador, donde mataron al subinspector de la Policía Federal Fernando Aguirre.

El fin de semana pasado la historia se repitió. Pero cambiaron los protagonistas, las víctimas y el escenario.

Sin embargo, aunque pasaron 16 años entre un hecho y otro, el raid de sangre y fuego protagonizado por los asesinos del policía bonaerense Rubén Fernández y del profesor de kung fu Jerónimo Barrera demostró que los altos niveles de violencia siguen intactos y cómo falla el sistema de aviso y pedido de secuestro para un automóvil robado.

Para dos fiscales, de Avellaneda y de Quilmes, existen elementos que indican que la banda que, el fin de semana pasado asesinó al policía Fernández, en Berazategui, es la misma que horas antes mató a Barrera delante de su novia, en Wilde. Esa presunción se fundó en las declaraciones de los testigos que afirmaron que los delincuentes que asesinaron al policía huyeron en un auto VW Bora.

Así, los investigadores comenzaron a revisar las denuncias de robos de autos de esas características ocurridos en las últimas horas en la zona sur. De esa forma, llegaron al propietario del vehículo, quien había sido asaltado el 15 de noviembre pasado en Rafael Calzada, partido de Almirante Brown. El dueño del VW Bora aportó datos sobre los delincuentes que lo asaltaron.

A esa información se sumó el hallazgo del vehículo incendiado cerca de la villa Los Álamos, un asentamiento dominado por una banda de delincuentes que no superan los 22 años y que integran la segunda línea de la barra brava del club Quilmes, cuyo presidente es el senador Aníbal Fernández..

Los investigadores sospechan que, luego de robar el Bora, los asaltantes lo estacionaron en la zona para dejarlo "enfriar", tal como se conoce en al ambiente delictivo la maniobra con la que los malvivientes verifican si un automóvil que robaron tiene localizador satelital o si lo reclama la policía.

Al asegurarse de que nadie buscaba el vehículo, el sábado por la noche, los delincuentes se dirigieron a la zona de Wilde y fue cuando vieron a Barrera que llegaba a su casa y bajaba cajas con ropa de su novia, con quien comenzaba a convivir.

En ese momento, los delincuentes amenazaron a Barrera e intentaron entrar en su casa. La novia del profesor de artes marciales relató a la policía que escuchó los gritos desesperados de Jerónimo para que no lo mataran. Luego sobrevino el estruendo del disparo. Salió de la casa y encontró al hombre con el que se iba a vivir a partir de esa noche tirado en el piso y con una herida mortal en el cuello.

Después de matar al profesor de artes marciales, los delincuentes huyeron sin robar nada y se dirigieron a Florencio Varela, donde intentaron entrar en otra casa, pero el asalto fue frustrado porque el dueño de la vivienda, que alcanzó a refugiarse. No obstante, el vecino anotó algunos números de la patente del Bora y los transmitió a la policía.

Ansiosos por obtener dinero, luego de dos intentos frustrados, los delincuentes siguieron hacia Berazategui. Al llegar a la calle 13 se toparon con otra víctima. Un hombre que llegaba a su casa con su esposa. Pero no contaban con que el policía Fernández, que vivía al lado de la casa del matrimonio asaltado, escuchara los ruidos y saliera a defender a su vecino. Al ver al policía, los delincuentes le dispararon, lo mataron y huyeron en el Bora.

El vehículo fue incendiado y abandonado en la villa Los Álamos. Fue el final del raid de sangre y fuego en el que la banda mató al policía y al profesor de artes marciales. Ante la sospecha de que los delincuentes se hubieran refugiado en ese asentamiento, el fiscal Daniel Ichazo ordenó once allanamientos en ese barrio, que derivaron en la detención de un sospechoso de 18 años que integra la barra brava de Quilmes.

En otro hecho ocurrido en la zona sur, un vecino del barrio Parque Calchaquí, a 30 cuadras de la villa Los Álamos, fue baleado cuando se resistió a que un grupo de delincuentes entrara en su casa de José Ingenieros al 200. Hace tres días en el mismo barrio, otro vecino mató a uno de los ladrones que intentaron asaltarlo a punta de pistola. El delito violento no se detiene en el sur del conurbano.