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Azul se inunda porque los políticos le dan la espalda

Por Ezequiel Zabalza. La ciudad volvió a sufrir las inclemencias del tiempo y, sobre todo, la falta de inversión. En mayo de este año sufrieron "la segunda inundación en volumen" de la historia del distrito. ¿Se viene la tercera?

Por Ezequiel Zabalza
@Capichorra
ezabalza@diarioveloz.com


Desde su fundación en 1832, que Azul tiene inconvenientes con el agua cada vez que llueve más de 100 milímetros. Esto se debe a que la ciudad, como tantas otras, se construyó a la vera de un arroyo.

Tras las constantes lluvias que empezaron ayer y siguen hoy sobre Azul, ocasionaron la crecida del Arroyo homónimo y sus tributarios, Santa Catalina y Videla. Y sumado a la falta de obras, provocó que por segunda vez en el año haya calles anegadas y barrios bajo agua.

Cabe recordar que la inundación de mayo de este año, fue la segunda que más consecuencias trajo en la historia de la ciudad. Esta no logró superar lo ocurrido en 1980.

Lo que hay que asumir, es que la ciudad es inundable desde que nació. A los cuatro meses de su fundación, en abril de 1832, sufrió la primera inundación, también en 1833 y las últimas en 1980 y 2001. Sin embargo, los funcionarios de turno nunca encontraron las formas para dejar de sufrir las inclemencias del tiempo.

Son muchas las familias que son afectadas por el agua y que luego deben lidiar con los gastos económicos ante la falta de obras. Encima deben luchar con el temor de "los amigos de lo ajeno" ya que muchos se niegan a abandonar sus viviendas ante los hechos de inseguridad registrados en la inundación anterior.

Por otro lado, a través de la red social Facebook, se observan los comentarios de muchos vecinos disconformes sobre el accionar del Intendente kirchnerista, José Inza, y los funcionarios municipales ante la emergencia hídrica.

La falta de conducción de las autoridades, sumado a la falta de obras hídricas sobre el Arroyo Azul, hacen que el vecino exprese su enojo y el repudio contra los políticos por sus falsas promesas.
 
"Después de la tormenta, viene la calma",
es una frase que el habitante de Azul no quiere escuchar más. Necesita que el gobierno evite estas consecuencias y que prepare a la ciudad de la mejor forma para disfrutar de la lluvia sin el temor por el posible ingreso del agua a sus casas.