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Ayacucho: madre de la beba confesó que inventó el robo

La madre de la bebé, que según se dio a conocer, había muerto en un supuesto robo, confesó hoy que inventó el asalto luego de encontrar sin vida a la chiquita y no saber qué hacer ante esa situación.

"La mujer se presentó espontáneamente esta mañana ante la Fiscalía de Dolores y reconoció haber cometido una falsa denuncia ante la desesperación de encontrar ahogada a su hija (Antonia)", informó a Télam el fiscal de la causa, Diego Bensi.

Según el representante del Ministerio Público, Ibáñez (24) "admitió que al encontrarse con esa escena devastadora para ella no tuvo otra idea que inventar el asalto".

"Los próximos pasos a seguir son dar de baja la denuncia de robo y poner en conocimiento de la mujer que cometió un delito de falsa denuncia, por lo que se le iniciará una causa penal", indicó el fiscal Bensi.

Pero aclaró: "No vamos a caer de lleno contra la madre de la nena sino continuar un ritmo de trabajo prudente y delicado como lo venimos haciendo desde el comienzo de la causa. Por el momento se ordenará una serie de exámenes psicológicos para que los peritos determinen su estado al momento de la denuncia".

"Lo que ocurrió con la muerte de la niña fue un accidente doméstico que lejos está de cualquier investigación. Lo reprochable es haber falseado una denuncia por lo que ahora la mujer deberá atenerse a una investigación penal, pero todo a su debido tiempo", concluyó el fiscal Bensi.

Por su parte, el ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, dijo esta tarde a la prensa que Ibáñez tuvo la "responsabilidad de desandar el camino" y admitir que inventó la versión del robo.

Consultado de si la mujer debería ser acusada de falsa denuncia, el funcionario consideró que fue un "hecho menor" que sirvió para encubrir otro "trágico y natural" que fue la muerte de la bebé.

En tanto, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, criticó hoy la "irresponsabilidad de algunos medios que generaron marchas" populares en Ayacucho, tras conocerse la muerte de la beba, "sin certezas de que fuera un hecho de inseguridad".

La hipótesis del robo ya había perdido fuerza el jueves pasado cuando un peritaje de la Policía Científica demostró que en la casa de Ibáñez sólo había dos huellas que pertenecían a las zapatillas deportivas de un policía que había intervenido en la pesquisa y acudido al lugar vestido de civil.

La muerte de la niña se registró el miércoles 27 de julio en una casa ubicada en la avenida Miguens al 1100, entre 9 de Julio e Hipólito Yrigoyen, a tres cuadras de la plaza principal de la ciudad de Ayacucho, a 320 kilómetros de la Capital Federal.

Ibáñez declaró a la policía que cuando salió de la ducha escuchó voces y al abrir la puerta del baño se encontró con dos hombres con sus rostros cubiertos, uno de los cuales le golpeó el rostro con un puño y le dijo que se trataba de un robo.

Explicó que en medio del asalto, su beba comenzó a llorar en el moisés en el que estaba descansando y los delincuentes se alteraron y la taparon con una frazada pesada, lo que (según denunció en su momento) le provocó la muerte a la chiquita.

Luego, Ibáñez, en medio de una crisis nerviosa, fue atendida en un centro asistencial ya que presentaba un hematoma en uno de sus ojos, provocado supuestamente por un golpe de los asaltantes.

Esa misma noche, los vecinos de Ayacucho marcharon por el centro de la ciudad y hasta la casa del intendente Darío David, en reclamo de Justicia y mayor seguridad.

Al día siguiente, la autopsia determinó que la muerte de la beba se debió a un broncoespasmo y que no presentaba signos de haber sido agredida.

A pesar del informe de la autopsia, los vecinos de Ayacucho se volvieron a movilizar a la plaza principal de la ciudad, mientras que un grupo de manifestantes más pequeño expresó su apoyo al intendente David.