Autos: esperan señal el lunes

Es que entre lunes y martes, el secretario de Industria brasileño, Alessandro Teixeira, se comprometió a llamar a su par argentino, Eduardo Bianchi, para responderle si acepta la propuesta con la que volvió a su país esta semana luego de la reunión mantenida para destrabar el conflicto comercial entre ambos países.

Cuando el funcionario brasileño responda, unos 8.000 autos fabricados en la Argentina estarán impedidos de ingresar a Brasil.

El cambio impuesto por el Gobierno de Dilma Rousseff de pasar las importaciones de autos al sistema de licencias no automáticas genera un enorme perjuicio para los fabricantes argentinos. Esto implica que las autoridades aduaneras brasileñas pueden tomarse hasta 60 días para otorgar los permisos de importación.

Teixeira propuso en la última reunión acortar a 10 días ese plazo, algo que a la Argentina le pareció insuficiente y pidió que sean cuatro los días que requiera la entrega de esos certificados.

Si bien parece una discusión burocrática, para los fabricantes locales es clave reducir el tiempo que demore el trámite. Si se tarda sólo cuatro días, pueden manejar el stock de los autos que fabrican sin inconvenientes ya que ésa es la capacidad que tienen los depósitos de las empresas. En cambio, si tuvieran que stockear 10 días de producción, ya no tendrían capacidad en sus playas por lo que deberían asumir el costo adicional de alquilar depósitos o recortar los niveles de producción. Se estima que para compensar los menores envíos a Brasil, el ritmo de actividad en la fábricas argentinas debería disminuir un 20%.

Hasta ayer, sólo logran ingresar a Brasil unos 1.200 autos desde que estalló el conflicto. El resto, más los que se acumulen hasta el lunes, están en los depósitos aduaneros que hay en Brasil. Si bien ya están del lado brasileño, no pueden ser despachados a plaza.

Desde ADEFA -la entidad que agrupa a los fabricantes argentinos- se sigue de cerca la negociación entre los gobiernos. Los contactos con la ministra de Industria, Débora Giorgi, son permanentes. De todas maneras, hay cierto malestar por la prolongación del conflicto. Desde las empresas se cuestiona que las reuniones se hayan mantenido entre los secretarios de los dos países y no por los ministros, es decir entre Giorgi y su par Fernando Pimentel.

«Teniendo en cuenta la gravedad de la situación, ya tendrían que haberse reunido Giorgi y Pimentel para llegar a un acuerdo cuanto antes», explicó un directivo automotor.

También los empresarios brasileños, agrupados en Anfavea, se reunieron anoche con Pimentel para plantearle también su preocupación por este conflicto.