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Aumentan los ataques a cristianos en el mundo por parte de grupos extremistas islámicos

En las últimas décadas, miles de personas fueron asesinadas o perseguidas por profesar su fe en regiones dominadas por el fanatismo religioso. África, Asia y Medio Oriente concentran la mayor parte de los crímenes.


La libertad religiosa, uno de los pilares fundamentales de los derechos humanos, está bajo ataque en varias regiones del mundo donde los cristianos —especialmente católicos— se han convertido en blanco de la violencia de grupos extremistas islámicos. Aunque el islam no promueve el odio, sectores radicalizados han distorsionado su mensaje para justificar matanzas, atentados y persecuciones sistemáticas.

Entre los episodios más sangrientos de los últimos años se encuentra el ataque en Sri Lanka, en 2019, donde más de 250 personas murieron durante la misa de Pascua en tres iglesias católicas. En Egipto, el grupo ISIS atacó templos coptos en 2017, dejando decenas de muertos. En Nigeria, el grupo Boko Haram ha sembrado el terror entre los cristianos durante más de una década: ha destruido iglesias, asesinado sacerdotes y secuestrado fieles, como ocurrió con las niñas de Chibok en 2014.

En Francia, el sacerdote Jacques Hamel fue degollado en plena misa por dos yihadistas. En Irak, Al Qaeda atacó en 2010 una iglesia en Bagdad y mató a 58 personas. Y en Libia, en 2015, ISIS difundió un video con la decapitación de 21 coptos egipcios, mártires reconocidos por el papa Francisco.

La situación se agrava en países donde los conversos al cristianismo son considerados traidores. En Somalia, por ejemplo, el grupo Al-Shabaab ha ejecutado a ciudadanos solo por tener una Biblia. En Indonesia, una familia yihadista atacó tres iglesias en 2018, causando una masacre.

Según la organización Open Doors, que monitorea la persecución religiosa en el mundo, más de 360 millones de cristianos viven en contextos de alta hostilidad hacia su fe. Y aunque muchas veces estos ataques no ocupan los titulares globales, el sufrimiento es real y constante.