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Apuntes sobre la reforma

* Por Federico Angelini. Instalado nuevamente el debate sobre la necesidad de reforma de la Constitución de la provincia de Santa Fe...

... resulta imprescindible, nuevamente, separar la discusión sobre los temas en los que sería estrictamente imperioso avanzar con una Convención Constituyente y los que se pueden modernizar a través de la sanción de leyes que actualicen el cuerpo normativo de la provincia.

Desde 1994, el tema que ha trabado la convocatoria a una Convención Constituyente, ya que se necesitan los dos tercios de las cámaras para la ley de necesidad de reforma, es la posibilidad de reelección del gobernador.

En varios de los últimos períodos, ni siquiera el compromiso expreso del mandatario de turno de desistir de su propia reelección ha allanado el camino para el llamado a una Constituyente, ni siquiera cuando quienes hoy son oficialistas y reformistas podrían haber aportado sus legisladores para llegar a la mayoría especial.

Pero más allá de que la Constitución nacional de 1994 habilita dos mandatos al presidente de la Nación y que la mayoría de las provincias lo permiten a su gobernador, no es ocioso apuntar que las dos únicas provincias que no permiten la reelección son, sin la menor duda, las de mejor calidad institucional de la República Argentina, Santa Fe y Mendoza.

Más allá de la reelección o no del gobernador, sería importante plantear la discusión sobre la posibilidad de una sola reelección para diputados, senadores, intendentes y concejales, a los efectos de prevenir la perpetuación en el poder y promover la oxigenación y el recambio en los cargos electivos.

Un tema en el que sí resulta insoslayable modificar a través de una reforma de la Constitución es la extensión de los mandatos de los presidentes de comuna de dos a cuatro años, dado que los jefes comunales están virtualmente obligados a manejarse en un estado de "campaña permanente", en virtud de lo breve de sus períodos.

De hecho, varias de las instituciones que podrían incorporarse de manera permanente al texto constitucional santafesino ya están funcionando por leyes de la Legislatura desde hace años o hasta décadas: el Consejo de la Magistratura, la Defensoría del Pueblo, los mecanismos de democracia semi directa y otros más de importancia.

En referencia a otros temas que se plantean como prioritarios, bien se podría avanzar también mediante la sanción de las leyes respectivas: la cuestión de la autonomías municipales, especial y fundamentalmente la de la ciudad de Rosario, la regionalización que, según Domingo Rondina, está habilitada por el artículo 25 de la Constitución (aún cuando el actual sistema de nodos y regiones, tal como lo ha puesto en práctica este gobierno y el anterior nos genera enormes dudas) o el acceso a la información.

Una discusión que a esta altura ya parece saldada, y que en algún momento aparentó ser la "madre de todas las batallas", es la convicción generalizada de que una provincia de las características de la nuestra necesita para tener representación justa e igualitaria un sistema parlamentario bicameral.

Se puede poner en debate y consideración la mayoría de 28 diputados para la primera minoría, la elección de diputados por territorio mediante un sistema mixto o el mecanismo que asegure la mejor representación legislativa para los ciudadanos de la provincia, pero sostenemos de manera excluyente, en una provincia tan extensa y diversa, el sostenimiento de la bicameralidad.

Por todo lo expuesto, si bien seguimos considerando importante una actualización del texto constitucional, tal como lo planteamos en la campaña electoral del 2011 y estamos dispuestos a sentarnos a toda mesas de diálogo que se convoque a tal efecto, desde el Poder Ejecutivo, la Legislatura o las organizaciones de la sociedad civil que lo propongan, tampoco pensamos que sea una urgencia extrema o inmediata que no permita el normal curso de las instituciones en la Provincia de Santa Fe.

Es necesario que toda la clase política santafesina, mas allá de preocuparse por la coyuntura y el día a día, también piense la provincia en el mediano y largo plazo, convocando para los grandes temas a instituciones, académicos, expertos y, en definitiva, a todos los ciudadanos de la provincia interesados en el mejoramiento de las instituciones.