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Al borde de la muerte: tiene 23 años y pesa 30 kilos a causa de la anorexia

Sufrió esta enfermedad durante cinco años y ahora, ya recuperada, decidió contar y mostrar su experiencia para ayudar a otros.

Lydia Davies es una chica británica de 23 años que hasta hace muy poco tiempo padecía de anorexia severa, que luego se combinó con bulimia y alcoholismo.

Lydia padeció esta enfermedad durante cinco largos años de su vida, durante los cuales sólo comía 13 calorías al día y pesaba 30 kilos. Su alimento eran tres cucharadas de sopa de espárragos y algunos vasos de Coca Cola Light.


Hoy se siente prácticamente recuperada por completo y decidió dar a conocer su experiencia, junto con fotos de cómo llegó a adelgazar mientras estuvo enferma para crear conciencia y advertir sobre los desórdenes alimenticios.

Con este objetivo, publica permanentemente fotos en su blog personal y, por otro lado, escribió un libro llamado "Raw" ("crudo en inglés").


A continuación, algunas de las citas más relevantes y más fuertes del libro:

"Sé que tendré problemas a largo plazo debido a mi anorexia. Tengo problemas de rodilla y de cadera. Puedo sentir que mis huesos son débiles. Incluso todavía cuando como afuera me siento culpable. Todavía siento las voces de la anorexia, sólo tuve que aprender a ignorarlas".

"Llegué a pesar 30 kilos. Comía 13 calorías al día. Vivía solo a coca cola light y a tres cucharadas de sopa de espárragos al día. Hoy ya no me peso pero me aseguro de comer 1.500 calorías a diario".

"Una noche bajé a la cocina, mi estómago me dolía muchísimo y mi corazón no se sentía bien. Recuerdo que me serví un centímetro de leche en una taza y me pareció demasiado. Entonces puse solo un milímetro, lo tomé y volví a arrastrarme hasta la cama".


"Me obligaron a dejar a la universidad y volver a vivir a lo de mis padres. Allí pasé directamente de la anorexia a la bulimia. Por las noches comía todo lo que estaba a mi alcance y al instante iba al baño y me hacía vomitarlo".

"Empecé a tomar dos botellas de vino al día que solamente me aumentaba el apetito y mi necesidad de vomitar".

"Los desórdenes alimenticios son tan comunes y sin embargo muy poca gente los entiende. Las personas necesitan ver qué hay detrás de los ojos tristes del que sufre en lugar de ver solo huesos".