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Abuso infantil, femicidio y la lucha contra la burocracia: la familia de Brisa Méndez pide que agilicen los trámites del entierro

Hace tres días que encontraron el cuerpo de la nena de 13 años y la familia aún no pude realizar el velorio.

La familia de Brisa Méndez, la nena de 13 años abusada y asesinada por su tío, no sólo atravieza una fuerte lucha por la noticia sino que también se enfrentan a una lucha contra el sistema burocrático. Vanesa, la madre de la nena aún espera que se agilicen los trámites a raíz de un error en el parte del certificado de defunción para poder realizar el velatorio y luego enterrar el cuerpo.

El cuerpo sin vida de la niña fue encontrado en el patio de la casa de su tío Matías Méndez, de 27 años, quien quedó detenido de manera inmediata y todavía no declaró.

La familia todavía no sale del estupor: Méndez era el mismo tío que desde el 6 de noviembre había comenzado con los mensajes en Facebook para pedir ayuda para encontrar a su sobrina desaparecida, el mismo tío que se había subido a los patrulleros para colaborar con los rastrillajes y que caminó por decenas de cuadras de la zona de Presidente Derqui, Pilar y para repartir folletos con la cara de Brisa en la búsqueda de información.

“Salió a las 15 y no volvió. Es mi sobrina... está desaparecida es de Presidente Derqui, salió con esa remera de egresados...y una calza gris”, fueron las palabras de uno de sus posteos en las redes sociales, a unas seis horas de la desaparición de la adolescente.

La autopsia al cuerpo determinó luego que para el momento de ese mensaje, Matías Méndez ya había abusado y asesinado a su sobrina.

Él vivía solo en una casa ubicada a tres cuadras respecto a la de la víctima. Había tenido una hijita pequeña, pero se había separado de la madre hace unos meses.

Según pudo saber Infobae, Matías visitaba la casa de su hermana Vanesa con asiduidad y tenía una relación “cercana y normal” con Brisa, aseguran cerca de la familia. No poseían un vínculo especial ni más cercano del de la relación típica entre una sobrina y su tío. De hecho, el resto de la familia jamás sospechó del joven de 27 años como uno de los responsables de la desaparición de la nena.

Brisa desapareció el miércoles cerca de las 15.30, cuando le comunicó a su familia que saldría a realizar algunas compras al supermercado. Nunca llegó. Las cámaras de seguridad de la cuadra de su hogar detectaron que dobló en una esquina, siempre sola, pero luego desapareció de la escena.

En medio de la desesperación, el caso comenzó a esclarecerse al mediodía del jueves siguiente. A las 12.08 del mediodía, la abuela recibió un mensaje privado de Facebook de Brisa: “Estoy lejos, no voy a volver, papá no me quiere, me hace cosas”, fueron las palabras supuestamente esgrimidas por la pequeña desaparecida.

Brisa tenía celular, pero no disponía de un chip. Por lo tanto, sólo tenía conexión a internet mediante WiFi.

Esto le permitió al fiscal del caso, Gonzalo Acosta, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Delitos Conexos a la trata de Personas del Departamento Judicial de San Isidro, poder realizar un pedido de urgencia al Ministerio de Seguridad y obtener la dirección IP del lugar desde donde se envió el mensaje.

El rastreo llevó a los investigadores a una casa ubicada en la calle Iparaguirre al 700, a unas pocas cuadras de la casa de la adolescente. Se trataba precisamente de una finca con tres propiedades precarias: una de ellas era la residencia de Matías, el tío de la nena.

Así, mientras el viernes por la tarde el joven salía a repartir folletos para pedir información por su sobrina, los investigadores ordenaron la inspección de la casa. También acudieron perros de rastreo. En pocos minutos, los animales apuntaron hacia un patio interno, donde se vio un montículo de tierra. Removieron la tierra del patio y se encontraron finalmente con el cuerpo sin vida de Brisa.

El cadáver de la joven estaba semidesnudo, sólo con un top en el torso. Después de la autopsia realizada, se comprobó que había sido víctima de un abuso sexual y que falleció a causa de un estrangulamiento.

La Policía Local detuvo a las pocas horas a Matías Méndez en plena calle. La indagatoria se llevó a cabo un día después, el sábado, en la cual el acusado se negó a declarar y se opuso a que le hicieran preguntas.

Matías Méndez fue imputado por el delito de “abuso sexual seguido de muerte”, lo que podría contemplar una pena de prisión perpetua.

Así, mientras la familia intenta poder recuperar el cuerpo de Brisa y darle una despedida acorde, el fiscal Acosta planificaba investigar si el acusado contaba con denuncias por delitos sexuales en su contra.

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