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A los 93 años será enjuiciado un nazi apodado el "Contador de Auschwitz"

El miembro de las SS "recibía" a las familias que bajaban del tren que llevaba los presos al campo de exterminio, donde murieron miles de personas.

Oskar Groning, ex miembro de las SS, comenzará a ser juzgado mañana, a los 93 años, acusado de complicidad en 300.000 asesinatos por su trabajo en Auschwitz, en el que podría ser uno de los últimos grandes procesos por los horrores en ese campo de exterminio nazi.

La fiscalía de la ciudad de Hannover acusa al llamado "Contador de Auschwitz" de haber trabajado en la plataforma ferroviaria a la que llegaban trenes cargados de presos para ese campo de exterminio.

Su papel era eliminar el equipaje que dejaban, registrar su contenido, separar el dinero y enviarlo a la central de las SS en Berlín, según informa la agencia de noticias DPA.

Para los fiscales, su trabajo "benefició así la economía del régimen nazi y apoyó el exterminio sistemático".

Groning era consciente de que los presos catalogados como "no aptos para trabajar" -en su inmensa mayoría judíos- eran enviados a las cámaras de gas directamente tras su llegada al campo, sostiene la acusación.

Rodeado por una enorme expectativa mediática dentro y fuera de Alemania, el proceso en la ciudad de Luneburgo, norte del país, tiene previstos 27 días de audiencia hasta el 29 de julio y el abogado de Groning aseguró que el acusado quiere declarar durante el proceso.

De ser hallado culpable, el anciano ex voluntario de las SS sería condenado por lo menos a tres años de prisión.

Groning puede ser juzgado 70 años después de la liberación de Auschwitz-Birkenau gracias a que desde 2011 la Justicia ya no exige pruebas de una implicación directa en crímenes para iniciar procesos de este tipo: basta con que el acusado haya trabajado en un campo para que se considere que colaboró a su maquinaria de exterminio.

"Para nosotros alcanza haber sido guardia en un campo para suponer que existió complicidad con asesinato, incluso aunque no se pueda probar que la persona afectada tuvo participación directa en un delito de muerte concreto", explicó Kurt Schrimm, director del órgano central encargado de procesar los crímenes del nacionalsocialismo.

El cambio en la perspectiva legal se produjo con la condena de John Demjanjuk a cinco años de prisión en 2011 por complicidad con más de 28.000 asesinatos en el campo de exterminio de Sobibor.

El entonces anciano de 92 años murió en 2012 y desde entonces hubo varios procesos a ex trabajadores de campos.

En el caso de Groning, la acusación se limitó por motivos legales a la llamada "Acción Hungría" ocurrida en 1944: la llegada a Auschwitz de 137 trenes desde Hungría con unas 425.000 personas a bordo, de las que al menos 300.000 fueron asesinadas en cámaras de gas.

Más de 60 familiares de víctimas y sobrevivientes se unieron a la querella con expectativas que van mucho más allá de la posible condena al ahora acusado.

"Para los sobrevivientes está en juego una forma de reparación muy tardía que podrían recibir ahora de la Justicia alemana", señaló el abogado Thomas Walther, representantes de 31 de los querellantes.

"El propio Groning tiene en sus manos un elemento sustancial de esa justicia: la verdad". Y todo indica que el acusado podría aprovechar la ocasión para hablar sobre lo ocurrido en Auschwitz.

En una entrevista que concedió en 2005 al semanario alemán "Der Spiegel", el ex SS recordó su paso por el campo de exterminio y no negó los crímenes en masa.

El campo de Auschwitz-Birkenau, creado por los nazis en el sur de Polonia tras invadir el país en 1939, está considerado el símbolo mayor y más dramático del Holocausto.

Más de un millón de personas fueron ejecutadas en sus instalaciones, la mayoría judíos, hasta su liberación por las tropas soviéticas el 27 de enero de 1945 y el de Gröning podría ser uno de los últimos grandes procesos contra criminales nazis.

"Cuando pensamos que llegamos al final surgen siempre nuevos juicios", señaló el experto Schrimm. "Pero a medida que avanza la edad de acusados y testigos, disminuye también la posibilidad de nuevos grandes procesos".

Precisamente, ese punto irrita a los sobrevivientes y familiares agrupados en el Comité Internacional de Auschwitz, para los que juicios como el de mañana llegan demasiado tarde.

"Criticamos las décadas de inactividad de la Justicia alemana y su desinterés en lograr justicia", señaló hoy Christoph Heubner, miembro del comité.