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21-12-12: Paremos la manito con la paranoia

Tanto los especialistas en las doctrinas místicas como los profesionales de las ciencias exactas aseguran que el 21-12-2012 no pasará nada. En una etapa de por sí estresante, no sumemos especulaciones apocalípticas infundadas.

Por Sofía Tarruella

@Sofisuu

starruella@diarioveloz.com

El apocalíptico, espiritual, mágico o nada de eso 21 de diciembre de 2012 trae acarreado cualquier cantidad de comentarios, designios o pronósticos muchas veces poco fundamentados. Lo vemos en la televisión, en el cine, en las noticias, en cientos de publicaciones en las redes sociales y hasta en boca de todos en la calle: meteoritos, planeta que estrella, apagón de tres días, locura masiva de la gente, suicidio colectivo y hasta extraterrestres.

Los más extremistas hablan del fin del mundo basándose en una malinterpretación del calendario maya según la cual finalizaría el 21 de diciembre de 2012. Y se sabe que, aunque termine el 21 esto no significa que no haya nada después. Nuestro calendario tiene 365 días y no por ello cuando termina el 31/12 concluye todo...

En realidad, el mito del Apocalipsis surgió con la teoría de un planeta, Nibiru, que supuestamente habría sido descubierto por los antiguos sumerios y que se dirige hacia la Tierra. En realidad, esto había sido previsto en un principio para mayo de 2003, pero como no pasó nada, la fecha del fin del mundo fue adelantada a diciembre de 2012, vinculada al fin de uno de los ciclos que figuran en el antiguo calendario maya.

De acuerdo a la comunidad científica, tanto especialistas de institutos privados como científicos de la NASA aclararon que el 21 de diciembre del 2012 no habrá ninguna tragedia.

Los científicos realizan desde hace un tiempo una gran investigación para encontrar cualquier gran asteroide cercano a la Tierra y están totalmente seguros de que no existen cuerpos tan grandes como el que mató a los dinosaurios ni ninguno capaz de considerarse una amenaza.

Con respecto a hipótesis sobre desastres naturales o cambios dramáticos tampoco existe ninguna comprobación científica, evidencia o teoría más fundada que las que aparecen en las películas o libros de ciencia ficción.

Para el mundo esotérico o supersticipso tampoco tampoco habrá cambios decisivos. Ni la astrología, mentalismo o cartomancia auguran un final de los tiempos.

Para la astrología, el 21-12-2012 no significa nada. El 2012 sí coincide con el cambio a la era Acuario que trae un consecuente aunque sutil cambio de paradigma, pero ningún final. "Para mí no significa nada, es la fecha que los mayas determinaron para el fin de un ciclo. Lo que sí, el 2012 es una gran año para el cambio de paradigma, Acuario habla de ver un todo por un todo, saber que la lucha entre el bien y el mal conviven, es una manera de llevar el mundo en armonía", contó la astróloga Jimena de la Torre a DiarioVeloz.com.

La videncia, el mentalismo y la cartomancia coinciden con esta premisa. "No viene ningún fin. El fin viene cuando nos llega el día a cada uno, cuando Dios nos llama y ahí es cuando tenemos que partir. Pero acá, en este país, no viene ningún desastre, es un cambio energético para bien pero no para mal", aseguró a DiarioVeloz.com, Vicenta D´Amico.

Los más espirituales si hablan de un momento de crucial importancia para la humanidad y la tierra, de un día profundamente energético aunque sólo será perceptible para los más sensibles, y que podrá pasar desapercibido para los otros.

Entonces, tanto la ciencia como el esoterismo han hablado y la respuesta es clara: el mundo no se acabará este 21 de diciembre de 2012.

Quizá la noticia es menos andrenalínica para los aventureros que esperaban pasar sus últimos minutos de vida, esquivando tormentas de lava, apreciando la vista de un meteorito mientras se estrella velozmente contra la tierra, o intentado salvar a su familia de un ataque extraterrestre.

Quizás sí, nos encontrará, más sensibles o espirituales pero tendremos que seguir yendo a los trabajos, a los compromisos diarios y seguir enfrentando la vida con sus defectos y virtudes.

Asustarse basándose en sensacionalismos extraídos de Hollywood no ayuda. Así que ayudémonos entre todos y paremos la manito con la paranoia.