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Toma y daca político

* Por María Herminia Grande. En un año tan político y con tantas dudas sobre pretendidos modelos y/o proyectos, y a sólo cinco meses de la elección de octubre, aún con la indefinición de nombres una vez más la oleada de la corrupción exhibe su impudicia.

En un año tan político y con tantas dudas sobre pretendidos modelos y/o proyectos, y a sólo cinco meses de la elección de octubre, aún con la indefinición de nombres una vez más la oleada de la corrupción exhibe su impudicia. Hebe de Bonafini hace tiempo dejó su sitial merecido de "madre del dolor", para convertirse en juez sin balanza. Fue receptiva de un Kirchner que supo hacer de los derechos humanos un valor agregado para su política. Durante su presidencia la chequera del Estado para algunos de estos organismos siempre fue generosa. Es de esperar que en esta oportunidad especialmente, se haga justicia. Si los horrores de la dictadura merecieron un Nunca Más, la sospecha de corrupción en los manejos de los fondos de un organismo señero de los derechos humanos en Argentina, necesitan de un categórico sí o no y quiénes.

Dicen que nada mejor que un proceso inflacionario para disimular un mal gobierno. Sucede que llega un momento en el cual la inflación comienza a mostrar otro de sus rostros, el menos deseado: la sábana corta.

Es aquí cuando la carrera entre precios y salarios tiene un ganador: los precios. El ejemplo evidente de lo pernicioso de la inflación se observa en la asignación universal por hijo, una política acertada que no logra el cometido deseado: la retracción de la pobreza. No obstante, como dijimos tiempo atrás, hay sectores sobre los cuales aún la inflación no muestra su peor rostro. Ellos son los que tienen trabajadores en blanco y reciben subsidios del Estado. Aquí, todavía, salarios y precios disputan "cabeza a cabeza". No obstante el impuesto a las ganancias reduce las posibilidades económicas de estos trabajadores más favorecidos.

La inflación al igual que la corrupción castiga sin piedad a los más necesitados. Decía la diputada Camaño "En el año 74, 75, último gobierno de Perón, sobre cada 100 personas 4 eran pobres, en el año 2011, "gobierno nacional y popular", 35 de cada 100 argentinos son pobres, es una cifra escandalosa y si a eso se le suma que tenemos un proceso inflacionario que el gobierno parece querer desconocer sin darle ninguna solución... esto es una máquina de hacer pobres".

La mirada política nacional sigue con atención el epicentro Santa Fe. La semana pasada anunciamos que el gobernador Hermes Binner no iba a acompañar a Ricardo Alfonsín en una fórmula presidencial y tampoco iba a armar "rancho aparte" con el sector de Juez, Pino, Stolbizer. Dijimos que iba a encabezar la lista de diputados nacionales. La actitud del gobernador Binner encuentra distintas explicaciones. La de mayor peso, tiene que ver con el cuidado territorial que le exige presencia y acompañamiento para con su candidato de aquí al 24 de julio. Otra razón tiene que ver con que si bien puede no acompañar la fórmula del radicalismo, debe hacer equilibrio con sus socios locales para evitar que los once diputados y siete senadores conseguidos por el radical Barletta en Santa Fe y los 200.000 votos, se desmotiven con miras al 24 de julio. La última razón, tendría que ver con una manifiesta decisión del socialismo de no llevarse mal con la presidente Kirchner.

Indudablemente, Ricardo Alfonsín se apuró demasiado a la hora de expresar su deseo ferviente de avanzar en una unidad con el socialismo, al punto tal que llegó a decir públicamente que no veía diferencias entre el radicalismo y el socialismo. La elección como compañero de fórmula recayó en el economista Javier González Fraga. Previamente hubo negociaciones con el ex candidato presidencial Roberto Lavagna para interesarlo a sumarse al binomio presidencial. El ex ministro de economía de Duhalde y Kirchner no quiso ser usado para resolver "cuitas políticas" que le son ajenas. Los hechos le demuestran a Alfonsín, que en política la prudencia es un bien preciado, y que Buenos Aires es un territorio que define una elección. Por eso este sábado Alfonsín sellará su acuerdo con Francisco De Narváez.
Lo sorprendente, es que siendo el radicalismo un partido centenario, Alfonsín no haya encontrado en sus filas un compañero de fórmula, y mucho más luego de aquella fórmula que tanto los desvalorizó: De la Rúa-Chacho Álvarez.

La foto del Frente Progresista, Cívico y Social, con los cuatro candidatos no evitó que las incomodidades de algunos de sus actores, llámese Barletta, se expresasen a través de los medios. En el caso de este frente, lo más seguro es que aparezcan tres listas de diputados nacionales. La del socialismo, la de los radicales y la de la coalición cívica, que llevaría a Pablo Javkin en primer término.

Del lado del peronismo, la convocatoria realizada por el candidato Agustín Rossi a senadores y diputados predispuso la presencia de los tres candidatos a gobernador, integrantes del Frente Santa Fe para Todos. En este sector la integración de la lista de diputados intentará tener territorialidad y será elevada a la presidente Kirchner para contar con su visto bueno.
Los allegados políticos a Miguel Del Sel empiezan a preocuparse dado que el candidato sorpresa de las internas abiertas sigue sin aceptar su condición de político. Saben que su obstinación por no aceptar lo obvio podría resultar un efecto negativo a la hora de ir por más votos de los obtenidos.