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Randazzo confunde y acusa

*Por Daniel Bilotta. La confusión entre medios y democracia es atribuida a la imposibilidad de discernir entre esas dimensiones: uno de los efectos perversos en las sociedades que colocan a la comunicación en el escalón más alto de los valores en los que creen y en torno a los cuales organizan su funcionamiento.

Terreno de debates académicos, la hipótesis acaba de tener una valiosa confirmación empírica con la acusación de atentar contra la calidad institucional que realizó Florencio Randazzo a la prensa y a sectores de la oposición .

El ministro del Interior habría desbaratado la supuesta confabulación con el sencillo conjuro de dirigir un mensaje al pueblo argentino y sin que sea necesario dar intervención a la Justicia. Aun cuando para materializar ese contacto debió recurrir al periodismo.

Instancia incómoda, si las hay, para el oficialismo en estos años.

Una razón más plausible que la argüida es la de mantener congelada hasta el 23 de octubre la imagen de la indiscutible victoria por más de 50 puntos en las primarias del 14 de agosto, lo que podría mejorar todavía más la posición obtenida en las urnas. Algunos sondeos están anticipando que quienes votaron por la oposición darían su voto al oficialismo ante el aparente carácter inapelable del resultado.

No deja de ser paradójico que el kirchnerismo replique el mismo efecto que critica a los medios: imponer a la mayoría una versión propia a fuerza de repetirla en las pantallas noticiosas que, con su natural movilidad, perturban esa estrategia de quietud.

Norberto Bobbio aventuró el futuro de la democracia a la luz de algunas de sus distorsiones. El limitado espacio para ejercerla es una de ellas. Hace casi 25 años, recomendó un parámetro para medir su calidad, que hasta ahora no ha recibido objeciones.

Más importante que el número de quienes tienen derecho a participar, es la cantidad de espacios en que pueden hacerlo . Las restricciones con la prensa constituyen un déficit reñido con la historia común de los medios y la democracia. Algo en lo que coinciden quienes procuran delimitar con precisión sus espacios.