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¿Quién dijo que está bueno ser famoso?

Caminos largos o cortos, según quién seas y lo que tengas para ofrecer: una vez que se llega, empieza otra historia. Sostener es lo más difícil. Y aparte ¿está bueno llegar ahí?

Por Rodrigo Lussich
@rodrigolussich

Por Adrián Pallares
@adrianpalla


Absolutamente famoso. Muy famoso. Famoso. Bastante famoso. Conocido. De algún lado te saco.

Distintas categorías en el mundo de lo que se considera la "fama"; término muy devaluado y cuyos paradigmas han cambiando notoriamente. Alguien que comete un crimen se puede hacer famoso. Barreda es famoso. Un bueno para nada que pasa seis meses en "Gran Hermano" es famoso; aunque en dos años nadie lo recordará.

Pero aquí nos referimos a quienes se ganan el lugar de famosos genuinamente, haciendo el trabajo duro, paso a paso, hasta llegar a que muchos los conozcan por lo que hacen, fieles a sí mismos y a su talento en lo que sea, le guste a uno y no a otros.

Una vez que se "llega" -¿a dónde?, pero bueno, ese es otro debate- a ser "famoso", empieza otra historia. Los famosos no caminan por la calle, no saben cuánto vale el bondi, solo ven gente a la salida del teatro y como son fans, creen que todos los aman.

¿Quién se quiere casar con un famoso?. Hace poco tiempo, en un debate sobre las chicas hermosas del medio que no consiguen novio porque afirman que desde que son famosas los hombres se amedrentan, Magui Bravi -famosa de la noche a la mañana por ganar un reality- dijo con sentido común: "¿Por qué estaría bueno salir con un famoso? ¿Quién dijo que alguien tiene ganas de ponerse de novio con una famosa?".

Hay que bancar el narcisismo insatisfecho, que hablen de sí mismos, sus idas y vueltas, sus subas y bajas, la inseguridad de que te quieren o no te quieren, el rating, la venta de entradas, ser Dios o un mismísimo lumpen en cuestión de horas. No poder andar entre la gente; mezclarse en la muchedumbre, y no tener otro gurú que el propio Ego, todopoderoso.

Una vez Tinelli contó lo duro que era llegar a su casa a las cinco de la mañana -después del show, los treinta puntos, las luces, ser amado por todos- y estar parado en la cocina comiendo una milanesa en la mesada. Si eso no es la parábola de la fama...

Ser famoso: algo que muchos quieren, como si se tratara de un lugar. Hasta una chica que despeina a Susana quiere ser famosa y el medio le permite alcanzar. No importa cuánto te dure o cuánto tardes en llegar. Una vez que estás ahí, habría que saber qué hay, y qué hacés con eso. Tus hijos se enojan si todos te piden fotos, se cansan de compartirte con el mundo, las parejas un día se pudren.

Los prejuicios abundan: la gente tiene un falso mito que dice que los famosos andan con mucha gente, que tienen miles de candidatos o candidatas, que la ponen día y noche, que son infieles, promiscuos o que están tan codiciados que es imposible estar con ellos. Sin embargo, las diosas del medio dicen que desde que son famosas entran a un boliche y los tipos no se les acercan. Cuando eran anónimas levantaban más.

Satisfacción instantánea; y alcanzar la zanahoria. Luego, ¿qué?.