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Otero, el serial que se colgó en su celda porque no se bancó la perpetua

Era empleado de una empresa de TV satelital y también un psicópata asesino en serie. Un cadáver bajo su cama en Sáenz Peña, una violación en Palermo y un salvaje asesinato en Balvanera, en su currículum.

Javier Horacio Otero parecía un tipo común: vivía en una PH alquilado en la localidad bonaerense de Sáenz Peña y se ganaba la vida como empleado en una empresa de TV satelital. Nadie jamás había sospechado que detrás de esa cara de muchacho de barrio se escondía un verdadero monstruo capaz de violar, asesinar y quemar cadáveres.

En total se le descubrieron tres crímenes: una violación de una novia y dos salvajes asesinatos cometidos en el lapso de 12 días. Pero por ninguno de ellos fue condenado. Otero no pudo soportar la idea de una prisión perpetua y se ahorcó con una sábana en la prisión tres días antes de que anunciaran la que iba a ser su primera condena.

El caso que lo desenmascaró y llevó a la cárcel fue el de María Soledad Carlino, una estudiante universitaria de 23 años que trabajaba como recepcionista en el shopping Norcenter de Vicente López.

El plan macabro de Otero se gestó en el patio de comidas de ese centro comercial donde ambos coincidían en su hora de almuerzo, ya que él trabajaba en una sucursal de DirecTV ubicada a pocas cuadras.

Le tendió una trampa que resultó infalible. Soledad estudiaba Recursos Humanos y quería cambiar de trabajo por algo que estuviera más vinculado a su carrera. Y Otero puso la carnada perfecta: le dijo que le había conseguido una entrevista laboral para el área de Recursos Humanos en la empresa de TV satelital donde él trabajaba.

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La mentira funcionó y el 23 de febrero de 2011 la convenció para ir a su casa para preparar lo que debía decir al día siguiente en la supuesta entrevista de trabajo que nunca existió ni se concretaría.

Daniel y Estela, los padres de Soledad, hicieron la denuncia esa misma noche. La chica no había regresado de trabajar, no estaba con su novio y estaban preocupados. Nunca había desaparecido de esa forma ni había llegado tarde sin avisar.

El caso recayó en la fiscalía de Vicente López de la Dra. Beatriz Molinelli, una de las más respetadas y tenaces investigadoras del Departamento Judicial de San Isidro. Desde el inicio de la pesquisa se dio cuenta de que Soledad no era el tipo de chica que se ausentaba de su casa y que algo malo podía haberle ocurrido.

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Molinelli se puso a trabajar de inmediato y tardó menos de 24 horas en encontrarla, aunque no de la manera que hubiera querido.

La pista la aportaron una compañera de trabajo y un empleado de seguridad del shopping. A la amiga, Soledad le había contado que el muchacho de DirecTV le había conseguido una entrevista laboral en la empresa y el vigilador la vio irse del Norcenter acompañada por el propio Otero a las 5 de la tarde.

Lo primero que hizo la fiscal fue ir a la empresa de TV satelital. Allí le dijeron que no había programada ninguna entrevista de trabajo, que no sabían quién era Soledad Carlino y que no tenían previsto incorporar gente en el área de Recursos Humanos.

De allí la policía se llevó los datos completos del empleado: Javier Horacio Otero, 33 años, DNI 26.699.903 y domiciliado en Pastorino 674 de Sáenz Peña, partido de San Martín.

Con la identidad del sospechoso confirmada, a la fiscal le saltó en la base de datos de antecedentes que Otero tenía una causa por algún delito sexual y temió lo peor.

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Molinelli ordenó una vigilancia policial encubierta en la puerta de la casa de Otero mientras esperaba que un juez ordenara el allanamiento. A las 16.40 del 24 de febrero de 2011, el sospechoso llegó a su domicilio manejando un Volkswagen Gol patente HYC067. Llevaba dos bidones de nafta.

La fiscal supo que no se podía aguardar más, se trasladó personalmente al PH de la calle Pastorino y ordenó lo que se llama un allanamiento de urgencia.

"¿Dónde está Soledad Carlino?", le preguntaron los policías, pero Otero se hacía el desentendido.

Debajo de la cama matrimonial del dormitorio encontraron el horror: el cadáver de la chica del Norcenter envuelto en sábanas. Soledad estaba completamente desnuda y tenía la cabeza cubierta con varias bolsas de nailon.

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Su ropa y sus pertenencias nunca fueron halladas. Los investigadores creen que cuando regresó a su casa, Otero venía de deshacerse de esas cosas y que los bidones de nafta que tenía en el auto los había comprado para incinerar el cadáver de Soledad en algún sitio inhóspito.

Algo más heló la sangre de los investigadores en la casa de Otero. Encontraron el DVD de la película "Psicópata Americano", un clásico thriller nortemaericano en el que el protagonista es un hombre de negocios que por la noche se transforma en un asesino serial.

La autopsia determinó que Carlino fue golpeada, violada -hallaron semen con el ADN de Otero-, y que la causa de muerte fue un "triple mecanismo asfíctico": la estrangulación manual del cuello, la compresión de nariz y boca y la sofocación con la bolsa de nailon que le pusieron en la cabeza.

Otero fue preso y nunca quiso declarar. En los primeros días de su detención en la DDI de San Isidro dio su primer aviso de lo que al año siguiente iba a ser su final. Se tomó el litro de lavandina que le dieron para asear el calabozo en un presunto intento de suicidio. En su momento, se pensó que era una estrategia de defensa para hacerse el loco y que lo declaren inimputable.

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Por eso lo mandaron a la Unidad 34 de Melchor Romero, el penal para psiquiátricos del Servicio Penitencio Bonaerense.

Luego de su detención, la fiscal Molinelli logró determinar cuál era aquella causa penal que tenía en trámite en un juzgado de instrucción de Capital Federal. Según esa investigación, el 20 de diciembre de 2010 -dos meses antes del crimen de Carlino-, en un departamento del barrio porteño de Palermo, la por entonces novia de Otero le comunicó que quería terminar la relación.

Otero se desbordó, la tomó del cuello y comenzó a estrangularla. Ella se desvaneció y al recuperar el conocimiento se encontró con su ex novio penetrándola, pero lo tranquilizó y lo convenció para que se fuera de la casa.

Para los investigadores, fue el mismo modus operandi que empleó para asesinar a Carlino.

Pero la repercusión que tomó el espeluznante crimen de Carlino en los medios le hizo revisar a un detective de la División Homicidios de la Policía Federal un caso cuya investigación parecía estancada.

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El 11 de febrero de 2011 -tan sólo 12 días antes del crimen de Carlino-
, la abogada Stella Maris Contreras apareció calcinada en su departamento del 4° B de un edificio de Pasco 408, en el barrio porteño de Balvanera.

Todos creyeron que la abogada había muerto por un fatídico incendio, pero el fuego había sido generado de manera intencional y la autopsia reveló que, antes de ser calcinada, Contreras fue asesinada. La degollaron y, postmortem, el asesino le aplicó 36 puñaladas en el pecho con tanta saña que le fracturó tres costillas y le desgarró los pulmones.

Al conocer la detención de Otero por el crimen de Carlino y que encina tenía planeado quemar el cadáver con la nafta, el detective de Homicidios que seguía el caso Contreras revisó sus archivos y detectó que las últimas llamadas que había recibido la víctima provenían de una sucursal de DirecTV en Munro, la misma donde trabajaba Otero.

Los pesquisas encontraron un intercambio de mails entre la abogada y Otero, donde Contreras le pedía la devolución de un dinero prestado.

Para la fiscal de instrucción porteña Elsa Areu Franco la prueba era suficiente, le imputó formalmente a Otero el homicidio de la abogada y pidió su indagatoria.

El juicio por el caso Carlino empezó en junio de 2012 ante el Tribunal Oral en lo Criminal 2 de San Isidro. La ex novia que había sido violada en Palermo fue una testigo clave. Describió cómo fue el ataque al que ella sobrevivió y fue de la misma manera en que los forenses le explicaron al tribunal que Soledad había sido asesinada. Por esa causa, Otero iba a enfrentar un segundo juicio oral en Capital Federal.

La Dra. Molinelli también asumió la acusación en el juicio oral y en su alegato fue contundente. "María Soledad sufrió un brutal y despiadado ataque", dijo ante los jueces y mirando a los ojos a un Otero que a lo largo de todo el debate nunca levantó la mirada del piso. La fiscal pidió una condena a prisión perpetua por "privación ilegal de la libertad agravada, abuso sexual agravado, homicidio agravado criminis causa y robo".

La defensa pidió que lo condenaran pero sólo por homicidio simple, a una pena mínima de 8 años porque no tenía antecedentes. Dijeron que no hubo violación y que la relación sexual con Soledad fue consentida, algo que irritó a la familia de la víctima. El padre, el hermano y el novio de Carlino insultaron y casi linchan a Otero en plena audiencia.

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El 18 de junio de 2012, cinco días después de los alegatos y tres días antes de que se lea la sentencia, Otero se quitó la vida. Se colgó con una sábana anudada al cuello en su celda de la Unidad 34 de Melchor Romero. La acción penal quedó extinta. Para Daniel Carlino "fue un cobarde". Otero nunca fue condenado pero todos los fiscales y policías que lo investigaron están convencidos de que fue un asesino serial despiadado que quizás haya sido autor de otros crímenes aún no resueltos.